La Policía Nacional han desarticulado una organización criminal de origen rumano dedicada a la explotación sexual de mujeres en polígonos industriales de Madrid.
El grupo captaba a mujeres de su misma nacionalidad y trasladarlas a España, Bélgica y Reino Unido. En la operación se ha liberado a 10 mujeres de nacionalidad rumana, una de ellas con una discapacidad psíquica, y hay cinco personas detenidas (entre ellas el líder de la organización), tres en la localidad madrileña de Getafe y dos en la ciudad de Madrid.
Prostituidas en polígonos industriales de Madrid
La investigación se inició gracias a la colaboración entre la Policía Nacional y una ONG especializada en la trata de seres humanos que permitió la localización e identificación de un grupo criminal dedicado a la explotación sexual de mujeres captadas mediante el método conocido como “lover boy”, que consiste en el establecimiento de una relación entre una mujer y un proxeneta, que simula ser un novio que se preocupa y protege a su pareja. De esta manera, y aprovechando el vínculo emocional generado, el proxeneta embauca a la mujer para hacer todo lo que él desea, incluyendo el ejercicio de la prostitución en otro país.
La organización criminal desarticulada, que tenía su sede principal de operaciones en Madrid, captaba a las mujeres en Rumanía y las trasladaba a España, Bélgica y Reino Unido, donde las obligaban a ejercer la prostitución. En España, la explotación de las mujeres se producía en las calles de los polígonos industriales de Marconi y Vicálvaro, en la ciudad de Madrid.
Las mujeres eran prostituidas en condiciones higiénicas deplorables, con grave riesgo de contagio y transmisión de enfermedades sexuales en plena crisis sanitaria generada por el Covid-19. Eran coaccionadas e intimidadas por los explotadores, sufrían agresiones físicas, castigos corporales y amenazas de muerte, y habían asimilado la idea de que la única alternativa para su subsistencia era el ejercicio de la prostitución. Los proxenetas, carentes de escrúpulos, no dudaron en prostituir a una de las mujeres a pesar de su discapacidad psíquica.
Obligadas a trabajar desnudas y con una deuda inalcanzable
La organización ejercía un férreo control sobre las mujeres. Limitaba sus contactos sociales a los creados con los clientes o con otras víctimas y obligaba a algunas de ellas a trabajar completamente desnudas. Diariamente entregaban el dinero ganado a los proxenetas, con los que habían adquirido una deuda derivada de los gastos del viaje, hospedaje, manutención, vestimenta y cuidados médicos, entre otros, que era imposible de saldar.
Durante la operación policial se han llevado a cabo tres registros domiciliarios en Madrid y Getafe en los que se ha intervenido 3.000 euros en efectivo, diversos dispositivos informáticos y teléfonos móviles, un arma blanca simulada en una tarjeta de crédito y documentación de interés relativa a los hechos investigados.