Hay que extremar la vigilancia de los menores y la precaución en el uso y baño de las piscinas para evitar accidentes. Eso lo sabemos todos. ¿Pero cómo hacerlo?
No se deben practicar juegos violentos en las proximidades a la piscina, como empujones y saltos; así como se debe elegir el tamaño adecuado de la piscina según su edad.
Hay un alto riesgo de ahogamiento de los niños pequeños, por lo que nunca deben acceder solos a las instalaciones. Especialmente en las privadas y en las piscinas de comunidades de vecinos que, por su tamaño, no están obligadas a contar con socorrista.
Además, se aconseja evitar que los menores se acerquen solos al borde de la piscina y que pasen demasiado tiempo expuestos al sol o caminen descalzos en zonas húmedas o encharcadas.
Se debe usar siempre protector solar y beber suficiente líquido para evitar deshidrataciones.
Otra de las recomendaciones para disfrutar de un baño seguro es evitar la entrada de golpe en el agua para que no se produzcan cambios bruscos de temperatura corporal y accidentes; respetar los tiempos de digestión y no bañarse después de una exposición prolongada al sol o un ejercicio físico intenso.
Además, se recuerda que no hay que tirarse de cabeza en zonas de fondo desconocido, ya que esta práctica de riesgo puede provocar graves accidentes, como lesiones medulares.
Las personas que padecen una enfermedad infecciosa de transmisión por agua (hídrica) o dérmica no deben acceder, por riesgo de contagio, a la zona reservada a los bañistas.
Como podéis comprobar, estas recomendaciones de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, parecen bastante obvias y fáciles de respetar. Pero no todo el mundo lo hace…
¡Así que desde ‘Madrid para Niños’ os animamos a respetarlas y, sobre todo, a divertirse en las piscinas!
¡Buen chapuzón!