El alcalde de Brunete, Borja Gutiérrez, ha solicitado a los responsables de la empresa automovilística española Seat que incluya el nombre de Brunete entre las propuestas candidatas a dar nombre a uno de sus próximos modelos.
Seat no lleva a cabo ningún tipo de acuerdo comercial a la hora de elegir el nombre de cada prototipo, sino que lo eligen libremente y son numerosas las propuestas de nombres que recibe la empresa de automóviles cada temporada.
«Sería un honor entrar a formar parte de ese conjunto de magníficos pueblos y ciudades, cuyo valor auténtico encaja con la línea tradicional que Seat ha seguido a lo largo de las últimas décadas para dar nombre a sus vehículos», explica el regidor.
El origen de Brunete se gestó como «cruce de caminos». Al principio Seat tomó la cilindrada de sus vehículos para dar nomenclatura a sus coches, como fue el caso del Seat 600 –que empezó a comercializarse en la década de los 50–, o los Seat 800, 1.200 y 1.500. Después, la firma optó por nombres al proyecto, de ahí nombres como el Seat 124 o el 127.
Más tarde decidió utilizar nombres propios, como Panda, Furia o Ritmo, aunque esta fase duró poco tiempo. En el año 1982 comenzó a utilizar topónimos para dar nombre a sus vehículos, inaugurando esta nueva fase con el Seat Ronda. Desde entonces se ha convertido en tradición que los nombres correspondan a pueblos y ciudades españolas, excepto en el caso del Seat Mii y el Exeo.