Un fin de semana más, el enésimo desde el decaimiento del estado de alarma, Madrid y otras localidades de la región se convirtieron en un «campo de batalla» del alcohol con la celebración, algunos más masivos que otros, de botellones.
Un problema que ya ha dejado de ser sanitario para pasar a convertirse, como en realidad siempre ha sido, de orden público. Pero además en problema real. Tanto es así que el Ayuntamiento de la capital ha declarado sentirse «preocupado» no solo por los altercados con los que suelen concluir, sino por el aumento de la presencia de menores.
Así lo reconocía la portavoz del Gobierno municipal del Ayuntamiento de Madrid y delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, quien ya ha señalado que se trasladará a la Fiscalía de Menores aquellos casos en los que se haya detectado la presencia de personas menores de edad.
Una presencia, la de menores de 18 años, que también está trayendo como consecuencia la necesidad de que cada vez intervengan más Agentes Tutores para que, de producirse intoxicaciones etílicas, se inicien expedientes de protección para su remisión a la Fiscalía de Menores después de la atención médica por parte del SAMUR.
Cuatro días de fiesta a la vista
Este es el escenario que hay en la actualidad, a solo tres días de comenzar un puente, el del Pilar, que para la mayoría de jóvenes implicará cuatro días de fiesta, en todos los sentidos.
Y aunque será el primer fin de semana sin límites de aforo ni de horario, recordemos que sigue estando prohibido bailar dentro de las discotecas y el consumo de pie en barra, quizá los hábitos más comunes entre los jóvenes que han cambiado las salas por los botellones.
Es previsible, por tanto, que se repitan imágenes como la del pasado sábado, cuando la Policía Municipal de Madrid tuvo que desalojar un botellón de «miles de personas» en el Parque del Oeste y que se saldó con tres heridos por arma blanca, diez personas atendidas por intoxicaciones etílicas y una veintena de lesiones de diversa consideración.
En términos totales, el cuerpo policial interpuso durante el fin de semana 886 multas por el consumo de alcohol en la vía pública, un 72% más que el anterior y marcando una cifra récord por amonestaciones.
Para tratar de reducirlo, la propia Sanz ha asegurado que en los próximos días se reforzará el dispositivo con las unidades de drones, de caballería y la sección canina. Máxime teniendo en cuenta que serán unos días que coincidirán con las fiestas del Pilar de Fuencarral, en las que suelen ser habituales los altercados, ya desde antes de la pandemia.
Y es que, como reconoció la delegada de Seguridad y Emergencias, «sí es cierto que hay un llamamiento de personas que vienen a robar a estos chavales congregados en los botellones». Quiso aclarar, eso sí, que no son dos acciones relacionadas.
El fin del coronavirus, el «culpable» para Mercedes González
Para la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, este auge del botellón está íntimamente relacionado con los últimos coletazos de la pandemia.
«Todo el mundo sabe que el consumo de bebidas no está permitido y a partir de ahí son botellones, como los del Parque del Oeste, con cerca de 10.000 personas, con incidentes protagonizados por 200 de ellos a las 04.00 de la mañana. Y en municipios más pequeños con robos y atracos de móviles. La Policía Nacional y la Guardia Civil están trabajando en ello y coordinando con los ayuntamientos afectados», ha indicado.
González ha pedido que todas las instituciones reflexionen de manera conjunta, junto Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, porque a su juicio «hay una situación de una parte de la juventud que está canalizando una salida a la pandemia de una determinada manera».