Una de los efectos secundarios más graves del coronavirus, más allá de los que afectan a la salud, es la incidencia negativa que está teniendo en el empleo, sea cuál sea el tramo de edad. Según un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad, este mes de septiembre había 3.996 estudiantes desempleados en la Comunidad de Madrid, lo que supone un incremento de un 57,7% con respecto a los 2.534 estudiantes que buscaban empleo este mismo mes en 2019.
El análisis afecta a los estudiantes menores de 25 años y a los que demandan primer empleo si tienen más de 25 años, siendo el incremento en la Comunidad de Madrid 8,5 puntos porcentuales superior a la media nacional, situada en un 49,2%, el mayor volumen de los últimos diez años.
El director de Randstad Research, Valentín Bote, achaca estos datos a la “incertidumbre” y a que “la actual crisis también influye negativamente en los estudiantes que buscan empleo”. Bote también destaca en un comunicado que España “tiene un problema para absorber el talento más joven, talento además cualificado en este caso, al ser estudiantes”.
Otro dato negativo que refleja este estudio es que, a nivel nacional, en un año se ha duplicado el volumen de estudiantes que tardan más de seis meses en encontrar trabajo.