Con 2016 a la vuelta de la esquina se acerca la esperada, por muchos, fiesta de Nochevieja. Algo que suele acabar, también para muchos, en una aciaga resaca. Tradición de Año Nuevo es pasar la comida familiar con un espantoso dolor de cabeza, mal cuerpo, náuseas y demás síntomas que son consecuencia de una masiva ingesta etílica. Les lanzamos algunos consejos para evitar ese malestar tan odiado.
En primer lugar, aunque resulte obvio, la mejor manera para evitar una fuerte resaca es no beber en exceso. Si para usted fiesta y abstinencia son oxímoron, intente -al menos- reducir el ritmo. Pruebe con beber despacio, cuanto más tarde en acabarse una copa menos beberá a lo largo de la noche. Es un sencillo e infalible truco.
Otro consejo es no mezclar. Parece un tópico, pero cada tipo de alcohol lleva consigo una manera distinta de destilación, con lo que al mezclar está ingiriendo diferentes tóxicos nocivos para el cuerpo. Los alcoholes oscuros (whisky, ron, etc.) llevan más congéneres -moléculas tóxicas utilizadas para dar color- que los alcoholes blancos (vodka, ginebra…), por lo que es mejor elegir estos últimos.
Por supuesto: evite el garrafón. Las bebidas alcohólicas baratas pueden resultar caras al día siguiente, conviene tenerlo en cuenta antes de ahorrarte unos euros.
Es típico del 31 de diciembre disfrutar de una copiosa cena, por lo que resultará sencillo seguir el siguiente consejo: abastecer el cuerpo con alimentos grasos. Esto reducirá la velocidad a la que el cuerpo metaboliza el alcohol. Según un estudio de la Sociedad Real de Química de Inglaterra, beber un vaso de leche antes de tomar grandes cantidades de alcohol puede ayudar a que la resaca sea menor, ya que también ralentiza la absorción del mismo.
Numerosas investigaciones también han determinado -sin encontrar una razón exacta- que el tabaco y el alcohol son una mala combinación. Los síntomas de la resaca se agravan si se fuma y se bebe al mismo tiempo.
Por último, aproveche la vuelta a casa para respirar aire fresco dando un paseo y respirando profundamente. Una alta concentración de oxígeno en el organismo ayudará al hígado a trabajar mejor, es decir, a eliminar las toxinas que haya ingerido. Si a pesar de estos consejos vuelve a padecer una fuerte resaca, le recomendamos que lea de nuevo el primero de nuestros consejos, es infalible: no beber.