A partir del 1 de enero de 2025, Madrid implementará una nueva restricción al tráfico que afectará a aproximadamente 15.000 vehículos diarios sin etiqueta medioambiental, prohibiéndoles circular y aparcar dentro de los límites de la ciudad más allá de la M-30.
Esta medida, que forma parte de las iniciativas del Ayuntamiento para reducir la contaminación en la capital, en consonancia con las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), entrará en vigor sea cual sea la respuesta al recurso interpuesto por el Ayuntamiento de Madrid del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que el pasado mes de septiembre emitió una sentencia contraria a la normativa vigente de las ZBE en la ciudad, señalando ciertos errores legales.
Como señalábamos, el Ayuntamiento ha recurrido esta decisión y trabaja en una nueva ordenanza para subsanar dichas deficiencias legales, con el objetivo de mantener las restricciones actuales. Mientras se resuelve la situación judicial, el Consistorio avanza con los planes para endurecer las medidas de acceso al tráfico de vehículos contaminantes a partir de 2025.
Transición hacia la prohibición total para vehículos sin etiqueta
El delegado de Medio Ambiente, Urbanismo y Movilidad, Borja Carabante, ha subrayado que los vehículos afectados por esta restricción, los mencionados aproximadamente 15.000 coches, han experimentado una tendencia a la baja en los últimos meses. Según Carabante, esta cifra continuará disminuyendo conforme se acerque la fecha límite, ya que los propietarios de estos vehículos buscarán alternativas para cumplir con las normativas medioambientales, ya sea mediante la adquisición de vehículos más eficientes o cambiando sus hábitos de movilidad.
El proceso de implementación de esta medida incluye un periodo de preaviso. Durante este tiempo, los conductores infractores no recibirán multas inmediatamente, pero sí serán notificados por escrito sobre su infracción y las sanciones aplicables una vez finalizado el plazo de gracia. Este enfoque busca facilitar la adaptación de los ciudadanos a la nueva normativa, promoviendo el cumplimiento antes de aplicar sanciones económicas.
Actualmente, las restricciones de acceso al tráfico en Madrid, igual que en otras grandes ciudades de España como Barcelona, están basadas en el sistema de etiquetas medioambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT), que clasifica a los vehículos según su nivel de emisiones contaminantes. Los coches sin etiqueta medioambiental corresponden principalmente a modelos antiguos que no cumplen con los estándares mínimos de emisiones establecidos. Hasta el momento, estas restricciones se aplicaban de forma gradual, primero limitando el acceso a ciertas zonas centrales de la ciudad, pero la nueva normativa ampliará esta prohibición a todo el término municipal, independientemente del lugar de residencia del propietario del vehículo.
La prohibición que entrará en vigor en 2025 se suma a las restricciones ya existentes dentro del perímetro de la M-30, pero no contempla nuevas limitaciones adicionales más allá de las que actualmente están en marcha. Esto significa que, por ahora, el Ayuntamiento no ampliará la cobertura de las restricciones a otros tipos de vehículos o zonas de la ciudad.
Objetivos a largo plazo… con obstáculos legales
El endurecimiento de las restricciones forma parte de una estrategia a largo plazo para mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones contaminantes en Madrid. Sin embargo, la implementación de estas políticas no está exenta de retos. La mencionada sentencia del TSJM que anuló parcialmente la normativa vigente ha obligado al Consistorio a revisar su marco legal y normativo. Una necesidad de una nueva ordenanza que supone un esfuerzo adicional para garantizar la viabilidad y sostenibilidad de las ZBE en la ciudad.
En este contexto, las medidas también buscan alinear a Madrid con los objetivos europeos de reducción de emisiones y lucha contra el cambio climático, que exigen a las ciudades grandes esfuerzos en la transición hacia modelos de movilidad más sostenibles.