El Instituto de Salud Carlos III ha aportado medio millón de euros para la investigación de un prototipo que haría un análisis más rápido y sin contacto de superficies contaminadas. El sistema combina imágenes en todo el rango óptico y de terahercios y un análisis con inteligencia artificial.
La propuesta fue presentada por un grupo de investigadores para el diseño de este prototipo. Eso podría suponer un avance y una gran contribución a la hora de controlar la pandemia y evitar nuevos contactos, ya que permitiría detectar con precisión las superficies contaminadas por el COVID-19.
El objetivo del proyecto es desarrollar ese prototipo portátil que combina sistemas de lectura de imágenes multiespectrales tanto en el rango óptico como en el rango de terahercios. Se trata de un método de análisis mediante óptica computacional e Inteligencia Artificial.
Esto supondría mucha facilidad a la hora de la descontaminación de los dispositivos médicos e instalaciones, además de evitar el contagio por contacto. El equipo está liderado por el catedrático Emilio Gómez González, director del Grupo de Físico Interdisciplinar del Departamento de Física Aplicada III de la ETS de Ingeniería de la Universidad de Sevilla. Gómez González ya se encontraba trabajando en el desarrollo de tecnologías ópticas y fotónicas avanzadas ligadas a la inteligencia artificial.
De esta forma, el grupo de investigadores está compuesto varios representantes que forman parte del proyecto y que decidieron reorientar proyectos que ya tenían iniciados antes del comienzo de la pandemia. El plan está siendo presentado durante estos días por foros y plataformas internacionales sobre las aplicaciones de la IA en relación al virus.
Además, la investigación no contempla pruebas con pacientes ni interferencia en procedimientos clínicos. Se centrará en la toma de imágenes de muestra tanto en zonas contaminadas como en zonas limpias.
El principal problema del proyecto es la escasa información que se dispone acerca del COVID-19 en cuanto a sus características físicas, mecanismos de interacción y depósito sobre superficies. Para ello se pretende explorar la totalidad del rango óptico, incluyendo bandas ultravioletas, el espectro visible, el infrarrojo y hasta la banda de terahercios.
No obstante, los investigadores se enfrentan a un gran reto para poder ver zonas contaminadas que no son visibles al ojo humano. Según el equipo que forma parte del proyecto, en tres meses se podrían empezar a obtener los primeros resultados, aunque la investigación se cree que llevará unos ocho meses.
En el plan, participan investigadores de varias instituciones:
- Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla
- Hospital Universitario Virgen del Rocío
- Instituto de Biomedicina de Sevilla
- Red Andaluza de diseño y traslación de Terapias Avanzadas
- TEDAX de la Policía Nacional
- Observatorio Astronómico de Calar Alto
- Joint Reserarch Centre (JRC) de la Comisión Europea
- Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)
Puedes consultar más información en la web de la Policía Nacional