Han pasado casi treinta años desde la última vez que pudimos ver en Madrid un comenta a simple vista. Los más entrados en años aún guardamos en nuestras retinas el espectáculo que dio en 1997 el Hale-Bopp y, ahora, es posible que las nuevas generaciones tengan ocasión de ver algo similar.
Porque el cometa C/2023 A3 Tsuchinshan-ATLAS, también apodado como el «cometa del siglo», ha despertado un gran interés entre los astrónomos y aficionados por las predicciones que anticipan su brillo excepcional. Su llegada, esperada para septiembre y, sobre todo, octubre de 2024, lo convertirá en uno de los cometas más espectaculares observables a simple vista en décadas.
Este cuerpo celeste fue descubierto en enero de 2023 por dos observatorios: el chino Tsuchinshan y el sistema ATLAS de Hawái. Estos centros especializados lograron detectar el cometa cuando aún se encontraba a gran distancia del Sol. Desde entonces, se han hecho predicciones sobre su comportamiento y se estima que alcanzará su punto más cercano a la Tierra el 12 de octubre. A lo largo de su trayecto, el cometa aumentará considerablemente de brillo debido a la sublimación del hielo en su núcleo, un proceso que lo convierte en un objeto visible sin necesidad de telescopios.
¿Cuál es el mejor sitio para ver el Tsuchinshan-ATLAS en Madrid
En el caso de la Comunidad de Madrid, lo mejor es optar por espacios alejados de la contaminación lumínica. La Sierra de Guadarrama, por ejemplo, a unos 50 kilómetros al norte de la capital, es una de las mejores opciones ya que cuenta con puntos elevados como el Puerto de Navacerrada y el Alto de los Leones, que proporcionan vistas despejadas del cielo nocturno, lo que permite una observación clara del cometa, especialmente si se usan prismáticos o telescopios pequeños. Estas áreas, además de ofrecer una atmósfera tranquila y rural, garantizan cielos oscuros que resaltan aún más el brillo del cometa.
Otra opción destacada cerca de Madrid es el embalse de Valmayor, ubicado a unos 40 kilómetros al noroeste de la ciudad. Este lugar es popular entre los aficionados a la astronomía debido a sus condiciones ideales para la observación de cuerpos celestes. El embalse, rodeado de paisajes abiertos y despejados, permite una excelente visualización del cielo sin interrupciones de luces artificiales. El uso de binoculares es muy recomendable para captar con mayor detalle la cola y el núcleo del cometa, lo que enriquecerá la experiencia visual.
Dentro de la misma Sierra de Guadarrama, el pueblo de Cercedilla es otra excelente alternativa. A unos 60 kilómetros de Madrid, este pueblo ofrece un ambiente rural que facilita la observación del cielo. Localidades cercanas como Las Dehesas y el Camino Schmidt destacan por su altura y la ausencia de contaminación lumínica, lo que mejora significativamente la visibilidad del cometa. La zona montañosa permite a los observadores encontrar fácilmente puntos elevados para disfrutar del espectáculo celeste sin interrupciones.
Para aquellos que prefieren no alejarse tanto de Madrid, la localidad de Torrelodones, situada a unos 30 kilómetros al noroeste, es una opción accesible. Aunque más cerca de la capital, Torrelodones tiene varias áreas rurales donde la contaminación lumínica es baja, lo que facilita la observación del cometa. Además, la cercanía a la ciudad lo convierte en una opción conveniente para quienes buscan un buen equilibrio entre distancia y calidad de observación.