Poco a poco, vuelve la normalidad a la calle Toledo de Madrid tras la brutal explosión que este miércoles destrozó un edificio y que se ha cobrado la vida de cuatro personas.
Parte de los vecinos que fueron desalojados por la deflagración han regresado este jueves a sus casas, en concreto los del portal 106 de la calle Toledo, mientras que los de otros dos inmuebles aún no han podido volver a sus viviendas.
Una caldera de gas en mal estado y que estaban reparando en ese momento parece ser el origen del suceso, que afectó completamente a la fachada lateral del inmueble, situado en el distrito de La Latina, muy cerca de la Puerta de Toledo y junto a la iglesia de la Paloma.
Sin embargo, el Párroco de la Parroquia Virgen de la Paloma de Madrid, Gabriel Benedicto, ha afirmado que minutos antes de la explosión olía a gas en todo el edificio y ha defendido que ninguno de los sacerdotes ni el electricista David Santos, fallecido en el suceso, llegaron a tocar ninguna de las calderas.
La Policía Científica y los bomberos siguen tratando por lo tanto de determinar el motivo de la explosión del edificio parroquial, de seis plantas, y su estado.
Ante la imposibilidad de acceder han recurrido a drones que han captado la devastación que provocó la explosión en las estancias.
Por su parte, técnicos de control de Edificaciones del Ayuntamiento de Madrid han comenzado con las labores de desmontaje de las plantas superiores con la retirada de escombros por medio de grúas, lo que ha reducido el riesgo de colapso, y previsiblemente el viernes a primera hora empiecen a romper los forjados.
También se han eliminado escombros de los edificios colindantes y se ha saneado la calle, de la que este jueves fueron retirados 16 vehículos.