Arranca el nuevo curso político en la Comunidad de Madrid y lo hace, al menos de momento, con diálogo. El que ha mantenido la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, con los diferentes líderes del resto de formaciones políticas que componen la Asamblea, con un balance que prevé un final de legislatura cómodo en lo que a la elaboración de los presupuestos se refiere, pero con la polarización que vimos en las elecciones de 2021 aún vigente. Eso sí, con más «elegancia» que entonces.
Empezamos con la primera reunión, la más (en teoría) fácil). Nos referimos, por supuesto, a la mantenida entre Ayuso y Rocío Monasterio, portavoz de VOX, con los Presupuestos de 2023 como elemento central. La conclusión de este encuentro es que se da por hecho que en las próximas semanas estará listo el primer borrador de esa nueva estructura del gasto.
Un acuerdo que se prevé alcanzarán con la formación verde, ya que tal y como ha reconocido Enrique Ossorio, portavoz del Gobierno y consejero de Educación, Universidades y Ciencia, las conversaciones con la izquierda son «prácticas» pero difícilmente implicarán un apoyo. Algo que si lograrán, salvo sorpresa, desde VOX, a pesar de que Monasterio ya ha advertido que «si los políticos estamos dispuestos a hacer sacrificios y a apretarnos el cinturón, entonces Vox apoyará los Presupuestos», dejando claras sus condiciones: «reducción del gasto público ineficaz» y «bajada drástica de impuestos».
Algo compartido, en el fondo, por el actual Ejecutivo, que comparte que en el escenario actual hay que hacer un «esfuerzo de eficiencia del gasto» resaltando desde el equipo de Ayuso las medidas para rebajar la presión fiscal. El anteproyecto de las cuentas regionales tiene que enviarse como muy tarde el 31 de octubre a la Asamblea para que puedan entrar en vigor en 2023, y aunque se han emplazado «a seguir hablando», todo hace indicar que no habrá mayores problemas.
Tregua con Mónica García y «fracaso» para Unidas Podemos
Más sorpresivo, pero necesario, ha sido el acuerdo verbal al que han llegado Isabel Díaz Ayuso y Mónica García para reducir la crispación en sus futuras intervenciones en la Asamblea de Madrid. En un intento por rebajar la tensión en la política regional, ambas políticos han decidido comprometerse en rebajar la tensión «para que la Cámara de Madrid sea una cámara de resonancia de ideas y de propuestas. En este sentido tenemos el compromiso para que a partir del siguiente pleno tengamos unos plenos con menos confrontación, más titulares proactivos y menos insultos y exabruptos», ha anunciado García.
Un pacto que tendrá que demostrarse en la práctica, pero que viene acompañado de un compromiso por parte del Ejecutivo a estudiar varias de las propuestas trasladadas desde Más Madrid. Entre ellas están la instalación de placas fotovoltaicas en el Metro y un plan renove de electrodomésticos. La líder de la oposición ha explicado que con estas propuestas pretenden sacar al Gobierno de la «inacción» y de esa «constante confrontación con medidas políticas que pueden frenar el impacto de esta crisis energética».
Por parte del PSOE, Juan Lobato ha trasladado su apuesta por la eficiencia energética y ha insistido en la gratuidad del transporte público hasta enero. «Necesitamos consensos y no tiene sentido que la Comunidad sea la única de toda España que recurre constantemente las decisiones y los planes del Gobierno de España y debe ser la región que lidere en positivo con medidas que sean de ejemplo como las que le venimos proponiendo desde el mes de marzo», ha subrayado.
Aun así, el líder de los socialistas en la Asamblea de Madrid ha celebrado el tono «cordial», reprochando en todo a caso a Ayuso su «confrontación» al decreto energético del Gobierno central. «Madrid es una región donde no llegamos a producir ni el 5% de la energía que consumimos. ¿Cómo vamos a estar en la confrontación y el negacionismo? Apostemos por la eficiencia y aceleremos la inversión en el aislamiento de instituciones públicas. Hagámoslo en los próximos seis meses», le ha pedido.
La más dura ha sido sin duda la portavoz de Unidas Podemos, Carolina Alonso, quien ha calificado la reunión con la presidenta de «fracaso», acusando a Ayuso de utilizar estas citas como un «lavado de cara». «Ni una sola medida, ni un solo compromiso.
Queda preguntarse para qué convocan estas reuniones si no se tiene en cuenta la opinión de la oposición», ha comentado.
Imágenes: Comunidad de Madrid