La I+D+i es ese concepto abstracto que los partidos políticos de izquierdas utilizan como un eslogan electoral, porque les da un toque progresista y moderno, y que los partidos políticos de derechas ignoran sin miramientos, porque lo consideran un lujo prescindible. Lo cierto, y a las pruebas me remito, es que ninguno de los partidos políticos históricos ha considerado jamás que la Ciencia sea una prioridad nacional.
Por un lado, desconocen el poder transformador que la investigación científica aportaría a nuestro país y a nuestras regiones y, por otro, saben que la inversión en Ciencia no da un rédito electoral a corto plazo. Así que les es mucho más fácil invertir sus esfuerzos en poner su foco en mensajes y políticas cortoplacistas con mayor impacto mediático, pero mucho menor en el fortalecimiento de España.
Por si la importancia de la Ciencia no había quedado clara en estos 40 años, la pandemia de coronavirus nos lo ha recordado de golpe. Hemos necesitado decenas de miles de fallecidos, un escenario de ERTEs, paro y cierre de negocios, y recortes sin precedentes en nuestras libertades individuales.
Mi preocupación por la Ciencia viene de lejos, y el tener que marcharme al extranjero para poder seguir con mi carrera científica me llevó a hacer algo no muy habitual: a estudiar a conciencia los programas electorales de todos los partidos políticos para las elecciones de 2015. Mi sorpresa fue que Ciudadanos me ofrecía todo lo que considero que los españoles merecemos. Ya no tenía que elegir entre gestión eficiente, libertad económica, políticas sociales, igualdad (en mayúsculas) y progreso… Y Ciencia, claro.
Ahora, tras dos años en el Gobierno de la Comunidad de Madrid, los hechos y la gestión de Ciudadanos hablan por sí solos. Nuestro acuerdo de Gobierno incluyó la creación, por primera vez, de una Consejería dedicada exclusivamente a Ciencia, Universidades e Innovación; nos comprometimos a aumentar la inversión en I+D+i hasta llegar a la media europea, el 2% del PIB; aumentamos la duración de los contratos de atracción y retención de talento hasta los 5 años, para facilitar la estabilización de los científicos; retomamos la nueva Ley de Ciencia, Universidades e Innovación (Ley de la Sociedad del Aprendizaje) que se estaba consensuando con universidades, centros de investigación y agentes de la I+D+i madrileña a través de grupos de trabajo, así como un Pacto por la Ciencia de la Comunidad de Madrid; creamos unos nuevos premios para investigación biomédica “Margarita Salas” para investigadores jóvenes e investigadores consolidados; y destinamos 259 millones de euros para la transformación digital y ecológica de las universidades públicas madrileñas, y para la adquisición de infraestructuras científico-tecnológicas para impulsar su excelencia. Además, para paliar los efectos de la pandemia, se destinaron fondos extraordinarios para financiar proyectos de investigación específicos, y se prorrogaron los contratos del personal científico y técnico.
Hablar y prometer es muy fácil para los políticos del bipartidismo, saben que no les penaliza. Pero lo que nos diferencia a Ciudadanos es que los hechos nos avalan, la hemeroteca no va a encontrar contradicciones en nosotros. Para Ciudadanos, la Ciencia y la Innovación no son eslóganes vacíos, son una prioridad real. Otra muestra de ello es que el candidato de Ciudadanos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Edmundo Bal, ha pedido de nuevo una casilla de asignación tributaria para que los ciudadanos destinen voluntariamente a la Ciencia el 0,7% de sus impuestos. Sabemos que una Comunidad de Madrid potente en Ciencia y Tecnología será, sin ninguna duda, una Comunidad de Madrid mejor y mucho más fuerte.
Noelia López Montero, Dra. en Biología Molecular y número 12 de la candidatura de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid