No sospechaba Newton que su principio de acción-reacción explicaría el comportamiento de la sociedad moderna.

La ley de memoria histórica debe entenderse como una forma de hacer cierta justicia. Sin entrar en lo buenos o malos que fueran los republicanos, lo cierto es que la guerra la ganaron los golpistas y tiempo tuvieron después de ajustar cuentas, y hacer muchas barbaridades… de modo que durante cuatro décadas solo hubo justicia para un bando. Luego vino la ley de amnistía y tocaba olvidar para sanar. Esa ley fue necesaria en su momento, pero es imposible olvidar que a un familiar tuyo lo sacaran de casa para pegarle un tiro y enterrarlo en una cuneta, tal vez solo porque le caía mal al chulo del pueblo. Entonces, con las cosas ya más calmadas y sin siquiera buscar venganza, solo descanso, hay quien quiere buscar a sus seres queridos y que sus asesinos, al menos, no tengan sus restos en lugares honorables o den nombre a calles.

La ley de memoria histórica podría haberse puesto en marcha sin tanto ruido, y solo venir a dar paz a quien sufrió durante décadas la pena de que sus verdugos pasaran por personas eminentes.

La justicia poética que viene a poner una ley así, debiera parecer algo razonable y ya está. Porque en el peor de los casos -¿A ti que más te da que cambien el nombre de la calle por uno sin polémica, o que saquen a Franco del Valle de los Caídos?- A ver -¿Qué más te da, leñe? Si lo sacaron para donde dicen que quería él estar, y lo sacaron para dejar de ser el único dictador europeo que permanecía en un lugar de honor, y dar así dignidad a las víctimas-.

Pero no funcionan las cosas así en estos tiempos.

Que el gobierno saca la ley de memoria histórica, pues el alcalde de la capital de España coloca una estatua de la legión, algo con lo que no habría problema, pero aprovecha para reivindicar a su franquista creador, para así cumplir con la tercera ley de Newton y liarla. No sé si intentaría hacer una gracia, como cuando le dijo a los niños que donaría antes para Notre Dame que para la Amazonia, o cuando le pega balonazos a los periodistas, pero no hace la misma gracia decir las cosas como Austin Powers que como político.

Aún añadió, en declaraciones posteriores, que es que el gobierno central se malgastaba el dinero, no como él, que tenía esa estatua detrás que como todo el mundo sabe es muy útil y va a servir, por ejemplo, para solucionar los problemas de la Sanidad madrileña… aunque, a decir de los gobiernos madrileños, es que el personal (al que tienen más que puteao, con perdón) falsea las cosas… ¡Hay que ser irresponsables!

En la misma línea que Almeida, el líder del PP nacional dijo, sobre la exhumación de Queipo de Llano, esa frase tan original e inteligente de que es que a él le importan los vivos… como si una cosa fuera en contra de la otra. A los de Vox, les preocupó perturbar el descanso (sí, eso dijeron, y no les dio la risa ni nada) del muerto… El descanso de los vivos, familiares de los que mandó matar aquel, pa qué…

Pero todo esto son efectos del principio de acción-reacción en el que nos hemos metido. Lo razonable no importa, importa el combate, el tú “das” con una cosa y yo “te la devuelvo” con otra aunque realmente no se adelante nada con ello.

Que la Organización Mundial de la Salud, o el Ministro Garzón, dicen que se aconseja reducir el consumo de carne, pues se organizan botillazas o lo que proceda según la zona, porque “pa cojonudo yo, a mí nadie me dice lo que No tengo que comer, salvo que sea brócoli”.

Que se habla de dejar de matar animales por divertimento (véase tauromaquia, caza y otras prácticas arcaicas), pues pa chulo yo y aunque dijera que era de izquierdas ahora voto a Vox (conozco casos de este vuelco mental, que no sé a qué espera Iker Jiménez para hacer un programa al respecto).

Que las mujeres piden que se las trate con respeto, pues Vox.

Que hay personas que buscan una vida mejor y cruzan una frontera, pues Vox otra vez.

Vox, Vox, Vox.

La solución a todos los males ahora es Vox… ese extremo que surgió probablemente como reacción al extremo por el otro lado que es Podemos…

La verdad es que uno oye a Irene Montero y dan ganas de reaccionar contrarrestando en la dirección contraria…

El feminismo exacerbado no le hace ningún favor a las mujeres: provoca una reacción opuesta.

Pedir el derribo del Valle de los Caídos, monumento extraordinario (las cosas como son), también provoca reacciones de oposición….

Los excesos, los extremos, nunca son soluciones.

Y ocurre así con cada cosa, en estos tiempos de redes sociales e intoxicación de información.

Los medios de comunicación reaccionaron a eso con un exceso de información, con la matraca por sistema.

Y la gente a su vez ha reaccionado a esa pesadez pasando del estupor al pasotismo.

No hace falta ni escuchar las noticias y demás, solo fijarse un poco. Yo recuerdo hace cosa de treinta años que cada invierno nevaba sin excepción en mi pueblo, varias veces, varias buenas nevadas. Ahora hace unos cuantos años que si cae una nevada de unas horas, ya no es de esperar otra.

El cambio climático es, pues, una realidad palpable, PERO nos dan tanto la paliza con él que ya aburre, como pasó con el coronavirus. Tampoco ayudan extremistas que atentan contra el arte para llamar la atención por el clima. No contra una fábrica contaminante o un político negacionista, sino contra el arte. Es difícil encontrar una forma más estúpida de protestar contra algo… y claro, provoca reacción de rechazo.

Y así estamos, en un bucle de acción reacción que como no se pare de algún modo acabaremos todos enfrentados a todos por una cosa u otra.

Tomás Vega Moralejo 

13/11/2022 

PD: Envío este artículo, uno de esos artículos que no me salen del tirón, en el que he querido meter demasiadas cosas… y que me ha salido largo, y yo he salido poco satisfecho de él… Lo envío, decía, sorteando una huelga de camioneros que no entiendo… porque algo no cuadra: si nos ha subido Todo y la explicación parcial es que han subido los costes de transporte, será que parte de esa subida ya va a cubrir los sobrecostes de combustible que están teniendo los transportistas, y está también la rebaja del precio del combustible del gobierno. Entonces ¿Por qué esta nueva huelga? Una vez más solo se empeña en ella Manuel Hernández, aspirante a político de Vox, que a ver si lo cogen de una vez y deja el transporte tranquilo.