18:45 de la tarde en Madrid. Tras un caótico día de lluvia, los olores emanan del asfalto: se mezcla el aroma de la fruta expuesta en la entrada del ‘Alimentación’ con la peste a alcantarilla. La periodista llega corriendo y, tras esperar un par de minutos, lo ve llegar. Antonio Luque (Sevilla, 1970) le hace sombra a cualquiera. Su 1’90m, su camisa negra de lunares y sus andares de músico acaparan las miradas en la camaleónica Calle Pez. El pasado 8 de abril lanzó al mercado ‘El Progreso’. Un LP que encierra diez canciones que hablan de amor, de sueños, de aspiraciones y, por qué no, de progreso, manteniendo su característico tono irónico. El próximo 29 de abril actuará en la Joy Eslava (Madrid) dentro del ciclo de conciertos de Festimad. Las entradas están a la venta a partir de 16€.

Acaba de lanzar su último trabajo, ‘El Progreso’, si sólo pudiera quedarse con una canción, ¿con cuál se quedaría?

Pues con El Progreso, por eso da título al disco. Una relación amorosa… Fíjate que ahora se habla mucho del progreso, del Gobierno del Progreso, por eso el disco va a ser más comprendido de lo que yo pensaba, porque mucha gente tiene la sensación de que estamos en un callejón sin salida… vamos corriendo a todas partes, ¿para qué? Para nada.
Tras casi tres décadas entregado a la música, ¿qué piensa cuando mira hacia atrás?
(Risas) Todavía queda para tres décadas, ¿eh? Pero sí, el primer concierto fue hace casi 26 años. Bueno, yo siempre, siempre me arrepiento de todo. De lo que no me arrepiento es de haber cogido la guitarra y de escribir canciones. La música sigue siendo mi gran afición, lo que me salva cuando algo me agobia. Pongo un disco que me guste y ya es una puerta a otra dimensión.

¿Cómo afronta esta gira?

Pues tocando, tocando cinco canciones del disco nuevo y otras cinco del disco anterior. Procurando tocar bien, que suene bonito, cantar bien, que suene afinado, tocar con precisión. Y esperando que a la gente le guste el disco. Y seguir con discreción para seguir haciendo esto, que es lo que me gusta.

He leído que se le ha criticado precisamente por lo fructífera que es tu obra, ahora libros, que si un disco al año…

Bueno, igual tendré que ser más selectivo. Igual si en vez de haber publicado hubiera cogido siete, con las mejores canciones, quizá tendría más prestigio o estaría en mejor consideración para algunas personas, pero es que yo no sé elegir las mejores canciones, yo no sé elegir cuáles son las buenas. Con decir que ‘Efectos Especiales’ para mi tenía que estar fuera del disco, fue Jota (el productor) el que me dijo “¡Pero qué dices! Si esta es la buena” pero yo la hubiese quitado. Y parece que es la que más está escuchando la gente… Yo lo que hago es que las grabo y luego algunas llegan más lejos y luego otras pues… no llegan a nada. Eso ya es casi más un problema de la canción que mío

¿No cree que es un poco el mal de nuestro tiempo eso de que si eres fructífero, si tienes éxito, si… es mainstream, es como que ya es malo?

¿Señor Chinarro mainstream? ¡Ojalá! Pero sí que en España el que hace cosas es más criticado, porque mola más criticar sin más, sin hacer nada, es como más cómodo.

¿Qué piensa cuando escucha que “en la escena de la música alternativa española todo suena igual”?

Para mí es más un problema de los estudios de grabación. Una canción empieza a sonar y yo ya decido que se ha grabado en España. Entonces ya no me gusta.

En su biografía le presentan como “pionero de la música alternativa en España”, ¿Qué significa para usted “música alternativa”?

Pues la alternativa a la mainstream. Te has metido en el mainstream pues esta es la otra. La mainstream intenta ser un poco, pues bueno, lanzar una serie de mensajes, de secuencias y de acordes, de melodías que llegan a la gente pues más fácil, más sencillo. O tienen un apoyo de la industria y les ayudan más. Porque ahora está camuflado por lo del indie, como que ya tiene un mayor apoyo de la industria, ya cogieron como la marca para darles lo que ellos quieren y que van a vender. Es algo sencillo, probablemente inofensivo, sin ningún tipo de mensaje crítico de nada, pues así, cosas pues de andar por casa. Y como es más sencillo pues llega a más gente. ¿Más malo? Pues tampoco. Los alternativos procuramos buscarle la vuelta a las cosas, una cosa un poquín más… buscarle las cosquillas. Aunque digan que no hay siempre una crítica implícita, por eso no contamos con el apoyo de la industria, de hecho. Nunca hemos contado y cuando hemos contado es porque… ¡algo hemos mal!

En qué escenario se siente mejor, ¿en el de un festival o en una sala?
A mí me gustan los festivales, porque llegas, tocas y te vas, no tienes que recoger. Igualmente por el equipo, y por la gente, y te sirve también de promoción, porque va gente que no te conoce. Lo que pasa que si te ponen a las cinco de la tarde, pues no, entonces no. No te ve nadie, bueno sí, los más madrugadores. Pero bueno, es muy cómodo. Me gusta también tocar en teatros, en sitios especialmente preparados para que suene bien.  Como el concierto que viste el Día de la Música, en esa sala tan… pues acústicamente mejor preparado. Luego en garitos pues bueno, hay garitos que no están bien preparados, no están bien acústicamente. Cuando llevas ya tanto tiempo pues sabes lo que mola y lo que no. Con elegir los buenos, pues ya está.

Comentaba en una entrevista que “el amor es una cosa de poetas y curas, de gente que no practica, y que por eso no funciona”. ¿Ha cambiado esa idea del amor? Porque en Progreso habla de una relación amorosa…

Yo es que soy poeta y medio cura (risas). Hombre, lo decía para apuntarme yo un tanto. No digo con eso que el amor sea irreal, al contrario. Pero sí tenemos que entender que hay una construcción. Hasta el sexo, también el sexo es una construcción. Lo que digo es que como construcción se puede cuestionar. Y a veces uno entra en crisis, y no sólo hay crisis amorosas.

Sonará muy típico, ¿pero cuáles son sus referentes musicales?

Esto es un bucle. Desde que se inventó la guitarra eléctrica y estos ritmos un poco… Yo sigo escuchando Elvis Presley, Bob Dylan y pues hasta hoy, pues es un bucle. Los Beatles los estoy empezando a escuchar ahora, aunque antes los he escuchado indirectamente, pues a través de Blur… Me gusta mucho lo que se hace ahora. Lo que pasa que ya casi no me quedo con los nombres. Los pongo ahí en una lista de reproducción en Spoti… ‘Artistas Similares’ y cuando me gusta uno pues lo pongo ahí, en favoritos… pero me está pasando un poco como cuando empezaba a escuchar música, que no me preocupo tanto por el nombre de los grupos como por la canción. Me gusta la canción y la escucho, pero no me acuerdo del nombre del grupo.

Ahora con Spotify y todas estas plataformas de streaming como que tienes la posibilidad de escuchar una cantidad de grupos ilimitados, antes tenías tu iPod con máximo 300 canciones y si querías otra cosa te fastidiabas…

No, no. Pero yo tengo mi lista de favoritos, con doscientas canciones y la escucho siempre. Los últimos grupos que he escuchado que me han gustado mucho muchísimo son ‘Cloud Nothing’ y ‘Dirty Beaches.

¿Y españoles?

Apenas escucho música española. Me da la sensación de que está todo muy mal grabado.

¿Tiene una rutina para escribir o escribe cuando le apetece?

No, no, eso no funciona con las canciones. Hombre, o mujer, podría ponerme si tuviera mucha urgencia de publicar un disco nuevo. Por ejemplo, con este último disco tenía un poco de prisa, se estaba echando el tiempo encima. Este verano sí que cogía la guitarra todos los días. Hay días en los que las canciones casi se sueñan más que se componen. De pronto vienen… Se sueñan canciones, todos los que hacemos canciones, soñamos con canciones. De repente de levantas a las seis de la mañana y la tienes ahí como, ay, cojo el iPhone y la grabo en un momentito. Y que sí, que es muy guay, pero como que te acabas de despertar y no te acuerdas de nada. Y ¡Ay, mi canción, mi canción! Se ha perdido para siempre. Y otras veces pues aparecen así, y ya las grabas.

O sea, que para ti es un proceso espontáneo, ¿no?
Sí, para mi es algo que viene de la inspiración, completamente espontáneo y misterioso

He percibido que le molesta que le recuerden que los esnobs musicales le criticaron por “hacerse un tipo alegre” con ‘El Fuego Amigo’, ¿qué siente cuando escucha eso de “el primero fue mejor”?

Para alguien que tiene 15 discos, eso ya no significa nada. A parte, que el primero no fue el mejor. Me parece que fue Mano de Topo el que calificó el segundo como el mejor disco.

Entonces, ¿para usted cuál es el mejor disco?

No lo sé, no lo sé. Yo esto lo menciono mucho, Beck dijo que lo importante es hacerse con un repertorio de 20 canciones buenas para los conciertos. Es algo muy difícil. Yo no sé si después de 15 discos me he hecho con 20 canciones buenas, buenas, buenas. Es muy difícil eso.

De momento he visto que está confirmado en Contepopránea y en el Low, ¿en qué festival le gustaría tocar?

En el Primavera Sound. Pero este año no puedo porque ya toqué el año pasado. Espero tocar el año que viene.

El tema de la literatura, ¿cómo lo lleva?

Pues ahora mismo no me apetece, es un esfuerzo muy grande. Un disco da más bolos. Te lo pasas mejor, tocas la guitarra. Y luego dices: presentación de un libro de tal. Y van quince. Requiere mucho esfuerzo, quizá terminaría cogiéndole práctica y escribiendo una novela al año o algo así. Con la primera novela tardé un año, pero mucho esfuerzo, es un esfuerzo titánico. Me hubiese vuelto loco si no fuera porque lo estaba ya.

Suele ser bastante polémico en las entrevistas, ¿qué opina de la prensa especializada?

Pues hombre, mientras sea especializada. Lo malo es cuando no lo son y van dando lecciones. Pero hay mucho blog que está muy mal escrito y luego me dicen a mí que el disco está mal hecho (risas). ¡Pues aprende a escribir tú primero! Esos blogs van cayendo. Hay selección natural también ahí en la red.

Mencionaba en su blog que todos los artistas son de izquierdas hasta que se habla de piratería y de derechos, que todos se hacen de derechas.

Hombre claro, es que los derechos son nuestros derechos. Tu piensa que si todos los que tenemos un piso en propiedad nos negamos a que nos den una patada al piso y que nos lo ocupen, somos de derechas, entonces todos los que tenemos un piso en propiedad somos de derechas. Si solamente son de izquierdas los que no tienen absolutamente nada, tiene su lógica, pero entonces eso ya no es política, es coyuntural, circunstancial.

La sugerencia del todopoderoso Google al buscar ‘Exitus’, título de su primera novela, es “pdf” y cuando busco cualquiera de sus discos lo que sale es “descargar”… ¿Cree que en España se está luchando bien contra la piratería? Lo siguiente es “Youtube”, pero eh, luego “letra”.

 Pues eso no lo había buscado yo. Bueno, a mí ya me da un poco igual. Mientras escuchen el disco y luego vayan al concierto, ¿sabes? Bueno, ¿qué le vamos a hacer? Pero yo lo que encuentro sospechoso es que esta noche si yo intento buscar el partido del Betis en una página de estas piratas, Tarjeta Roja o como se llame, está siempre tapado. Los catan de inmediato. Los pillan y se lo cierran. ¿Por qué no hacen lo mismo con los discos? Porque les interesa que no ganemos dinero y que soltemos la guitarra y que nos dediquemos a otra cosa. Y ¿por qué? Fíjate si hacemos todos una crítica social y política que no quieren que ganemos dinero, o que no lo ganen las discográficas. O que lo que se genere no sea para nosotros, sino para las compañías telefónicas. Si tenemos que dejar de trabajar, tenemos que dejar de criticar. Si no fuésemos críticos, si fuésemos como el fútbol, algo que mantiene a la gente tonta delante de la pantalla, no dejarían que se pirateara la señal.

Y luego también hay artistas súper protegidos en Internet, por ejemplo, lo último de Kanye West ha sido imposible de descargar pirata.

Pero, ¿por qué? Porque su mensaje es inocuo o intranscendente. Y entonces conviene que eso de dinero y que ese señor siga haciendo canciones. Entonces a él sí que se lo facilitan. A todos los demás nos echan a la jungla de las descargas para que no veamos un duro, un euro. Está permitido adrede. En Francia eso no está permitido, a la cuarta que te pillan te quitan la conexión. Aquí no porque interesa, prefieren que los músicos se dediquen a otra cosa. Nuestras propias familias nos dicen pues a ver cuándo te empiezas a buscar un trabajo de verdad. “Estos faranduleros, son todos de izquierdas, de Podemos.” Vamos, si pudieran nos impedirían cantar. De hecho, lo hacen, hemos estado hablando antes del Día de la Música. Aprovecharon lo del Madrid Arena que es un fallo de ellos, de licencia, de colegueo y de mafia y al año siguiente dijeron que con el Día de la Música podía entrar sólo la cuarta parte del aforo, no sé qué y se lo cargaron. Que era lo que querían.

Ayer fueron los Premios MIN y hablaban precisamente de esto, de que para personas que escuchamos música alternativa, Izal, Vetusta Morla… son ya como muy conocidos. Sin embargo, aseguran que cuando hacen encuestas, se lo presentan al gran público, realmente no los conocen.

Claro que los conocen, pero si llenan el Palacio de los Deportes. Y eso ya no lo llena ni Melendi, le cuesta hasta Alejandro Sanz… Pero bueno, han cogido la marca independiente y bueno, pues yo ya me inventaré otra, no pasa nada.

Ayer se celebraron los Premios de la Música Independiente, justo el otro día mencionaba la organización del evento que el 97 % de la música que suena en la radio pertenece a 3 multinacionales, ¿cómo ve usted esta situación?

Un dato incontestable. Yo también tengo datos, veo los repartos de pasta, veo, en fin, el volumen de negocio cómo es. Y sí, sí, un 97% por no decir un 99%. Pues lo alternativo es lo que está fuera de eso… Vetusta Morla tiene su propio sello discográfico, pero no sabemos quién está ahí, quién pone el dinero. No nos vamos a enterar nunca y no es asunto mío. Y más allá de si eso es independiente o no, ole sus narices. Y nada, los premios están bien, yo no voy porque no me han nominado para nada (risas) y mañana tengo que madrugar para ir a la radio. Pero bueno, está muy bien que se celebren y que manejen información, aunque sea para ese 3%.

Este año entre analógico y digital se han facturado 135 millones de euros aproximadamente, un 3% de ahí ya es un buen pellizco.

(Pensativo, haciendo cálculos) Pues cerca de cuatro millones de euros, ¿no? Bueno, ya te digo yo que de ahí a mí me va a llegar poco (risas).

Vaticinaba hace tiempo que el formato físico desaparecería, y bueno, todavía no ha llegado ese día, aunque por segundo año consecutivo lo digital factura más que lo analógico. Spotify ha sido el motor. Creo que por reproducción a usted le llega 0’0007 céntimos de euro. Para ser mileurista, necesitaría 2 millones de oyentes mensuales. ¿Qué le parece la música en streaming? ¿A quién favorece?

Es que yo no sé si esa cuenta es así o no. El distribuidor digital pues te presenta una suma de todo, de Youtube, de Spotify, de iTunes, que nadie compra aquí, entonces nos llega una suma de todo. Es un complemento, te llega algo de dinero. No llega a la cifra de discos físicos, claro. Pero es más de lo que la discográfica suele decir. Si de lo que le dan ellos se quedan con un 85% pues entonces a ti te queda un 15%. Ponle al año que Spoti a mí me quede después de los porcentajes con la discográfica 1.500€ o así, eso es como si antes hubiera vendido 1.500 discos  algo parecido. Pero mientras allá la opción de salir por ahí a cantar, pues seguiremos. Como tampoco parece que ningún Gobierno vaya a hacer una normativa favorable a los artistas, que esto parece que vamos de Guatemala a Guatepeor (risas).

Ha mencionado antes a Podemos, ellos han sido más laxos con la piratería… El año pasado un señor que iba en las listas de Podemos en Madrid había defendido una plataforma de descarga libre.

Uy, ¿he mencionado a Podemos? Me he metido en un lío. Por eso he dicho que vamos de Guatemala a Guatepeor, por eso lo he dicho. Es que esa visión idealista de algunos jóvenes, lo que pasa que ese señor ya no es tan joven, de Open Data, de Internet libre, de intercambio… que vale, que al final se lleva todo el dinero las telefónicas, y es que no funciona así. Es una red de espionaje militar todavía. Y ese es su origen: militar. Que está en manos de los más poderosos. Pensar que eso es ‘Jauja’ donde vamos a poner toda la sabiduría, que vamos a poner toda la cultura, es una tontería (risas). Yo entiendo ese sueño de esas personas, esa Arcadia hippie, yo lo entiendo, y me gustaría que fuera así, pero las cosas no funcionan así. Luego me leerán los jóvenes y dirán: “¡Qué facha este tío!” pero a mí me da igual. Yo estoy con la frase esta de Paco de Lucía que dijo: “Cuando gané mi primer millón de pesetas y no se lo di a los pobres ya dejé de decir que era de izquierdas.” Yo igual. Todo de boquilla, es muy fácil hablar, muy sencillo.

Leí un post que publicó sobre los cambios, que es bueno cambiar…

Sí, sobre todo con las opiniones hay que cambiar. Mis discos no han cambiado tampoco mucho nunca. Por otra parte, esto de los artistas es siempre críticas, que si cambias porque cambias, que si no cambias porque te repites. Hay que intentar que refleje siempre el momento y también tu estética, tu gusto. Si cambia un poco, pues bien. Además, no sólo cambia el gusto, cambia todo. Ya no canto igual que hace veinte años. Normalmente esos comentarios los hacen los que no se han comido, los músicos que no han salido del local de ensayo. Esos son los que entran en los blogs a trolear.

¿Está satisfecho con dónde está llegando?

Pudo haber sido mejor, pudo haber sido peor. Voy tirando con lo que hay. Tengo una ambición de hacer un disco perfecto, y eso todavía no lo he conseguido.