A pesar de que hay miles de planes para hacer en Madrid cuando llega el verano, lo cierto es que esta época es perfecta para desconectar del tráfico y los agobios y salir a respirar aire más allá de nuestra fronteras.
Eso no quiere decir que haya que coger un avión o pasarse un día entero en el coche; son muchas las alternativas que están a tiro de piedra de la Puerta del Sol y a las que podemos acercarnos incluso una tarde tonta después del trabajo. Con esa premisa, te presentamos cinco planes perfectos para disfrutar de la naturaleza, la historia y la cultura a menos de cien kilómetros de la capital.
La Senda de las Pesquerías
A unos 80 kilómetros de Madrid, y situada en el corazón del Valle del Lozoya, la Senda de las Pesquerías Reales es una ruta de senderismo que sigue el curso del río Lozoya, ofreciendo a los visitantes un recorrido de gran belleza natural y valor histórico. Este sendero fue construido en el siglo XVIII bajo el reinado de Carlos III, con el propósito de facilitar el acceso a las zonas de pesca para la realeza.
La ruta es relativamente fácil y apta para toda la familia. A lo largo de los 12 kilómetros de recorrido, se puede disfrutar de paisajes impresionantes, puentes de piedra y antiguos molinos. Además, en varios puntos del camino, es posible acceder a pequeñas pozas y áreas del río donde darse un refrescante baño.
Durante la ruta, gracias a que la biodiversidad de la zona es inabarcable, si tienes suerte podrás avistar aves como el martinete y mamíferos como la nutria. Y, para terminar el día, te recomendamos dejarte caer por el Real Sitio de Sal Ildefonso.
Campos de lavanda de Brihuega
Brihuega, en la provincia de Guadalajara, se transforma cada verano en un mar de color púrpura gracias a sus interminables campos de lavanda. Este espectáculo natural atrae a visitantes de todas partes, especialmente durante la floración en julio, cuando se celebra el Festival de la Lavanda.
Si ya pasear entre los campos en flor es una experiencia sensorial única, con el aroma de la lavanda impregnando el aire, esta se potencia con el Festival de la Lavanda, un evento que este año se celebrará el 12 y 13 de julio con los conciertos al atardecer de Maldita Nerea y Rozalén respectivamente, catas de productos elaborados con lavanda y actividades culturales.
¡No te olvides tu cámara! Los campos son el escenario perfecto para un espectacular post de Instagram.
La ciudad visigoda de Recópolis y la ciudad andalusí de Zorita
En el pequeño municipio de Zorita de los Canes, en Guadalajara, se encuentran dos importantes yacimientos arqueológicos que ofrecen un fascinante viaje al pasado: la ciudad visigoda de Recópolis y la ciudad andalusí de Zorita.
Fundada por el rey visigodo Leovigildo en el año 578, esta ciudad es uno de los pocos ejemplos de urbanismo visigodo en la península ibérica. Se pueden visitar los restos de la basílica, el palacio y las murallas. Muy cerca está el Castillo de Zorita de los Canes, una fortaleza, construida por los musulmanes en el siglo IX, que ofrece impresionantes vistas del valle del Tajo y es un excelente lugar para aprender sobre la historia andalusí de la región.
Como sabemos que te apasiona la historia, no dejes de visitar el Museo de Recópolis, que ofrece una visión detallada de la vida en la ciudad visigoda.
Un viaje al pasado en Medinaceli
Medinaceli, ubicada en la provincia de Soria, es un destino que parece detenido en el tiempo. Con su rico patrimonio histórico y arquitectónico, este pintoresco pueblo ofrece a los visitantes una experiencia cultural única. Uno de los principales atractivos es el Arco Romano, un impresionante arco de triunfo que data del siglo I, uno de los pocos de su tipo en España. Este monumento es un testimonio de la importancia de Medinaceli en la época romana y un excelente punto de partida para explorar el pueblo.
Pasear por la Plaza Mayor de Medinaceli es otra experiencia que no te puedes perder. Rodeada de edificios históricos como el Palacio Ducal y la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, esta plaza es el corazón del pueblo. Los visitantes pueden disfrutar de la arquitectura renacentista y barroca, además de detenerse en alguno de los cafés y restaurantes para degustar la gastronomía local. El Convento de Santa Isabel, con su hermoso estilo renacentista, alberga un museo de arte sacro que no debe perderse.
Además, la gastronomía local, especialmente el cordero asado, añade un atractivo más a la visita.
Segovia, el «clásico» que nunca pasa de moda
En un reportaje como este no podíamos olvidarnos de Segovia y su Acueducto, una maravilla de la ingeniería romana construido en el siglo II que se extiende a lo largo de 818 metros y que es una visita obligada para cualquier madrileño. Pasear bajo sus arcos es una experiencia que transporta a los visitantes a la antigua Roma y les permite apreciar la grandeza de esta obra monumental.
El Alcázar de Segovia, con su característica forma de proa de barco, es otro de los tesoros de la ciudad. Este castillo, que parece salido de un cuento de hadas, ha sido testigo de importantes eventos históricos y ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de Segovia. La visita al Alcázar permite explorar sus salas decoradas con armaduras, tapices y mobiliario antiguo, además de subir a la torre para obtener una vista privilegiada de la ciudad y sus alrededores.
La Catedral de la ciudad, conocida como la Dama de las Catedrales, es una joya del gótico tardío que no debe perderse, así como el barrio judío, que ofrece un paseo lleno de historia, con la antigua sinagoga y estrechas calles empedradas que cuentan la historia de la comunidad judía en la ciudad. Para completar la visita, por supuesto, es imprescindible degustar el famoso cochinillo asado en uno de sus restaurantes.
