En los últimos años, la moda de segunda mano ha dejado de ser una opción marginal para convertirse en una alternativa real y sostenible frente al fast fashion. Esta tendencia se ha consolidado en 2024 en todo el país y en Madrid en particular, con un crecimiento en la venta de ropa reutilizada y un cambio en la percepción del consumidor. Cada vez más personas optan por prendas usadas no solo por su precio asequible, sino también por su menor impacto ambiental y su contribución a proyectos sociales.
Así lo atestiguan los datos de Humana Fundación Pueblo para Pueblo, la principal entidad en España dedicada a la venta de moda secondhand, que cerró 2024 con un crecimiento del 8,5% en sus ventas y un total de 4,2 millones de prendas vendidas. Además, superó por primera vez la cifra de 1,5 millones de compradores. Estos datos reflejan la consolidación de un modelo de consumo más consciente y responsable.

El número de establecimientos de Humana en Madrid también ha crecido. A finales de enero de 2025, la fundación inauguró dos nuevas tiendas en la capital, alcanzando un total de 30 puntos de venta en la ciudad. Este crecimiento no solo responde a la creciente demanda de moda de segunda mano, sino que también refuerza el impacto social de la entidad, que destina los beneficios generados a proyectos de cooperación en países en desarrollo y a iniciativas sociales en España.
Un cambio en la percepción del consumidor de la moda de segunda mano en Madrid
El interés por la moda reutilizada ha dejado atrás antiguos prejuicios. En palabras de Rubén González, Retail Strategy Manager de Humana, «este aumento es el mejor indicativo de que la moda reutilizada se ha quitado de encima prejuicios como el de ‘ropa para personas sin recursos’, una etiqueta de la que otros países europeos se deshicieron hace años».

El perfil del comprador también está evolucionando. Antes de 2020, los menores de 25 años representaban apenas el 10% de los clientes de Humana; actualmente, este porcentaje se ha duplicado y ronda el 20%. La Generación Z, con menos poder adquisitivo pero mayor conciencia ecológica, ha adoptado la moda de segunda mano como una opción original y sostenible. Este público joven busca prendas únicas y valora la posibilidad de reducir su huella ecológica a través de un consumo responsable.
El auge de la moda de segunda mano en Madrid también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. En 2024, Humana recuperó 5.392 toneladas de textil en la Comunidad de Madrid, lo que equivale a 21,8 millones de prendas. La mayoría de estos artículos fueron reutilizados a través de su red de tiendas, prolongando su vida útil y evitando que se convirtieran en residuos.
Además, el 86% de las personas que compran ropa en Humana afirman que al adquirir una prenda de segunda mano dejan de comprar una nueva. Este cambio de hábito es clave para reducir el impacto negativo de la industria textil, que es una de las más contaminantes del mundo. En 2022, la tasa de reemplazo era del 60%, en 2023 del 70%, y en 2024 alcanzó el 86%, lo que demuestra una creciente concienciación sobre el consumo responsable.

¿Un nuevo sector estratégico en Madrid?
A pesar del avance, el sector de la moda de segunda mano en España todavía tiene margen de crecimiento. «Sigue habiendo poca oferta en comparación con otros países como Inglaterra, aunque seguro que crecerá significativamente en los próximos años», señala González. La reutilización de ropa no solo es una solución sostenible, sino también una forma de innovar dentro del mercado de la moda.

Además de las tiendas físicas, el comercio de moda de segunda mano ha encontrado un fuerte impulso en las plataformas digitales. Aplicaciones como Vinted y Wallapop han revolucionado el mercado, permitiendo a los consumidores comprar y vender ropa usada de forma sencilla y accesible. Estas plataformas han democratizado aún más el acceso a la moda sostenible, brindando a los usuarios la posibilidad de encontrar prendas únicas sin salir de casa.
El crecimiento de estas aplicaciones también responde a un cambio en los hábitos de consumo. Cada vez más personas optan por comprar en línea, atraídas por la comodidad, la variedad de productos y la posibilidad de obtener mejores precios. Además, el auge de estas plataformas fomenta la economía circular, reduciendo el desperdicio textil y promoviendo una industria de la moda más responsable y ecológica.