Tenemos un Gobierno que gasta la friolera de algo más de 48 millones de euros en el Ministerio de Consumo cuya función parece estar centrada en poner en dar mate a los agricultores y ganaderos de este país. Y digo mate porque ya los puso en jaque tras la recomendación de Garzón a la población española para que dejasen de consumir carne roja, y ahora divulga una guía que insta al consumo de productos como el Kale con escasa proliferación en los cultivos de los campos españoles.
Lo más grave de esta falta de lealtad con el campo español es la falta de ayudas que agricultores y ganaderos van a dejar de percibir de los Fondos Europeos por la inacción del Ministerio de Agricultura, un total de 5.000 millones de euros menos, que, junto con la subida de los carburantes, la luz, el agua, los fertilizantes, los piensos y los plásticos para la agricultura intensiva están llevando al sector agrícola y ganadero a pérdidas inasumibles.
De ahí, las convocatorias de huelgas previstas para el próximo mes de diciembre del sector, que junto con los transportistas pueden generar desabastecimiento en los hogares en plenas fechas navideñas, o que los productos incrementen su coste en la producción y en los lineales.
Esta situación no puede continuar así. El Gobierno de España no defiende los intereses del campo, ya afectados gravemente por los efectos de la pandemia y de Filomena, situaciones en las que demostraron ser personal esencial, y a los que se suman las dificultades que vienen padeciendo, por la falta de agua, de infraestructuras hidrológicas adecuadas en las cuencas que están a falta de las mismas. A ello hay que sumar la subida de impuestos, y la falta de ayudas directas de Sánchez para sufragar los costes de producción, que se han incrementado en un 10%, o las pérdidas económicas, disminuyendo un 15% su producción, así como los que conlleva el incremento de impuestos.
En vez de ello, este Gobierno legisla en contra del sector, ataca a los ganaderos cárnicos porque según ellos, sus vacas contaminan, editan guías que excluyen alimentos de producción mediterránea, acusan a los ganaderos y agricultores de ser esclavistas, protegen al lobo sin alcanzar un equilibrio con los ganaderos afectados, atacan la caza sin considerar su función de control de la sobrepoblación de especies como el conejo o el jabalí por no hablar de la cantidad de familias que viven de esta práctica regulada.
El PP siempre ha demostrado estar del lado de los agricultores y ganaderos, bajando impuestos, flexibilizando las contrataciones, cumpliendo con leyes como la Ley de la Cadena Alimentaria.
En la Comunidad de Madrid cuidamos el sector agrícola-ganadero. En Febrero de 2020 se puso en marcha en febrero de 2020 el Plan Terra, para incentivar el relevo generacional, con figuras como la del agroasesor, o el erasmus agrario, con canales de comercio directo para llevar los alimentos directos del productor al consumidor, y otorgando ayudas para la modernización de maquinarias agrícolas.
Además, desde el Gobierno de Isabel Díaz Asuyo, se ha apostado por incentivar la digitalización de los entornos rurales para evitar la despoblación; por potenciar el turismo rural y el consumo de productos madrileños con denominación de origen, con la colaboración y participación de los productores y de las grandes cadenas alimentarias.
Madrid lo tiene claro: el campo es vida. Agricultores y ganaderos nos tendrán de su lado, siempre, y si ello supone salir a la calle para apoyar sus demandas allí nos tendrán.