«Una gran obra que cierra una brecha urbana». Así han definido desde el consistorio de la capital el proyecto que cubrirá la M-30 a su paso por el antiguo estadio Vicente Calderón, y que supondrá dar el último paso que faltaba para culminar el parque Madrid Río.
De este modo, se dispondrá una estructura de 620 metros de largo y 40 metros de ancho, con tres miradores al río Manzanares y que supondrá la continuación de la operación urbana «más importante» del siglo en «toda Europa», gracias a la ubicación de un talud verde de árboles y vegetación.
La Junta de Gobierno aprobará este jueves el proyecto, y sus obras comenzarán en la segunda mitad de 2021 con un presupuesto base de licitación de 69 millones de euros y un plazo de ejecución de 20 meses.
«Seguimos trabajando, ese es el resumen de lo que hoy presentamos (…) Seguimos trabajando a pesar de todas las dificultades, haciendo inversiones que son importantes, seguimos demostrando que se puede gestionar la ciudad en tiempos de pandemia», ha dicho alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, durante la presentación.
El regidor ha señalado que el proyecto combina dos premisas importantes, por un lado «la sostenibilidad y, por tanto, la adecuación a los estándares que cualquier ciudad del siglo XXI debe tener»; y por otro, la preservación de la calidad de vida de los vecinos.
La solución proyectada mantiene el trazado actual de la M-30, que une las dos bocas del túnel existente, permitiendo la entrada desde la calle de San Epifanio, y supondrá una mejora de la seguridad de la vía y de la calidad del aire de la zona.
Además del túnel, se prevén dos cuartos técnicos para albergar todas las instalaciones necesarias para ventilación, transformadores de energía eléctrica y escaleras de emergencia.
Según el Ayuntamiento, la estructura de la cubierta constará de muros de hormigón armado en los laterales y vigas prefabricadas de hormigón pretensado apoyados sobre estos muros, cuya cimentación se realizará con pilotes perforados de hormigón armado calculados para «salvar» la estructura de cimentación del antiguo estadio del Atlético de Madrid y el túnel ferroviario de Cercanías.
Durante todo el proceso se mantendrá la circulación de la M-30 por el desvío provisional, que será demolido una vez finalizadas las obras y restituido el tráfico a la calzada definitiva.
Solo las zonas de cubierta próximas a las actuales bocas del túnel deberán realizarse montando las vigas en horario nocturno con cortes puntuales de tráfico.
«La obra se va a realizar sin generar grandes perjuicios a los madrileños porque no va a haber cortes de tráfico sustanciales, quizá alguno por la noche», ha dicho García Romero.
La fachada del túnel hacia el río estará formada por un paño de granito que dé continuidad al ya ejecutado y contará con tres miradores.
Los tres balcones «nos van a permitir ver el distrito de Carabanchel, que también está directamente afectado como consecuencia de la ejecución de estas obras y verá notablemente mejorado su entorno y su calidad de vida», ha asegurado el regidor.
Para hacer más amable la nueva fachada, se articulará con el río a través de un talud verde en el que se plantarán árboles -alrededor de 3.000 en todo el entorno, según Almeida- y vegetación para integrarla con el paisaje del entorno.
Una vez culminada la estructura (que correrá a cargo de Obras y Equipamientos) la Junta de Compensación del desarrollo Mahou-Vicente Calderón procederá a la ejecución del parque sobre su cubierta con los mismos criterios paisajísticos y de diseño de Madrid Río.
«Esperamos que antes de mayo de 2023 esté concluida lo que es la operación de cubrición y a partir de ahí será la Junta de Compensación a la que le corresponderá entrar en un periodo que no debe ser superior a un año para poder cerrar definitivamente todos los aspectos relativos a esta operación», ha explicado Martínez- Almeida.
Está previsto que el proyecto sea aprobado mañana, jueves, por la Junta de Gobierno, una vez recibida la perceptiva autorización de la Confederación Hidrográfica del Tajo.