En el corazón de la Comunidad de Madrid, Belmonte de Tajo se viste de solemnidad y fervor para celebrar la XXX edición de su emblemática Pasión Viviente, una tradición que, como un poema épico, revive los últimos días de Jesucristo en una representación que trasciende el tiempo y la historia. La Plaza de la Constitución, bajo el manto de una noche estrellada, se transforma en un escenario sagrado, donde la luz tenue y la penumbra se entrelazan para evocar la mística Jerusalén de hace más de dos mil años.
Esta cita de Semana Santa, fijada para el viernes 18 de abril a las 21:30 horas, no es meramente un evento; es un ritual cultural que convoca a más de 150 actores, técnicos y colaboradores, quienes, con una entrega casi mística, reviven escenas imborrables: desde la emotiva Última Cena, impregnada de simbolismo y nostalgia, hasta la desgarradora Crucifixión y la redentora Resurrección. Cada instante es una pincelada en el lienzo de la fe y la memoria. La puesta en escena, de gran impacto visual y emocional, se erige como un puente entre lo divino y lo terrenal, donde cada detalle –desde el vestuario artesanal hasta la meticulosa escenografía– es testimonio del compromiso con la autenticidad histórica.

Tres décadas de fe, arte y tradición
Con el eco de los años resonando en cada rincón de este singular festival, la Pasión Viviente de Belmonte de Tajo ha forjado su reputación como un referente cultural de incalculable valor. Su legado, que ha trascendido las fronteras del municipio y se ha extendido a diversas localidades de España, se celebra este 2025 como la culminación de tres décadas de fe, arte y tradición. El sonido envolvente, la iluminación dramática y los efectos especiales, orquestados por manos voluntarias y apasionadas, confieren a la representación una atmósfera casi tangible, en la que el espectador se ve transportado a un universo donde la historia se escribe en cada mirada y cada suspiro.
En un ambiente cargado de reverencia y emoción, los visitantes –tanto locales como aquellos que viajan en pos de esta experiencia única– se sumergen en una narrativa que, al estilo de un cuento, se despliega en matices de luz y sombra, de silencio y murmullos, y en la cadencia de un relato que se rehace con cada nueva representación. Así, Belmonte de Tajo se consagra, una vez más, como custodio de una tradición que no solo recuerda el pasado, sino que invita al presente a vivirlo con la intensidad de un recuerdo inolvidable.

Un recorrido por los escenarios de la Pasión Viviente de Belmonte de Tajo
La Plaza de la Constitución se transforma en un escenario que convoca a la memoria y a la emoción en cada recodo. El recorrido, un verdadero laberinto de fe y tradición, se inicia con el solemne Sermón de la Montaña, dando paso a las tribulaciones de Herodes, Caifás y Pilatos. La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén irrumpe con majestuosa solemnidad, mientras en el mismo escenario se entrelazan las escenas de Jesús junto a María Magdalena y la inolvidable Última Cena. La traición de Judas, preludio a la angustiosa oración en el Huerto y la dramatizada prendición, se suceden con la intensidad de un relato que no deja a nadie indiferente. El ahorcamiento de Judas, la comparecencia de Jesús ante el Sanedrín, Pilatos y Herodes, y la condena que sella el destino del Redentor, abren paso a un Vía Crucis que conduce al Calvario, donde la crucifixión cobra vida con crudeza y lirismo. El descenso de la Cruz, acompañado del llanto silente de María y su madre, culmina en el místico Sepulcro vacío, preludio ineludible a la ascensión de Jesús a los cielos.
La representación, compuesta por catorce escenas distribuidas en seis emplazamientos estratégicamente dispuestos en el perímetro de la plaza del Ayuntamiento, invita al espectador a dar tres vueltas completas alrededor de la Plaza de la Constitución. Desde el interior, el público se sumerge en el relato sin necesidad de desplazarse, permitiendo que cada giro revele un nuevo matiz de la narrativa sagrada.

Una historia que cumple 30 años
Madrid es Noticia ha contado con la inestimable aportación de Roberto Morate, alcalde de Belmonte de Tajo, que nos ha explicado que esta tradición nació con un grupo de jóvenes y el anterior párroco, un Sábado Santo, 2 de abril de 1994. La iniciativa supuso la unión de un gran número de personas de distintas clases sociales, edades y tendencias culturales.
“Yo comencé hace 25 años primero actuando como ciudadano de Jerusalén, después como romano y ahora de centurión”. Tras llevar su Pasión a lugares como Adra en Almería o el pueblo conquense de Mota del Cuervo, se siente “muy orgulloso de pertenecer a esta gran familia que trabaja cada Semana Santa porque esta bonita representación salga adelante”.

150 actores y actrices representan la Pasión de Cristo
Un total de 150 vecinos del municipio se encargan de realizar la representación de la Pasión de Cristo, muchos de ellos niños, jóvenes y mayores. “Como alcalde de Belmonte de Tajo os invito a disfrutar de la Pasión de Cristo el próximo Viernes Santo, donde, sin moverte de tu ubicación, puedes ver toda la representación en un entorno inigualable, nos ha explicado.
Por su parte, Juan Haro González, presidente de la Asociación Cultural La Estrella y Director de La Pasión, ha “representado durante veinte años el personaje de Pedro, y ahora trabajo en la dirección artística y técnica”. “Cada vez que la representamos nos afloran a todos unos sentimientos que se acrecientan cada vez con mayor intensidad”, señala. También nos ha contado que le enorgullece “la actitud, el compromiso y la ilusión de todos los que han participado a lo largo de los años”.

El valor de preservar y difundir una tradición ancestral
En paralelo, la actividad cultural de Belmonte de Tajo se enriquece con una serie de testimonios y reconocimientos que realzan el espíritu comunitario del evento. Desde hace unos años, el Premio a la Acción Cultural se erige como un homenaje a quienes han contribuido a preservar y difundir esta tradición ancestral. El primer galardón fue otorgado a Antonio García Ruiz, artífice y creador de la Pasión, mientras que el segundo reconocimiento recayó en José María Cuenca Torres, el primer presidente de la Asociación Cultural “La Estrella” y artífice de innumerables iniciativas culturales. Esta institución, que ha colaborado en la restauración del Teatro Parroquial mediante la recaudación de fondos a través de representaciones teatrales, forma parte integral de la Red de Teatro Aficionado del Sureste.
Asimismo, en una noche que celebró el centenario de la revista Calle Enmedio, se rindió homenaje a todos aquellos que han dejado su impronta en la vida cultural del municipio mediante la entrega de diplomas que atestiguan su inquebrantable compromiso. Los proyectos más recientes de la A.C. “La Estrella” –como la formación del Grupo de Teatro La Estrella de Belmonte y la publicación, a través de la Editorial Asociación Cultural “La Estrella”, del libro “Dos hermanos” de José Luis Armendáriz– confirman la pujanza y vitalidad de una tradición que se renueva con cada edición.
Una experiencia ineludible e inigualable
Por su parte, el Concejal de Cultura y Turismo del municipio, David Rubio, anima a nuestros lectores a sumergirse “en esta experiencia única, donde fe, arte y emoción se entrelazan para hacernos sentir protagonistas de la historia”.
La XXX edición de la Pasión Viviente se alza, en este 2025, como una celebración que no admite imitaciones, una experiencia ineludible que, con su inigualable combinación de arte, historia y espiritualidad, reafirma su lugar en el imaginario colectivo de aquellos que buscan en la tradición un refugio de belleza y autenticidad.
Fotografías / Roci García