Europa esconde un sinfín de ciudades que te dejarán con la boca abierta y que pueden visitarse en solo un par de días. Además, estas ciudades, por no ser demasiado famosas y por su tamaño más reducido tienden a ser más baratas. Hemos seleccionado cinco ciudades perfectas para hacer una escapada de un par de días sin que el bolsillo lo note demasiado.
CRACOVIA
Las ciudades polacas son en general baratas, pero Cracovia está tomando protagonismo en los últimos tiempos por sus calles y su centro histórico con un gran encanto. Los vuelos a Polonia se pueden encontrar fácilmente por menos de 100 euros. Lo que será realmente barato es la estancia, hoteles por menos de 130 euros por dos noches, transporte público por 50 céntimos el trayecto, cervezas a 1,50 y menús para dos por 20 euros.
LISBOA
La capital de nuestra vecina Portugal es una de las ciudades más bonitas de Europa. Viajar allí es posible por un precio muy económico: en avión, autobús, tren cama o coche, en menos de 6 horas. Las ciudades portuguesas son aún baratas y se pueden encontrar hoteles de 4 estrellas por 75 euros la noche. Además, disfrutar de la gastronomía no supone mucho más de 15 euros por persona.
PRAGA
Llegar a la capital checa es mucho más accesible desde que las compañías de bajo coste han comenzado a volar hasta allí. Hay billetes por menos de 100 euros y, según la fecha, incluso de 50. La cerveza allí es más barata que el agua y en sus restaurantes se pueden degustar platos típicos y menús por menos de 15 euros por persona. Los hoteles más céntricos rondan los 100 euros por noche para dos personas.
BUDAPEST
Aquí es fácil y barato llegar desde Praga, por lo que es una buena opción alargar el viaje. Desde Madrid es posible conseguir vuelos por debajo de 50 euros y la estancia no superará los 150 por dos noches. Los precios allí son mucho más baratos y sus principales monumentos se pueden visitar por dos o tres euros. La comida también ronda los 15 euros por persona en las zonas más céntricas.
VILNA
Lituania parece sacada de un cuento, ciudades como Vilna, la capital, son mágicas. Además, son muy tranquilas ya que su población ha ido descendiendo desde su integración en la UE. La noche de hotel de 3 estrellas ronda los 50 euros, la comida es realmente barata y menos de un euro te costará tomar un café. Además, muchos monumentos tienen entrada gratuita.