El Palacio Real de Madrid es, una maravilla arquitectónica y un emblema histórico de la capital. Cada año son miles las personas que visitan su Real Armería o el Salón del Trono. Sin embargo, quizá no todos los guías cuentan que alberga numerosos secretos y curiosidades que lo hacen único en su género. A continuación, se detallan cinco de estas fascinantes peculiaridades, incluyendo el hecho de que es el palacio más grande de Europa.
Más grande que Versalles
El Palacio Real de Madrid ostenta el título de ser el palacio más grande de Europa en términos de superficie. Con una extensión de 135.000 metros cuadrados, este palacio supera a otros grandes palacios europeos, como Versalles. Cuenta con más de 3.418 habitaciones, abarcando habitaciones, salas y otros espacios, si bien solo unas pocas de ellas están abiertas al público. Además de sus aproximadamente 240 balcones y 44 escaleras, alberga extensas colecciones de arte y una biblioteca con más de 500.000 libros.
La magnitud del Palacio Real impresiona a quienes lo contemplan. Es la residencia regia más grande de Europa Occidental, con 6 pisos sobre el suelo y sorprendentemente, 8 plantas más debajo de este. Aunque su arquitecto, Filippo Juvara, inicialmente propuso que fuera cuatro veces más grande, los Reyes rechazaron esta idea debido al presupuesto elevado.
Una de las mayores colecciones de relojes del mundo
La colecciones colección es reconocida como la más extensa y valiosa de relojes en España, y se cuenta también entre las más importantes a nivel mundial. Su relevancia se debe en gran medida a los relojes del período rococó, especialmente aquellos creados para Fernando VI por el célebre relojero suizo Jacquet Droz. El reloj más antiguo de la colección es «El Calvario», originario del siglo XVII y fabricado en Núremberg. La presencia notable de relojes de la época imperial se atribuye al interés de Carlos IV por estos artefactos. Destaca especialmente un reloj elaborado en 1878, notable por su riqueza en materiales como oro, plata y marfil, regalado al rey Alfonso XIII por el presidente de Perú en 1906.
Pero, sin duda, destaca Atlas, un reloj suizo creado por Breguet y se exhibe en el Gabinete de Porcelana del Palacio Real de Madrid. Representa el mito griego del joven Atlas, condenado por Zeus a sostener los pilares de la Tierra. En su interior hay un planetario, en el que Atlas muestra los planetas en órbita.
La Farmacia Real
Otra curiosidad del Palacio Real es su antigua farmacia. La Farmacia Real conserva cientos de frascos de porcelana y vidrio que datan de siglos pasados, conteniendo remedios y fórmulas médicas usadas por la realeza. La Real Botica fue creada por Felipe II en 1594, e instalada en el antiguo Alcázar de los Austrias, a partir de la experiencia de dos importantes dependencias sanitarias: el Hospital del Rey de Burgos, cuyo botamen parisino encargado por Isabel II en 1867 se conserva en el Monasterio de las Huelgas; y la Botica jerónima escurialense fundada por Felipe II en 1564 y desaparecida en 1837, de la que restan en la actualidad diez piezas.
El túnel secreto de Bonaparte
El Túnel de Bonaparte, cercano a Madrid Río y conectando el área del puente del Rey, fue concebido y construido en 1811 por el renombrado arquitecto español Juan de Villanueva por encargo de José Bonaparte durante su gobierno. Este túnel, que enlaza la Casa de Campo (específicamente en la zona del Palacio de los Vargas) con el Palacio Real, representó un hito en la ingeniería urbana de la época.
En su contexto histórico, la idea del túnel surgió de Manuel Matheu, quien la propuso a José Bonaparte. Este último, entusiasmado, asignó el proyecto a Villanueva. Originalmente, el túnel partía del Palacio Real, extendiéndose desde la fachada Oeste y atravesando los jardines del Campo del Moro, para finalmente emerger cerca del camino de la Virgen del Puerto. Posteriormente, el discípulo de Villanueva, Isidro González, añadió el puente del Rey. A lo largo del siglo XIX, el túnel sufrió diversas modificaciones, transformándose en una especie de gruta decorativa. Aunque en 1931 se abrió al público con la conversión de la Casa de Campo en parque urbano, la construcción de la M-30 y el soterramiento de esta autopista en el siglo XXI afectaron su utilidad y estructura, alterando su conexión histórica entre la Casa de Campo y el Palacio Real.
Mitos y leyendas
El Palacio Real no escapa a las leyendas y mitos. Se cuenta que, durante su construcción, varios obreros afirmaron haber visto espectros y demonios, lo que llevó a la realización de un exorcismo para calmar sus miedos. Además, muy relacionado con la «escapatoria» de Bonaparte, varias investigaciones han revelado la existencia de túneles y galerías bajo el suelo, conectando el palacio con el Convento de la Encarnación y el Teatro Español en la Plaza de Santa Ana.
Imágenes: Patrimonio Nacional