Madrid ha escalado puestos en su reputación internacional, al alza en 2016, que hace que la capital de España se equipare a Barcelona. Madrid mejora sus valoraciones en las 13 variables analizadas por el estudio City RepTrak de la consultora Reputation Institute.
Para la realización del estudio se han encuestado a casi 6.000 ciudadanos de los países que forman el G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia), quienes han valorado 54 ciudades en base a la estima, admiración, confianza y buena impresión que les despiertan.
Según concreta el socio director de Reputation Institute, Fernando Prado, estos encuestados han tenido acceso al voto a través de internet, por lo que el sesgo se ha remitido a la oportunidad de acceder a la red de los usuarios.
Asimismo han evaluado trece atributos reputacionales de estas ciudades agrupados en las siguientes tres dimensiones: calidad institucional (variables socio-políticas), nivel de desarrollo (variables económicas) y calidad de vida (variables culturas y otros aspectos relacionados con el entorno natural y el estilo de vida).
El peso de los atributos en la reputación de una ciudad se refleja en un 37,6 por ciento de calidad institucional, un 36,7 por ciento de calidad de vida y un 25,9 en nivel de desarrollo.
El trabajo de campo se ha llevado a cabo en los meses de agosto y septiembre de este año.
La evaluación de su calidad de vida mejora un 5,2 por ciento, un 7,1 por ciento ha subido su calidad institucional y un 8,6 por ciento lo ha hecho su nivel de desarrollo.
Madrid se aproxima, con 76,9 puntos, al perfil reputacional de las ciudades mejor percibidas, como Sidney, que lidera el ránking de este año con 81,8, por lo que la diferencia es de 3,4 puntos porcentuales.
Asimismo, sube el reconocimiento de Madrid como sede empresarial (+10,4 por cientio), ciudad tecnológica e innovadora (+8,6 por ciento), financieramente estable (+8,5% por ciento), con servicios y productos de calidad (+8,4 por ciento), con un entorno económico adecuado para los negocios (+7,1 por ciento) y con altos estándares de bienestar social (+8,5 por ciento).
De esta forma, la reputación de Madrid cierra definitivamente las profundas grietas abiertas por la crisis económica.
«La reputación de una ciudad se construye a partir de la experiencia directa, la imagen que reflejan los medios de comunicación, los apoyos de terceros y los estereotipos socialmente aceptados», apostilla Prado.
La valoración de Madrid es más alta en países como Reino Unido, Rusia y Alemania, que valoran la calidad de vida de la capital por encima de la media, con una valoración «excelente» de esta dimensión al superar los 80 puntos. Madrid domina con respecto a las ciudades europeas, sobre todo, en cultura.
Dentro del nivel de desarrollo, EEUU, Reino Unido, Francia y Alemania hacen una valoración «fuerte». Canadá, Rusia y Japón valoran menos esta faceta. La capital ha registrado una notable mejora (9,0 y 9,2 por ciento) en estabilidad financiera y tecnología e innovación, aunque su diferencia es negativa (-2,7 por ciento y -0,6 por ciento) respecto a ciudades europeas.
En cuanto a la calidad institucional, Reino Unido, EEUU, Alemania y Francia son los que mejor valoran este aspecto, mientras que Japón es más crítico con una valoración de 63,3 puntos.
Los valores negativos, pese a la mejora, se localizan en bienestar social y entorno político/institucional (ambos -0,9 por ciento), mientras que la seguridad con respecto a otras ciudades europeas es un 2,4 por ciento superior.
HACE FALTA UN PROYECTO DE MARCA-CIUDAD
Además, Madrid (76,9 puntos Pulse) ha alcanzado a Barcelona (77,2 puntos Pulse), ya que una diferencia de -0,3 puntos no se considera significativa, y ha reducido de esta manera la distancia que separaba a ambas ciudades en 2011.
Si bien, Prado destaca que a Madrid le falta un «proyecto de marca-ciudad» en un «momento adecuado» de posicionamiento como ciudad en busca de construir la marca. «Es un tema de establecer iconos», afirma con respecto a los iconos identificativos como el Big Ben en Londres o la Sagrada Familia en Barcelona.
Dentro de los comportamientos de apoyo, Madrid aventaja a otras ciudades europeas en la faceta de trabajar, vivir, comprar y visitar, aunque se refleja una desventaja en lugar para invertir (-1,1 por ciento) y para organizar/sistir a congresos (-0,2 por ciento) con respecto a la media de ciudades europeas.
En cuanto a la posible llegada de empresas procedentes del Reino Unido ante el Brexit a Madrid, afirma que la capital está por debajo de algunas ciudades europeas a nivel de invertir, aunque es «buen momento» para intentar atraer a esas empresas.
A nivel de dimensiones, la distancia se ha estrechado hasta casi desaparecer en nivel de desarrollo y calidad institucional, dimensiones en las que Barcelona aventaja a Madrid en 0,9 y 0,5 puntos porcentuales, respectivamente.
La dimensión calidad de vida se mantiene favorable para Barcelona, pero en 2016 se deja casi tres cuartas partes de la ventaja mediante una bajada de 5,5 a 2 puntos porcentuales.
Barcelona, a nivel de atributos, mantenía en 2015 una diferencia clara en las 13 variables analizadas, pero en 2016 se ha invertido en cinco atributos como sede empresarial, entorno económico, tecnología e innovación, líderes respetados y seguridad.