En el cuarenta aniversario de la detección del primer caso en España de SIDA, Síndrome De Inmunodeficiencia Adquirida, queremos hacer un repaso de los avances científicos para el control de la enfermedad y los retos futuros propuestos por organizaciones representativas a nivel mundial.
En 1981, cuando se detectó el primer caso en nuestro país, la esperanza de vida del paciente apenas llegaba a un año. Los profesionales sanitarios estaban ante una enfermedad desconocida y la necesidad de estudiar y hacer seguimiento a los contactos del paciente era el primer paso para combatirla. Era una enfermedad infecciosa y el control junto con el aislamiento era necesario. Ahora hemos aprendido mucho con la pandemia de la COVID y entendemos muchas de las medidas que entonces se tomaron principalmente con los colectivos vulnerables, es decir, hombres que tenían sexo sin protección con otros hombres. Esto desencadenó un estigma y alarma social que arrastramos y que se combate con otras herramientas.
Pero si seguimos valorando los avances científicos, en 1987 aparece el primer antirretroviral, seis años después de la detección del primer caso en España se desarrolla un fármaco que aísla el virus para frenar el desarrollo de la enfermedad. Los efectos secundarios de la medicación son altamente contraproducentes y no será hasta 1996 cuando el cóctel de medicamentos mejore notablemente.
2005 es otra fecha en la que los avances científicos desarrollan un tratamiento que permite al paciente llevar una vida normalizada y en la actualidad, desde 2012, la baja toxicidad de los medicamentos nos permite confirmar que la calidad de vida de los pacientes con VIH es alta.
Por eso, en este aniversario, debemos agradecer a la ciencia las conquistas en salud pública y que cuarenta años después nos permitan decir que el VIH no es muerte.
Una pandemia, la del SIDA, bajo control, una pandemia de las que vendrán, como la COVID, porque no seamos ilusos, vivimos en un mundo globalizado, los virus no entienden de fronteras y debemos como sociedad entenderlo y protegernos.
Así que, a futuro, aprendamos y entendamos lo importante que es para las autoridades sanitarias el cribado y el uso de pruebas de detección precoz, del VIH o de la COVID-19. Apliquemos los consejos de nuestros profesionales, tomemos precauciones,con el uso de preservativos o de mascarillas, según sea el canal de contagio. Protejámonos, con las vacunas diseñadas para el coronavirus o con la PREp. Y unámonos como sociedad para evitar el estigma, la desinformación o el negacionismo.
No hay aún vacuna contra el VIH y parece difícil por la gran capacidad de mutación que tiene el virus, pero seguro que no es imposible y que la ciencia es el mejor aliado.
Celebremos el aniversario y miremos al futuro con esperanza, con este virus y con cualquier otro, que ya hemos aprendido que nuestra salud no está fuera de peligro.
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