La gestión de los momentos más duros de la pandemia en la Comunidad de Madrid, encabezada en la figura de la Presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, no solo fue portada en España, sino que traspasó fronteras y sirvió como ejemplo en varios países de nuestro entorno como ejemplo de conciliación entre salud economía.
No cerrar la hostelería, permitir a los comercios permanecer abiertos… Una serie de decisiones que hoy se han demostrado perfectamente válidas y que, como decimos, también han sido reconocidas fuera de nuestro país. Así, la dirigente madrileña ha recibido en Milán el premio Llama de la Libertad, concedido por el Instituto Bruno Leoni, reconociendo precisamente esa labor.
Los «auténticos destrozos» causados por el miedo
Ayuso lamentó durante el acto los “auténticos destrozos” que el miedo ha causado durante la pandemia del COVID. “¡Cuántas normas absurdas y daño gratuito han causado las decisiones basadas en el miedo de algunos políticos y empresarios!”, indicó la presidenta.
La presidenta, que explicó los detalles de cómo se actuó en Madrid, ha señalado que estas decisiones se tomaron “sin importar las cifras que demuestran que los cierres indiscriminados no mejoran la evolución del virus” y que “cerrar ha de ser la última decisión después de intentarlo todo”. En este punto, aseguró que parece que hay políticos, “especialmente de la izquierda, que consideran que su puesto les pertenece y para siempre” y que “han mostrado su cara más puritana y conservadora, más retrógrada”.
“Qué miedo a perder poder… Y qué fácil, con un sueldo público, decidir sobre el trabajo del autónomo”, continuó la dirigente madrileña, quien ha defendido que la “libertad es el bien más preciado que tiene el hombre” y que es “nuestra obligación demostrar que la libertad no es gratis”. “Y allá donde sea violentada debemos defenderla, dentro y fuera de nuestras fronteras”, ha apostillado.
Díaz Ayuso expuso el ejemplo de Madrid, que “fue la primera en tomar decisiones contra el virus, empezando por la más difícil que un gobernante puede imaginar: cerrar todos los colegios por primera vez en nuestra historia”.
En este sentido, recordó los 22 aviones con casi 2.000 toneladas de material sanitario, o la creación de un mando único de la sanidad, “de manera que los 34 hospitales públicos y los 68 privados trabajaron, sin estigmas ideológicos, todos unidos, bajo las órdenes de la Consejería de Sanidad”.
Fotografías: copyright Instituto Bruno Leoni
Asimismo, destacó que la Comunidad fue pionera en construir “un hospital alabado por la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Europea”, en referencia al hospital de IFEMA, que se puso en marcha en menos de 24 horas, con 1.200 profesionales y atendió a 4.000 pacientes; para, posteriormente construir en solo tres meses uno fijo, el Enfermera Isabel Zendal, que ha curado ya a 8.000 pacientes y ha administrado 1 millón y medio de vacunas.
En la misma dirección, detalló que se estudió la evolución geográfica del virus analizando las aguas residuales a través de la herramienta Vigía, con 289 puntos por toda la región, “reconocida por la Unión Europea, la OMS y ahora aplicada en otros países”, ha subrayado, al tiempo que ha recordado que, gracias a la detección precoz, “en lugar de confinamientos indiscriminados”, se crearon zonas básicas de salud donde el Gobierno autonómico realizó cribados masivos.
“Pero sobre todo decidimos que cerrar, lo que es un fracaso, ha de ser siempre la última opción una vez intentado todo. La administración que directamente ha optado por cerrar sin intentar alternativas creativas, no puede publicitarse como responsable”, ha manifestado.
El Premio Bruno Leoni se entregó por primera vez al economista y Premio Nobel Vernon L. Smith. Posteriormente, se le ha concedido al escritor y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, al líder de la oposición venezolana, Leopoldo López, o al historiador Richard Pipes, entre otros.
Imagen portada: copyright Instituto Bruno Leoni