El pasado 12 de abril la IFPI, entidad que representa la industria discográfica a nivel mundial, publicó su Informe Anual. Los datos que muestran revelan que el sector creció un 3’2% durante el pasado 2015 para alcanzar una facturación de 15.000 millones de dólares (13’14 mil millones de euros). Por segundo año consecutivo, la música digital facturó más que el sector tradicional. La diferencia, en España, sin embargo, es aún pequeña. La música en streaming se consolida como la opción favorita de los usuarios de música digital.
El mercado digital se quedó con un 45% del pastel de la industria musical el pasado 2015. Creció 10’2 puntos respecto a los datos recogidos en 2014. El streaming sigue siendo el mayor impulsor del crecimiento. Si en 2010, primero año en el que se compilaron estos datos, tan sólo 8 millones de personas eran usuarias, en 2015 se alcanzaron los 68 millones, 27 más que en 2014. En total el streaming representa el 45’2% de lo facturado por la música digital (un 45%), lo que se traduce en 2’9 mil millones de dólares. ‘Spotify’ y ‘Deezer’, las dos principales plataformas de streaming crecieron un 58’9%.
Por regiones, el crecimiento en Europa y en América de la música en streaming no es muy significativo. En el Viejo Continente creció un 2’3% y En Norteamérica un 1’4%. Por quinto año consecutivo, Latinoamérica es la región que más crece en este sector: un 11’6%. Mientras tanto en Asia también se produjo un crecimiento muy alto, un 5’7%. Hay países aún reticentes a la música digital, por ejemplo, en Alemania, el sector tradicional representó un 60%.
El descenso de lo facturado por la música analógica sigue descendiendo: este año cayó 4’5 puntos para quedarse con una significatividad todavía importante, que se queda en el 39% del total. En España, la diferencia entre digital y analógico aún no es muy significativa. El mercado digital representó un 38% del pastel y constituyó una retribución de 67’6 millones de euros, mientras que el digital bajó al 37%, dejando una facturación de 66’3 millones. En lo respectivo a las ganancias por derechos de artistas y productoras, representó mundialmente un 16% de lo facturado por la industria musical. Las actuaciones en vivo representaron un 14% del total y la publicidad un 2%.
En cuanto a los artistas que más facturaron, Adele se alzó como la reina. Adele, que lanzó su último álbum el pasado 20 de noviembre, vendió al final del ejercicio 17’4 millones de copias. El total de álbumes vendidos fue de 25 millones. Ed Sheeran y Taylor Swift vendieron 3’5 millones de copias mientras que Justin Bieber y su último éxito, ‘Purpose’, vendieron 3’1 millones de álbumes. One Direction, Coldplay y The Weeknd también figuran en el ‘Top 10’. En España el álbum más vendido fue ‘Sirope’, de Alejandro Sanz, seguido de ‘Terral’ de Pablo Alborán y de ‘Bailar el viento’ de Manuel Carrasco. El cuarto álbum más vendido fue ‘25’, de Adele.