La Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, implementada en 2019, ha consolidado a Madrid como un modelo destacado en sostenibilidad urbana tanto a nivel nacional como internacional. Diseñada para enfrentar los enormes desafíos ambientales de las grandes ciudades en la actualidad, esta estrategia ha permitido a la capital española cumplir con la directiva europea de calidad del aire, modernizar su flota vehicular y alcanzar importantes avances en movilidad sostenible.
En este sentido, entre sus logros más sobresalientes se cuentan la conversión de su flota de autobuses municipales a modelos de emisión limpia y su reconocimiento como Ciudad Misión de la UE por su compromiso con la neutralidad climática. Una estrategia de éxito que ha captado la atención de múltiples gobiernos y entidades internacionales.
Así, desde mayo de 2023 hasta finales de 2024, se estima que 64 delegaciones de 34 países visitarán Madrid para conocer de cerca sus políticas y prácticas sostenibles. Entre ellas destacan las procedentes de Alemania, Portugal y Suecia, interesadas en aspectos como la electrificación de la flota de autobuses y las infraestructuras verdes. Representantes de otros países como Reino Unido y Eslovenia también han acudido venido a visitarnos para aprender más sobre la gestión de residuos y movilidad.
Intérés por Madrid 360 más allá de nuestro continente
Madrid 360 ha despertado asimismo un notable interés en América, especialmente en Estados Unidos, donde la vicealcaldesa de Nueva York, Meera Joshi, visitó la ciudad para conocer sus prácticas en movilidad y gestión de residuos, influyendo en la posterior implementación de medidas similares en Nueva York. Delegaciones de Argentina, Canadá, Uruguay y Colombia han acudido para explorar las políticas de Madrid en transporte público, residuos y planificación urbana.
En Asia, diez países, incluidos China y Corea del Sur, han enviado delegaciones para estudiar las iniciativas de Madrid en descarbonización del transporte y gestión de espacios públicos, como el parque del Retiro. Empresas tecnológicas y fabricantes de vehículos eléctricos de las principales potencias asiáticas también han mostrado gran interés, mientras que en naciones como Uzbekistán, Japón y Singapur se han interesado en la sostenibilidad en el transporte y el desarrollo urbano, lo que evidencia el alcance global de la iniciativa madrileña.
Finalmente, en África, representantes de Johannesburgo y Marrakech, en colaboración con la Red de Ciudades C40, visitarán Madrid para evaluar la aplicación de zonas de bajas emisiones. Por otro lado, desde mayo, delegaciones de organismos internacionales como la Fundación Konrad Adenauer y la Unión Internacional del Transporte Público también han conocido el modelo de Madrid, reafirmando la influencia de esta estrategia en la creación de ciudades más sostenibles y resilientes.
Madrid, 360, un beneficio tangible
Con Madrid 360, la capital ha logrado reducir por segundo año consecutivo los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂) a valores inferiores a los máximos permitidos por la Unión Europea. Entre sus acciones más destcadas en los últimos tiempos destacan la creación de 11 nuevas líneas de autobús, la expansión del servicio Bicimad a todos los distritos, y la extensión del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) con más de 27.000 nuevas plazas. Además, el Ayuntamiento ha invertido 67 millones de euros en ayudas para renovar vehículos y calderas antiguas.
Sin embargo, la medida más visible de Madrid 360 es la Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección Distrito Centro, que limita el tráfico en el centro urbano. Desde este año, se ha prohibido el acceso a todo el municipio a los turismos sin etiqueta medioambiental que no estén empadronados en Madrid desde antes de 2022. Esta restricción busca fortalecer las reducciones de emisiones ya logradas, después de que en 2019 se registrara una disminución del 20% en los niveles de contaminación dentro del área restringida.
Los retos últimos son los de disminuir en un 32,5 % de media el tiempo en los viajes en transporte público; reducir el tráfico hasta un 10%, logrando aliviar la congestión que afecta a la movilidad esencial de la ciudad; rebajar en un 65% las emisiones de CO2 en 2030 respecto a 1990, tal y como se estableció en el acuerdo de la COP25; cumplir con la directiva europea de calidad del aire de manera constante, y lograr un descenso del 50% de los fallecidos y víctimas graves en carretera, de acuerdo con los objetivos establecidos por la UE.