El actor y dramaturgo Bernardo Rivera ha estrenado recientemente en los Teatros Luchana, su nueva comedia ‘Reiniciando’, un espectáculo que se acerca al disparate, pero con un toque amargo de realidad. Lucas, Valeria y Santi son los protagonistas de esta singular historia, a los que Rivera da forma encarnando los tres papeles.
Nos comenta que es un viaje en el tiempo, una travesía por la vida de tres personas desde que estalló el Estado de Alarma hasta la más absoluta actualidad. Es una comedia sobre el amor, la amistad y la familia, que invita al espectador a la reflexión, a valorar lo que tenemos y a luchar por lo que realmente deseamos.
‘Reiniciando’ se estrenó el 2 de marzo en Teatros Luchana y, hasta el momento, ha sido un éxito. ¿Cómo definiría la obra?
La definiría como una comedia que te hace pensar, reflexionar y que te va a entretener y permitir desconectar. El público que vaya a verla se va a enamorar de los tres personajes que aparecen en la obra.
¿Cómo ha sido la respuesta del público hasta ahora?
Ha sido muy positiva. La verdad es que el público está respondiendo muy bien y el mensaje está llegando. Se ríen mucho y disfrutan una barbaridad con los personajes, o sea que veo al público muy contento, de hecho, nos van a prorrogar, vamos a estar más días, así que estamos encantados.
¿Hasta qué día estará en cartelera?
Vamos a estar los días 1, 8, 22 y 29 de abril, todos en viernes a las 22:30h y el martes 12 a las 20:30h. Estamos pendientes de que haya más, pero esas fechas, seguro.
¿Por qué decidió interpretar a los tres personajes? Creo que no es la primera vez.
Fue precisamente por eso, porque la primera obra de la compañía ‘Qué ¡Arte!’ fue ‘El curso de tu vida’ en la que yo daba vida a cinco personajes que coincidían en un curso de cocina. A raíz del confinamiento me puse a escribir la nueva obra de teatro, y también quería seguir ese modelo. Un solo actor, que iba a interpretar yo y hacer diferentes personajes. Primero fui marcando las tres personalidades que quería interpretar y poco a poco redacté la obra.
¿De qué forma nace ‘Reiniciando’?
Su nacimiento fue a raíz del confinamiento, en el momento de la declaración del Estado de Alarma. Empecé a leer un libro que me habían regalado, que sirve para conectar con tu parte creativa: ‘El camino del artista’ de Julia Cameron. Es un libro que se acompaña de muchas actividades diarias y, afortunadamente o desafortunadamente, como tenía mucho tiempo libre, me puse con él. Justo fueron las doce semanas que propone el libro, en las que haces un seguimiento, cuando fui escribiendo la obra. La escribí durante el famoso confinamiento, de ahí surgió la idea y después la he ido modificando, porque no sólo recoge esos días concretos, sino cómo estos personajes viven desde el comienzo de la pandemia hasta la actualidad. La obra ha ido evolucionando, tal y como lo hacen los personajes.
El humor es algo fundamental a la hora de sobrevivir al día a día. ¿Cómo es su relación con la comedia y por qué la prefiere a otros géneros?
La comedia es el lugar en el que me siento cómodo, por eso la prefiero. Me gusta mezclar, que en el drama haya siempre comedia. Es un sentido del humor muy concreto y muy específico el que tienen estos personajes, pero que en general gusta y, sobre todo, te ofrece una respuesta inmediata del público. Si la gente no ríe, no puedes forzarla y eso me ha llevado a que los personajes rompan con la cuarta pared y dialoguen con los espectadores. El contacto con ellos es muy cercano y eso ayuda mucho a la obra y a que los personajes conecten con el público.
«Hay que llevar la cultura a toda España»
¿Es el humor la mejor forma de reflejar nuestra infelicidad?
Yo creo que sí, porque todos en algún aspecto de nuestra vida tenemos problemas, ya sea con respecto a la amistad, a la familia o al trabajo. Es muy complicado que cualquier persona tenga todas esas cuestiones bien resueltas. Siempre hay algo que nos falla o de lo que cojeamos, y qué mejor forma que vivir la vida que con sentido del humor.
Es lo que les pasa a estos personajes, que uno lo lleva muy bien a nivel laboral, pero al otro le va mal… Sin embargo, Valeria, más que actriz, quiere escribir sus propias obras de teatro… Cada uno de los personajes va dudando, a raíz del confinamiento, de cuáles son sus deseos y de lo que quieren hacer con su vida. Ese es el planteamiento de la obra.
El motor de esta comedia es el estado de alarma ¿Cómo lo vivió usted y cómo ha trasladado su experiencia personal al texto?
Afortunadamente lo viví bastante bien porque lo he pasado en pareja y hemos estado en casa tranquilamente. Tenía tiempo libre que dedicaba a leer, a ver películas, a escribir… realmente no lo he pasado en soledad, porque también, además, estaba en una casa que tenía terraza. Todo un lujo. Yo, lo viví muy bien.
Pero es verdad que, con referencia a otros amigos o amigas, actores, actrices, he podido sacar de sus historias personales rasgos para los personajes. Eran situaciones cotidianas que ahora están en esta comedia. Desde una chica que quiere ligar con un chico del edificio de enfrente en los aplausos, otro que se intenta evadir a través de las redes sociales… Esos problemas que hemos tenido todos al no podernos comunicar con la familia, con nuestros padres o hermanos, que estaban lejos. O, aunque estuvieran cerca, tampoco nos podíamos comunicar. Ese tipo de situaciones que todos reconocemos y que todos hemos vivido están plasmadas en la obra.
A pesar de eso, siempre lo he hecho buscando el conflicto, viendo cómo va evolucionando y preguntándome qué les pasará a los personajes… También la relación que mantienen entre ellos, porque unos son hermanos, otros han sido pareja, amigos muy importantes… El guion explica cómo retoman todas esas relaciones a raíz de una situación excepcional como fue el Estado de Alarma.
La obra plantea temas universales como el amor, la amistad y la familia y una reflexión sobre nuestros verdaderos deseos. ¿Cuál es su reflexión?
Normalmente lo hace mediante conversaciones entre los personajes, con videollamadas, en soledad con soliloquios o incluso rompiendo con la cuarta pared como te comentaba antes, y se dirigen directamente al público, desde la situación en la que se encuentran en esas fechas.
Por ejemplo, el periodista que quiere dejar el curro, lo quiere dejar desde hace cinco meses. Es algo que tiene ahí acumulado, le hace daño y no sabe cómo hacerlo. Es ahí cuando se lo plantea al público y se crea un debate directo muy divertido. A todos nos ha pasado alguna vez, que queramos dejar un trabajo y no nos atrevamos hasta que nos echan. De eso va la obra, de cómo cada uno retoma las riendas de su vida, el mando, el hecho de reiniciar y la decisión y el camino personal de cada uno. En realidad, el destino de los personajes lo decidimos cada uno de nosotros, los espectadores y yo. Plantea también el problema de esperar a que las cosas se solucionen solas.
Comenta que el sueño que querría cumplir es protagonizar una película de Daniel Sánchez Arévalo o de Fernando Colomo. ¿Qué es lo que más admira de estos directores?
Que trabajan desde la verdad y que hacen una comedia con la que yo me troncho de la risa. Con Primos me he reído muchísimo y con Bajarse al moro y todas esas películas de Fernando Colomo disfruto un motón. Son películas con mucha comedia y a la vez drama, pero es una comedia tan cercana, que a mí me hace partirme de risa. Admiro mucho sus películas y me encantaría, claro, trabajar con ellos.
Ha trabajado en películas como La Mula o Rosalinda, que adapta ni más ni menos que a Shakespeare. ¿Qué le haría más feliz, un Goya o un Max?
Uf, pues no sabría decir…Yo creo que un Max porque como llevo tanto tiempo haciendo teatro, escribiendo mis propias obras y produciéndolas, me haría más ilusión. Un Goya también me haría muy feliz, pero un Max sería algo muy fuerte para mí, que llevo tanto tiempo en las entretelas.
Ha creado su propio sello artístico, ‘Qué ¡Arte! Debe ser un reto liderar un proyecto de artes escénicas en un momento en el que priman las nuevas tecnologías, las plataformas o incluso se abre camino la realidad virtual.
Sí, es un reto. Hace ya unos cuantos años que creé esta compañía y voy dándole mi sello, mi propio toque personal. Quiero un humor muy personal, estoy muy cerca de la comedia, pero también quiero contar cosas y estar cercano al drama. Mi toque personal es la cercanía con el público.
Sigo ahí, buscando mi camino y tratando de dar con lo que me gusta, eso me mantiene encantado y seguimos hacia adelante. Este es el cuarto espectáculo de la compañía y estoy muy contento con los resultados, sabiendo que a la gente le gusta. Esto sigue, ahora vamos al Teatro del Mercado, después vamos a mover Negra Sombra, acabamos de actuar en el Carlos III de Aranjuez con otro espectáculo… En fin, el sello va gustando en diferentes territorios y eso me hace muy feliz. Generalizando, hay mucha gente que le gusta lo que escribo y eso es fascinante.
«No puedo evitar seguir escribiendo, me apasiona»
¿En qué situación se encuentra la cultura española y, especialmente, la madrileña?
En Madrid hay muchísima, muchísima cultura. Yo soy consumidor compulsivo de teatro y hay de todo. En Madrid hay muchísimo, desde los teatros de El Español, los del Canal, teatro alternativo, e incluso teatro entre el mainstream y lo alternativo. Hay para todos los gustos. Falta, a veces, más público, porque hay tanta variedad que es complicado llenar porque hay muchísima oferta, a pesar de que somos muchos los que vivimos en Madrid. Culturalmente, aquí es donde se encuentra todo, pero hay que tener en cuenta que habría que llevar la cultura a toda España, no que sólo se centre en la capital. Ese es el matiz.
¿Hay alguna relación entre ‘Reiniciado’ y la clásica Stand Comedy?
No tiene nada que ver porque los monólogos parten de la idea de que el monologuista cuenta sus vicisitudes directamente al público. En teatro es el personaje el que se pone en contacto con él, aunque sea en un monólogo, y te cuenta una historia. ‘Reiniciando’ lo diferente que tiene es que son tres personajes diferentes, que los cambios se hacen en escena; hay mucha conexión con el público y esos personajes están entrelazados entre sí y se va descubriendo poco a poco lo que va sucediendo con cada uno de ellos.
Es como si estuviéramos viendo a través de una mirilla cómo se interrelacionan los personajes. Estas interrelaciones son algo que a mí me interesa mucho. Cómo actúa uno de ellos y cómo influyen sus decisiones en los demás. Es una forma diferente de contar historias y, al fin y al cabo, de entretener.
¿Cómo ha sido la relación entre el autor y el director de la obra, Paco Rodríguez?
Los dos somos muy buenos amigos, nos conocemos y conectamos mucho y muy bien.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
De momento acabo de estrenar ‘Reiniciando’, así que lo quiero es mover la obra por teatros. Estaremos, como te comentaba en Zaragoza, vamos al norte… Seguimos moviendo los diferentes espectáculos y supongo que dentro unos meses me pondré a desarrollar una nueva obra. No puedo evitar seguir escribiendo, me apasiona.