Más de 8.000 personas, entre corredores, familias y aficionados, se dieron cita el pasado domingo para participar en la XII Carrera Solidaria «Corre por el Niño». Fueron un millar más que en la edición pasada, lo que reflejó el creciente compromiso de los madrileños de colaborar con la investigación pediátrica.
Desde las 8:30 en punto, los corredores comenzaron a inundar las calles. Los más preparados afrontaron el desafío de los 10 kilómetros, mientras que otros optaron por las distancias más accesibles de 5 y 2 kilómetros, que discurrieron por las calles de Madrid. Familias con niños, grupos de amigos y hasta corredores profesionales se unieron para poner su granito de arena a esta causa solidaria.
Este año, los fondos recaudados se destinan a la investigación sobre la obesidad infantil y las enfermedades del oído, dos problemas médicos que afectan a miles de niños. La carrera, además de ser un evento deportivo, fue una fiesta y, al llegar a la meta, los corredores fueron recibidos por música en vivo, payasos y magos, creando una atmósfera familiar y festiva que perduró durante toda la jornada.
El poder del deporte en la salud infantil
No solo fue una carrera, fue una demostración del impacto que el deporte tiene en la vida de los niños, especialmente aquellos con patologías graves. Según los profesionales del Hospital Niño Jesús, el ejercicio físico pautado es esencial en el tratamiento de muchas enfermedades. Por ejemplo, en los niños que luchan contra el cáncer, se ha comprobado que el ejercicio disminuye los efectos secundarios de la quimioterapia y mejora la respuesta del organismo al tratamiento. Como explicó el doctor Juan Casado, impulsor de esta iniciativa, «el deporte no solo es un complemento, sino que en muchos casos está reemplazando a ciertos fármacos».
Pero no todo es teoría. Este hospital ha liderado el camino con programas pioneros que integran el ejercicio físico como parte del tratamiento oncológico. Los beneficios son claros: los niños mejoran su capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la función cardíaca, acortando incluso su estancia en el hospital. Sin embargo, y pese a los resultados, pocos hospitales en España cuentan con gimnasios pediátricos específicos para niños enfermos, lo que convierte al Niño Jesús en un referente.
Un millón de euros para la ciencia
En sus doce ediciones, esta carrera ha recaudado casi un millón de euros, financiando proyectos vitales para la investigación pediátrica. Este año, los fondos permitirán avanzar en el «estudio de la composición de las grasas en niños con obesidad» y el desarrollo de un novedoso método diagnóstico para tratar la otitis media, una de las enfermedades más frecuentes en la infancia.
A medida que la mañana avanzaba, la gente seguía disfrutando de un día lleno de solidaridad y, sobre todo, salud. Las sonrisas y los aplausos se mezclaban con los sonidos de la música, mientras los pequeños recibían globos y regalos de los animadores. La Carrera «Corre por el Niño» no es solo una prueba atlética; es un símbolo de la unión entre deporte y solidaridad, donde cada zancada cuenta para mejorar la vida de miles de niños.
