Aunque, de momento, las únicas imágenes de Madrid Nuevo Norte que tenemos sean «renders», lo cierto es que el plan del mayor desarrollo urbano de Europa sigue cumpliendo los plazos establecidos para convertirse, en los próximos años, en el ejemplo a seguir de capital sostenible e hiperconectada.
Uno de los últimos proyectos puestos en marcha es el sistema de denaje sostenible que forma parte de la completa estrategia de gestión hídrica para el desarrollo de Madrid Nuevo Norte encaminada a reducir al máximo el consumo de agua, dentro de la que destaca la propuesta de incorporación de sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS) a los proyectos de urbanización. Estas técnicas buscan recuperar el ciclo natural del agua mediante la incorporación de superficies permeables en calles, plazas y parques, que permiten la captación y almacenamiento temporal del agua de lluvia, facilitando su retorno al subsuelo y evitando la sobrecarga de la red de saneamiento.
Pero, además de mirar al suelo, habrá que mirar hacia arriba. Muy muy arriba. Concretamente hasta los 330 metros, que es la altura que tendrá la Torre Madrid Norte, edificio que se convertirá en la torre más alta de España, y que estará escoltada por otras dos edificaciones que también se colocarán entre los 10 rascacielos más altos de la capital. Este nuevo horizonte urbano transformará significativamente el «skyline» de Madrid, situándolo entre los más buscados de Europa.
El objetivo es que esta Torre Madrid Norte se convierta en un referente arquitectónico no solo en Madrid, sino en todo el país, superando en casi cien metros a la Torre de Cristal (249 metros), la más alta actualmente entre las Cuatro Torres. Este colosal centro de negocios marcará un antes y un después en la verticalidad de la capital.
Su competición pasará, por tanto, directamente a la «Champions», superando edificaciones emblemáticas como la Varso Tower de Varsovia (310 metros) y The Shard en Londres (306 metros). Aunque estará lejos de los gigantes mundiales como el Burj Khalifa (828 metros) o la Torre de Shanghái (632 metros).
Después de las campanadas, las obras
El inicio de las obras está previsto para 2025, empezando por «Las Tablas Oeste«, el primer barrio del colosal proyecto. Esta área, la primera de las que se integrarán en Madrid Nuevo Norte, se localiza en el extremo norte del casco urbano de la ciudad, dentro del distrito Fuencarral-El Pardo, tiene carácter discontinuo y limita con Las Tablas, el sistema de transporte ferroviario, el nudo de Manoteras y la A-1.
El futuro barrio cuenta con una superficie total de 204.976 metros cuadrados. Su edificabilidad total es de 211.922 m2, cuyo reparto queda configurado de esta forma: 74.197 m2 de uso residencial, 123.795 de uso terciario oficinas y 14.000 de uso terciario comercial.
Según establece la iniciativa aprobada, el número máximo de viviendas queda fijado en las 741. El desglose de la edificabilidad residencial contempla 58.578 m2 de vivienda libre, 11.714 m2 de vivienda de protección pública básica y 3.905 m2 de vivienda de protección pública de precio limitado.
En lo que concierne al reparto de la superficie destinada a redes, un total de 33.032 metros cuadrados se destinarán a zonas verdes y espacios libres, 26.649 m2 serán para equipamientos sociales y servicios urbanos y, finalmente, más de 48.000 m2 clasificadas para infraestructuras y vías públicas.
En lo que se refiere a su conexión, se estima que la red de Metro podría estar operativa entre 2027 y 2028. Otro punto clave del proyecto es el nuevo intercambiador, diseñado como uno de los más modernos de Europa. Con una superficie de 33.000 metros cuadrados, conectará Metro, Cercanías, autobuses y el aeropuerto de Barajas, ofreciendo servicio a más de 105.000 pasajeros diarios. Además, integrará 1.500 metros cuadrados de espacios comerciales, convirtiéndose también en un lugar de encuentro cívico.
