Cabe recordar que hace más de dos años la Audiencia Nacional, radicada en Madrid, ya accedió a su entrega, si bien al quedar en libertad hasta que la misma se materializara, pudo huir de las autoridades y esconderse hasta el pasado día 9 de septiembre en que fue detenido y puesto nuevamente a disposición judicial.
Para quien no conoce el caso a fondo puede resultar incomprensible que Carvajal no haya sido entregado todavía a las autoridades estadounidenses, pero las particularidades propias del procedimiento de extradición, unidas a la estrategia dilatoria seguida por su defensa han posibilitado que la materialización de su entrega se demore.
La estrategia dilatoria seguida por la defensa de Carvajal tiene tres frentes abiertos: mediante una petición de asilo en el Ministerio del Interior; mediante una solicitud para que se le considere testigo protegido en la Audiencia Nacional, a cambio de una colaboración efectiva con la Justicia española; y mediante el recurso del acuerdo del Consejo de Ministros, de 3 de marzo de 2020 que acordó su entrega a Estados Unidos.
Además de estas estrategias dirigidas a dilatar la materialización de su entrega, en el propio procedimiento de extradición se están agotando todas las vías posibles. En este sentido, hablamos con el abogado penalista Luis Chabaneix quien nos explica que “lo que se ha hecho por parte de la defensa de Carvajal es solicitar a Estados Unidos la garantía de que no será sometido a penas que atenten contra su integridad corporal o a tratos inhumanos o degradantes, de conformidad con lo establecido en el art. 4.6º de la Ley 4/1985, de 21 de marzo, de Extradición Pasiva. Este movimiento ha permitido suspender una vez más la entrega, por defecto formal”.
Al parecer ninguna de estas estrategias ha conseguido frenar definitivamente la entrega de Carvajal a Estados Unidos, ya que la petición de asilo ha sido denegada; su colaboración con la Justicia, aunque ha resultado reveladora respecto de algunas cuestiones relacionadas con la financiación del partido político Podemos por parte del régimen de Maduro y se seguirá la investigación al respecto, tampoco ha conseguido frenar su entrega; y la Audiencia Nacional consideró suficiente la garantía aportada por Estados Unidos el pasado 17 de diciembre, cuando estableció que si bien Carvajal podía resultar condenado a cadena perpetua, las leyes estadounidenses permiten pedir su extradición.
Por lo que se ve, la entrega de Carvajal a los Estados Unidos está cerca, pero nunca se sabe cuál será el próximo movimiento del ex militar venezolano y, sobre todo, de su defensa, que sin duda está utilizando todas las posibilidades legalmente establecidas en nuestro ordenamiento para evitar o, al menos, retrasar todo lo posible su entrega, lo que demuestra lo importante que es contar con un buen abogado.
Una buena defensa siempre debe partir de un conocimiento completo de las circunstancias que rodean el caso y las personales del cliente, resultando vital que ante un previsible problema legal en el orden penal se contacte con un buen abogado penalista para que, como en el caso de Carvajal, se lleve a cabo una defensa lo más completa posible, lo que sin duda aumenta las posibilidades de éxito.