Morata de Tajuña volverá a convertirse en la Jerusalén de hace 2.000 años. Será el próximo Jueves Santo al atardecer, cuando más de 300 vecinos representen en su 36ª edición la Pasión de Jesucristo. Por segundo año consecutivo, los niños del pueblo vivirán su particular “Mini-Pasión”.
La Pasión de Jesucristo de Morata de Tajuña cuenta con el privilegio de ser la única en el mundo con la bendición apostólica de San Juan Pablo II. El próximo jueves 28 de marzo, tendrá lugar la representación de la Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
Lo hará ante más de 15.000 espectadores que, cada año, llena la decena de escenarios repartidos por todo el pueblo en los que se representa esta catequesis de proporciones bíblicas. En ella llegan a participar más de 500 personas, entre actores, voluntarios, miembros de los equipos técnicos, de seguridad y de emergencias.
Dos conciertos gratuitos
Por unos días, administrativos, albañiles, estudiantes, sanitarios o profesores se convierten en soldados romanos, sacerdotes, el pueblo judío o incluso en el mismísimo Jesucristo. Esta representación, puede presumir de contar con una banda sonora propia, una película y hasta repostería específica para la ocasión en forma de pasioncitos y tentaciones, convirtiendo al evento en Bien de Interés Turístico Regional.
A lo largo del día se han programado diversas actividades culturales y de ocio para quienes se acerquen hasta Morata. En torno a las 17:00 horas habrá dos conciertos de Semana Santa totalmente gratuitos. Uno de órgano en la iglesia parroquial y otro a cargo de la Agrupación Musical Morateña en la plaza Mayor.
La Mini-Pasión
A las 12:00 horas tendrá lugar la interpretación de la Mini-Pasión, en la que los niños de catequesis encarnarán a los 12 apóstoles y a Jesús en la Oración en el Huerto y en la Última Cena. El objetivo es hacer “cantera” y preparar a los pequeños para que en un futuro sigan los pasos de sus mayores interpretando a los papeles principales.
Interesante artículo, Marta. Es notable cómo Morata de Tajuña revive la historia con tal dedicación y fervor, involucrando a más de 300 vecinos en la representación de la Pasión de Cristo. Es particularmente conmovedor ver cómo los niños del pueblo participan activamente a través de la Mini-Pasión, lo cual no solo enriquece su comprensión de la tradición sino que también los prepara para roles futuros en esta representación tan emblemática. El hecho de que este evento cuente con la bendición apostólica de San Juan Pablo II agrega un valor especial y único. Además, la inclusión de actividades culturales y de ocio, como los conciertos gratuitos, muestra cómo esta celebración va más allá de la representación, convirtiéndose en un verdadero punto de encuentro comunitario. Este artículo ofrece una mirada detallada a una tradición que claramente es mucho más que una simple representación; es un evento que une a toda una comunidad.