La Comunidad de Madrid ha culminado la renovación integral del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital público de La Princesa, que ha supuesto desde la remodelación de los espacios hasta la incorporación de última tecnología para el tratamiento del cáncer. Entre el nuevo equipamiento se encuentra la braquiterapia de alta tasa guiada por imagen, procedente de la donación de la Fundación Amancio Ortega.
Según ha especificado el Gobierno regional, este nuevo aparato permite delimitar los tumores y asegurar la correcta administración de la dosis de radiación, pudiendo suministrar una más alta y homogénea con un menor número de sesiones. Asimismo, facilita tratar con la máxima precisión tumores ginecológicos, cutáneos, de próstata o pulmonares, a través de la colocación estratégica (en el propio o cerca de él) de isotopos radioactivos. De igual manera, permite la irradiación corporal total o nodal total.
Además de la braquiterapia, el hospital público madrileño cuenta con dos aceleradores lineales de altas prestaciones con imagen guiada, que ofrecen, además de los tratamientos estándares de alta precisión, la posibilidad de realizar procedimientos de radiocirugía, radioterapia adaptativa, control respiratorio durante la radiación, etc. Completa la batería tecnológica un TAC de simulación 4D.
La Princesa, un hospital a la vanguardia
La implantación de este equipamiento en el Servicio de Oncología Radioterápica unido a la reciente remodelación de la planta de hospitalización de Oncología con 16 habitaciones individuales, así como la puesta en marcha de un moderno hospital de día oncohematológico sitúa a La Princesa como un referente en el plano asistencial en el tratamiento del cáncer en la Comunidad de Madrid.
Su actividad investigadora también es destacable, estando incluido en el Instituto de Investigación Sanitaria IIS Princesa y centrado fundamentalmente en las líneas de desarrollo y aplicación de la nueva tecnología en tumores de próstata, pulmón, mama y aparato digestivo.
La remodelación ha contado, además, con un proyecto de interiorismo denominado Índigo, inspirado en el color azul profundo del cielo nocturno y enmarcado en la línea estratégica de humanización de los espacios, donde se pone en evidencia que un entorno físico confortable ayuda al paciente a reducir sus niveles de estrés. Así, imágenes de estrellas y constelaciones en los techos dan la apariencia de cielo a una unidad que se encuentra en una planta sótano y dispone de escasa altura libre.