“Madrid, en expresión del interés nacional y de sus peculiares características sociales, económicas, históricas y administrativas, en el ejercicio del derecho a la autonomía que la Constitución Española reconoce y garantiza, es una Comunidad Autónoma que organiza su autogobierno de conformidad con la Constitución Española y con el presente Estatuto, que es su norma institucional básica”.
Así comienza el artículo 1 del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid, que fue aprobado mediante ley orgánica en las Cortes Generales y sancionada por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I el 25 de febrero de 1983. El mismo artículo continuaba expresando la aspiración con la que nacía nuestra comunidad autónoma, que no era otra que “hacer realidad los principios de libertad, justicia e igualdad para todos los madrileños”.
Cuarenta años después muchas cosas han cambiado en la Comunidad de Madrid, pero esos principios siguen vigentes y, estoy seguro, son los que inspiran la acción política del Gobierno regional y de la Asamblea de Madrid, instituciones de autogobierno de nuestra región, junto con la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
En estos cuarenta años Madrid ha cambiado y ha adquirido un mayor protagonismo en la economía, la sociedad, la cultura y la política española.
Nuestra región es la que más ha crecido en población en todos estos años. Hoy vivimos en la Comunidad de Madrid más de 6,8 millones de personas, lo que supone un crecimiento del 43 por ciento. Además, hemos pasado de ser la cuarta economía del país a liderar la economía y el empleo, dando oportunidades a los ciudadanos que han nacido en nuestra región o a aquellos otros madrileños de adopción que han llegado a Madrid procedentes de otros países o de otras regiones. Hoy trabajan en Madrid más de 3,5 millones de personas cuando en 1883 sólo había 1.383.300 afiliados a la Seguridad Social, lo que supone un crecimiento del 155 por ciento. Y, el número de autónomos se ha duplicado en todos estos años, hasta superar la cifra de 417.000 trabajadores por cuenta propia.
Además, hoy una de cada cuatro empresas españolas se crea en nuestra comunidad y Madrid capta más del 70 por ciento de la inversión del exterior que llega a España. Empresas e inversores que acuden a la Comunidad de Madrid en busca de libertad, certidumbre, seguridad jurídica y menos burocracia.
En estos 40 años, Madrid también ha sido capaz de vertebrar la región con la más avanzada red de transporte público y de mejorar los servicios públicos transferidos desde la Administración General del Estado, acercándolos a los ciudadanos, especialmente aquellos servicios ligados a la sanidad, la educación o los servicios sociales. Y, algo muy importante, ha sido capaz de hacerlo de forma compatible con una fiscalidad equilibrada, manteniendo los impuestos más bajos de toda España, y ejerciendo el principio de solidaridad con otras regiones españolas, principio que emana del propio texto del Estatuto de Autonomía. De hecho, Madrid es la región más aporta al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales, fondo que tiene por finalidad que todos los españoles podamos tener acceso a los servicios públicos esenciales en igualdad de condiciones.
Son muchos los retos a los que nos enfrentamos, pero cuarenta años después de la creación de la Comunidad de Madrid debemos sentirnos muy orgullosos de todo lo conseguido y de formar parte de una región que sigue haciendo suyos los principios de libertad, justicia e igualdad entre todos los madrileños, así como el de solidaridad entre todas las regiones de España.