Aunque tenga ese componente de misterio que llama la atención, lo cierto es que genera una cierta sensación de tristeza contemplar esos espacios en desuso que un día albergaron empresas y planes languidecer hacia la ruina total.
Para muchos la única solución pasa por el derribo, pero otros aún pueden gozar de una segunda oportunidad, como es el caso de los tres proyectos urbanísticos ganadores del programa internacional Reinventing Cities para Madrid capital.
De este modo, la antigua fábrica de Clesa, una parcela del barrio del Aeropuerto y el polígono de La Atalayuela, en Villa de Vallecas, serán protagonistas de acciones de regeneración sostenible, para darles una nueva vida.
El siguiente paso será la formalización, entre los equipos ganadores del segundo programa Reinventing Cities y el Ayuntamiento, la cesión de las parcelas y, posteriormente, se empezará con la redacción de los proyectos.
Los costes los asumirá cada uno de los proyectos privados, aunque el Ayuntamiento se compromete a “acompañar en todo el proceso” para que los proyectos se ejecuten “lo antes posible”.
El delegado del área de Desarrollo Urbano de Madrid, Mariano Fuentes, ha anunciado este martes los equipos ganadores de la segunda edición del concurso, que congrega a una serie de ciudades “en lucha contra el cambio climático”, como Madrid, Ciudad del Cabo, Chicago, Dubai, Milán, Montreal, Reykjiavik, Roma y Singapur.
Fuentes ha subrayado que los proyectos ganadores destacan por “su buena integración” con el entorno y por generar “nuevas oportunidades para la ciudad”; mientras que la representante de C40 (red auspiciadora del proyecto) en Europa, Julia López, ha señalado la importancia de esta iniciativa para «contribuir a la descarbonización».
Los proyectos
En la última fase se ha proclamado ganador, en primer lugar, el proyecto Hi Life, que se desarrollará en La Atalayuela y pretende consolidar en su polígono industrial diversas actividades que “cumplen con un importante compromiso ambiental y con un nuevo modelo de logística urbana”.
La propuesta consiste en desarrollar una plataforma de transferencia de mercancías entre vehículos sin almacenaje intermedio (cross-docking), para facilitar una distribución urbana sostenible y fomentar la “micrologística con vehículo limpio”, acompañado por el desarrollo de 9.000 metros cuadrados de espacios verdes, 8.000 de cubiertas verdes, y 13.300 de paneles fotovoltaicos.
El segundo proyecto es Petit Village, destinado a “humanizar” el barrio del Aeropuerto por medio de un plan de arquitectura «eficiente y sostenible», con 73 viviendas con protección pública para el alquiler asequible y 25 apartamentos, pensado como un espacio intergeneracional con fórmulas de vivienda colaborativa y de mezcla de vivienda y lugar de trabajo.
El proyecto quiere dar a conocer “un nuevo modo de habitar”, con viviendas diseñadas con espacios comunes compartidos y usos complementarios de trabajo en grupos, funcionando a través de un modelo de economía colaborativa, además de “espacios inclusivos y abiertos a la participación”, con otras áreas para los usos terciario y comercial.
El último proyecto, Val Verde, llama a crear un centro de conocimiento en la antigua fábrica de Clesa, respetando su representativo edificio, del arquitecto Alejandro de la Sota, y convirtiéndolo en un “ecosistema de generación e intercambio de conocimiento dentro del campo de las ciencias de la vida”, explica el Ayuntamiento.
En un entorno en el que conviven el Hospital La Paz, el Hospital Ramón y Cajal y el campus urbano de la Universidad Autónoma de Madrid, su principal objetivo es acercar la ciencia a los ciudadanos, facilitando que instituciones públicas, empresas privadas, investigadores o emprendedores puedan desarrollar su trabajo en sinergia.