Una mirada inconfundible. Su voz, quebrada y cazallera, que aún resuena en el interior de todos los que hemos crecido viendo cine español. La ironía en persona, sin pelos en la lengua y ese humor ácido que, aunque en otra piel levantaría ampollas, en su caso era capaz de arrancarnos una sonrisa, estuvieras o no de acuerdo con él.
Este primero de marzo nos ha arrebatado todas esas cosas, porque se ha llevado al genial Rogelio Enrique San Francisco Cobo, nuestro Quique San Francisco. Después de casi dos meses de lucha en el hospital contra una neumonía bilateral, el mítico actor madrileño ha puesto de luto a la comedia, el cine, la televisión y el teatro de este país.
No era la primera vez que Quique San Francisco tenía que enfrentarse a la muerte. En el año 2002, un grave accidente de tráfico en moto mientras circulaba por la capital le postró en una silla de ruedas durante más de un año, obligándole a alejarse de su medio natural, la interpretación.
Hijo de actores, desde su debut en 1962 con ‘Hombres y Mujeres de Blanco’, de Enrique Carreras, San Francisco nos ha acompañado en la pequeña y en la gran pantalla durante décadas, participando en algunos de los títulos más importantes de la industria audiovisual patria.
‘El pico’, ‘Amanece que no es poco’, ‘París-Tombuctú’, ‘4 latas’… Películas legendarias que forman parte de nuestra historia y que no podrían entenderse sin su figura. No en vano, trabajó a las órdenes de algunos de los grandes directores españoles de todos los tiempos, como José Luis Cuerda, Luis García Berlanga o Álex de la Iglesia, quien le dirigió en ‘Acción Mutante’ y ha querido recordarle con una icónica imagen.
Una filmografía que roza las cuarenta producciones, complementada con sus apariciones en muchas de las series y ficciones que marcaron a las generaciones posteriores a la dictadura. Desde ‘Curro Jiménez’ a ‘Los ladrones van a la oficina’, pasando por ‘La mujer de tu vida’ o ‘Cuéntame cómo pasó’, su presencia se hizo habitual en las salas de estar de cada hogar, donde tuvimos la suerte de apreciar el gran talento de Quique San Francisco.
También nos acostumbramos a verle opinar sobre temas de actualidad en programas de gran audiencia como ‘El Hormiguero’ o ‘La Sexta Noche’, siempre haciendo gala de su ingenio y, por supuesto, sin ningún tipo de cortapisas. Con unas ideas muy claras y defendidas de tal forma que era imposible que alguien se sintiera atacado.
Tanto es así que, navegar hoy por las redes sociales, implica encontrarse con cientos de despedidas emocionadas al artista, que ha dejado un hueco imposible de llenar en el mundo del espectáculo.
Celoso de su vida privada, solo trascendió en su momento su romance de hace décadas con Rosario Flores. Nunca fue amigo de la prensa amarilla ni rosa, solo de exprimir la vida al máximo e intentar aprovechar cada momento, como hizo hasta el final. Una vida que, últimamente, solo le dio, como se dice coloquialmente, ‘limones’. Quique San Francisco confesó en 2020 que estaba arruinado y que vivía en un hotel barato, y sus adicciones de juventud comenzaron a pasarle factura.
Nos deja no solo un gran artista, sino un personaje de los que ya no quedan. En su legado queda, eso sí, su papel interpretando a La Muerte en el último y emocionante spot de Campofrío, que llevaba el alegórico título “D.E.V. Disfrute en Vida”. Un homenaje a quienes nos han dejado y a “Todos los que siguen intentando cada día disfrutar del regalo de la vida”.
Esa misma de la que se ha despedido Quique San Francisco a punto de cumplir 66 años, pero que nos ha alegrado a millones durante décadas.