El prestigioso fotógrafo Chema Madoz nos invita a conocer «La naturaleza de las cosas«, una muestra en blanco y negro donde lo cotidiano se convierte en naturaleza.
Desde el sábado 14 de diciembre y hasta el 1 de marzo el Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico de Madrid acoge esta exposición que a través de 62 fotografías producidas entre 1982 y 2018 nos proponen un viaje a esa mirada de niño adulto con el que el fotógrafo madrileño (1958) interpela al visitante a la vez que sorprende.
Y lo hace porque convierte objetos inertes como los cantos rodados en un cactus, o mete en una maleta un paisaje montañoso. «Es una manera de reflexionar sobre el mundo pero a partir de la idea de juego», comentó Madoz durante la presentación de esta muestra comisariada por Oliva María Rubio.
Nuevos mundos en los que convierte en copa de árbol una nube, enhebra en una aguja gotas de agua o hace de las mariposas una suerte de flores de un jarrón. Combinaciones inesperadas que no titula porque, «de alguna manera», cree que haciéndolo «cortar las alas» a sus imágenes.
Al igual que tampoco usa el color, sino que hace del blanco y negro un universo de matices, contrastes y destellos para crear un «universo que tiene que ver con la imaginación».
«El blanco y negro es un territorio para trabajar con un parámetro de una recreación. Te acercas más al dibujo, a la representación, aunque creo que mis imágenes podrían funcionar también en color», ha expresado el artista, Premio Nacional de Fotografía en el años 2000.
Según ha contado también, en su trabajo «prescinde del azar» y «provoca» a las imágenes que le «rondan en la cabeza».
Un trabajo que realiza como si de un «juego» se tratara ya que considera que así es la manera «de ir aprendiendo»: «Esa idea de juego está presente en todas las imágenes. Es una manera de reflexionar sobre el mundo».
Junto con la exposición se ha editado un volumen bilingüe que reúne alrededor de 40 fotografías y los textos: «El arte de trastocar las reglas de la naturaleza», de la comisaria Oliva María Rubio, y «Chema Madoz y el ensimismamiento de las cosas», del escritor vasco Bernardo Atxaga.