En la última década hemos visto cómo se desarrollaban modelos de negocio innovadores de base tecnológica o fundamentados en la economía colaborativa. También hemos visto aparecer nuevas opciones de voto, la conocida como “nueva política”, que pretende reconstruir la confianza en las instituciones, proponer soluciones a los retos históricos que el bipartidismo no ha querido afrontar (pacto educativo, igualdad real, pensiones) y dar un salto hacia adelante para resolver los desafíos de la nueva era (hiperconectividad, nuevas necesidades sociales, cambio climático).
El elemento clave para generar confianza es convertir las promesas en realidades. ¿Y quién lo está haciendo? ¿Quién está poniendo en marcha medidas que mejoran la vida de las familias, los autónomos o los mayores?
Hay tres hitos que deben vincular a todo el que quiera actuar de manera responsable: los Principios Rectores de la ONU sobre empresa y derechos humanos de junio de 2011, la Agenda 2030 de Naciones Unidas aprobada en septiembre de 2015 y Acuerdo de París sobre Cambio Climático de diciembre de 2015. A nivel empresarial, estos hitos se han concretado en la necesidad de aplicar criterios ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo.
Los nuevos gobiernos en los que participa Ciudadanos contemplan desde su origen estos elementos: no solo están presentes en los acuerdos firmados con otros partidos, sino que se materializan en las estructuras del Ejecutivo con figuras emergentes como son las consejerías (o departamentos) de Transparencia y Regeneración Democrática.
En los primeros sesenta días de Gobierno de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, Ciudadanos ha acometido la transformación de las políticas sociales afrontando las dificultades de las residencias de mayores, el refuerzo de las acciones contra la violencia machista o constituyendo la primera Mesa por los Menores Extranjeros no Acompañados. También ha garantizado que el suministro energético de los edificios públicos procederá de energías renovables. Y, por último, ha revolucionado las políticas de transparencia comenzando la tramitación de la eliminación de los aforamientos políticos, la creación del Defensor del Denunciante de Corrupción y la despolitización de los nombramientos judiciales.
La confianza se reconstruye con acciones de política útil que trasladan las promesas a la realidad con velocidad y contundencia. En medio de la desafección y el desapego actual, votar a Ciudadanos sí sirve. Lo que no sirve es quedarse en casa el próximo 10-N. El centro liberal ya no es un partido aspirante, es un Gobierno para casi 20 millones de españoles en muchas comunidades autónomas y ayuntamientos. Ya no es una promesa, es la única opción de gobierno responsable para poner España en marcha.