Las diferencias y el enfrentamiento del Gobierno Municipal con el Interventor Municipal, lejos de solucionarse parecen que van a dar todavía mucho que hablar por desgracia para el Ayuntamiento y los ciudadanos de Coslada.
Que el Interventor Municipal, dentro de las funciones de fiscalización económica de la gestión municipal que le otorga la Ley, realice reparos y que el alcalde presidente proceda a su levantamiento contando con los informes preceptivos de acuerdo a la normativa para que sea el Tribunal de Cuentas o incluso la Intervención General del Estado quien pueda resolver las posibles controversias, puede ser considerado algo normal al estar recogido en el ordenamiento jurídico.
No parece ya tan normal que el Alcalde impida tomar la palabra al Interventor Municipal en el pleno que se celebra para dar cuenta de dicho reparo y su levantamiento. Esa posición, aunque recogida en el Reglamento, lejos de ayudar a la normalización de las relaciones, afecta más negativamente en las mismas y genera una sombra de duda en la gestión del Alcalde y una honda preocupación en las consecuencias que puede tener esta situación en la administración de la ciudad.
Tampoco parece normal y es más bien bochornoso de confirmarse, aunque pocos hablan de ello, que la Concejala de Hacienda haya proferido supuestamente amenazas hacia un empleado público y Habilitado Nacional como es el Interventor Municipal y que esas amenazas hayan podido culminar en una denuncia del Interventor hacía ella en los juzgados.
Escandaloso resulta que, en esta situación de la que tampoco habla el gobierno municipal, puesto que no le interesa, el Interventor Municipal lleve sin asistir al menos a ocho sesiones de la Junta de Gobierno Local, con el correspondiente bloqueo institucional y de gestión del Ayuntamiento.
Ángel Viveros es el máximo responsable municipal, pero además es el responsable directo de la situación de abandono y parálisis en la que se encuentra la ciudad al decidir gobernar Coslada con seis concejales de veinticinco.
En estos momentos es también responsable de dar una solución inmediata a la situación de bloqueo que vive el Ayuntamiento a consecuencia del enfrentamiento que protagoniza junto a la Concejala de Hacienda, con el Interventor Municipal.
Coslada no puede permitirse por más tiempo este gobierno.
Ángel Viveros, tiene la obligación como alcalde de dar una solución inmediata a esta situación generada, devolviendo la normalidad a la institución en la relación con el Interventor Municipal, o por el contrario no debe esperar a que le echen los ciudadanos en mayo del próximo año y abandonar la alcaldía inmediatamente.