Viajar se trata cada vez de una actividad más satisfactoria para los humanos, aunque no todos tenemos los mismos gustos. Una de las nuevas modalidades de moda de viajar es el tanatoturismo que consiste en querer saber y conocer lo que sucedió en un lugar que está invadido por la muerte.
El llamado, también, turismo oscuro se encuentra cada vez más en auge primero porque se promociona y segundo porque cada vez es más la curiosidad que sentimos por la muerte. Muchas personas acuden a estos lugares para hacerse fotos que luego son criticadas por su falta de respeto y consideración. El caso más conocido es el del monumento a los judíos de Europa asesinados que se encuentra en el centro de Berlín.
Para muchos es difícil comprender la afición al tanatoturismo. Esta manera de viajar aporta a los visitantes lecciones sobre nuestros antepasados que pueden extrapolar a la actualidad. También se conocen aspectos de la historia que muchas veces no viene escrita en los libros, y se observa lo que ha enseñado el hecho y los recuerdos que ha dejado en la sociedad.
No obstante, existe una parte de la sociedad que piensa que el tanatoturismo es algo que se hace únicamente por el morbo de ir a un lugar donde ha sucedido una desgracia.
En España, no obstante, el tanatoturismo ha conllevado a que el pasado junio un joven que visitaba la zona en la que desaparecieron las niñas de Alcàsser encontrara un hueso.
Este tipo de turismo que cada vez es más habitual no es desaprovechado por las empresas que realizan excursiones a los lugares donde permiten conocer la historia de lo sucedido por un alto precio.
Algunos lugares donde ir de tanatoturismo:
Castillos: Bran y Peonari (Rumania)
Campos de batalla: Culloden (Escocia)
Desastres naturales: Hiroshima (Japón), Chernobyl (Ucrania)
Desastres causados por el hombre: Ground Zero (Nueva York), Auschwitz (Polonia)
Prisiones: Beaumaris (Gales)