El próximo sábado 28 de enero, Colmenar Viejo celebra una de sus citas más esperadas del año, la Vaquilla, fiesta declarada de Interés Turístico Nacional desde 1986. Este año bailarán sus pañuelos y chascarán sus hondas 23 vaquillas, que estarán recorriendo las calles del municipio desde las 16:00h.
A las 17:00h. en la Plaza del Pueblo dará comienzo el baile de las vaquillas participantes. Habrá instalada una grada con 500 localidades y se repartirá caldo caliente a los asistentes.
A las 18:30h. se procederá a la entrega de trofeos de las vaquillas infantiles, dando paso a las 19:00h. a la lectura del pregón, que este año corre a cargo de José Vázquez, de la Ganadería José Vázquez Fernández, ganadería con el hierro más antiguo de España. A continuación, se realizará la entrega de trofeos a las vaquillas de adultos.
Tras la celebración, sobre las 20:00h. y en las inmediaciones del Pósito municipal, bailará y se dará muerte a la vaquilla Descará, finalizando la fiesta con degustación de rosquillas y sangría en el interior del Pósito.
“Llega una de las fechas marcadas en el calendario de los colmenareños, que este año recupera su formato y podremos disfrutar del baile de todas las vaquillas para después pasar a la entrega de premios, además contaremos con el pregón del ganadero José Vázquez. Esperamos que sean muchos los vecinos y visitantes que nos acompañen en esta fiesta”, añade la concejal de Festejos, Isabel Álvarez Díaz.
La Vaquilla
Los orígenes de esta fiesta, declarada de Interés Turístico desde 1986, parecen remontarse a la Antigüedad Romana o incluso, tal vez, a la Prehistoria. Julio Caro Baroja, antropólogo e historiador, en su libro sobre el Carnaval relataba que los jóvenes romanos, disfrazados con pieles de animales y cuernos, corrían detrás de las mujeres simbolizando un intento de reanimar la fertilidad tras el invierno.
En Colmenar Viejo, a pesar de no tener constancia escrita, todo hace suponer que la celebración de La Vaquilla existe ya desde la andadura estable de esta Villa, a mediados del siglo XIII.
Tradicionalmente, las familias de los vaquilleros se reúnen para vestir La Vaquilla: un armazón de madera con varias costillas, palos forrados en los que se cuelgan pañuelos, y en cuya parte frontal se colocan dos cuernos. Todo este armazón se adorna con hermosos mantones de Manila, pañuelos de seda y flores de papel o naturales; y el frente de la vaquilla se engalana con broches, pendientes y colgantes.
Cada vaquilla sale de una vivienda o local y está formada por mayoral, vaquilleros y taleguero. Cada una de ellas realiza un recorrido por diferentes calles de la localidad hasta llegar a la Plaza del Pueblo, donde, de una en una, van exhibiendo su belleza y colorido con un particular baile que simula embestidas a los vaquilleros. Tras la exhibición, cada vaquilla vuelve a su lugar de salida, y allí se simula su muerte con tres tiros al aire y sangría.