En un mundo en el que dependemos, cada vez más, de las nuevas tecnologías, profesiones de toda la vida como carniceros, pescaderos, charcuteros o camareros enfrentan el desafío de adaptarse a nuevos hábitos de consumo. Estas ocupaciones, fundamentales en la vida diaria de nuestros barrios, han sido históricamente puntos de encuentro y dinamismo vecinal. Pero, ¿cómo garantizar su continuidad en un contexto cambiante? Madrid parece haber dado con la tecla con el Mercado Escuela de San Cristóbal.
Ubicado en el número 11 de la calle Conde de Torralba, en el distrito de Chamartín, este mercado municipal se presenta como el primer mercado escuela de Europa. Con un enfoque pionero, combina una oferta gastronómica de calidad con una formación profesional integral destinada a revitalizar los oficios tradicionales relacionados con la alimentación. Situado en un enclave inmejorable, a los pies del complejo financiero de las Cuatro Torres, el proyecto busca ser un referente sociocultural y gastronómico que impulse la inclusión laboral de personas en situación de vulnerabilidad o en búsqueda de nuevos horizontes profesionales.
Un modelo innovador de formación y empleo para oficios tradicionales
Este mercado no solo funciona como espacio de compra y encuentro vecinal, sino que también es un laboratorio de formación. Y es que, además de adquirir habilidades técnicas, los alumnos participan en la atención al público real, lo que les proporciona experiencia práctica de un valor incalculable.
El mercado ofrece formación a 240 personas al año, divididas en grupos de 40, gracias a una colaboración con la ONG Cesal, especializada en la atención a colectivos en riesgo de exclusión social. Los cursos, que duran cinco meses e incluyen 416 horas lectivas y un periodo de prácticas, abarcan áreas como frutería, panadería, corte de jamón, trabajo en sala, cocina o habilidades sociales. Una vez finalizado el programa, los alumnos pueden integrarse laboralmente en mercados, supermercados, centros comerciales o restaurantes.
Todo ello en un espacio que, hasta hace unos meses, estaba en desuso. Desde 2019, se han invertido 1,7 millones de euros en su remodelación, transformándolo en un lugar moderno y sostenible, equipado con sistemas de aerotermia, paneles solares y una compactadora de residuos. Su diseño, que incluye un mural emblemático del colectivo artístico Boa Mistura, lo convierte en un punto de referencia arquitectónica en la zona norte de Madrid.
El mercado no es solo un lugar de formación y comercio, sino también un espacio para actividades culturales y gastronómicas. Desde catas y degustaciones hasta presentaciones de productos, su programación está pensada para dinamizar la vida del barrio. Además, el mercado cuenta con un restaurante que utiliza productos frescos de sus propios puestos y ofrece servicios de entrega a domicilio, respondiendo a las necesidades de los consumidores actuales.
Compromiso con la revitalización urbana y social
El Mercado Escuela de San Cristóbal forma parte de un esfuerzo mayor por modernizar los mercados municipales de Madrid. Desde 2019, el Ayuntamiento ha destinado 48 millones de euros para la revitalización de estos espacios. Esta apuesta busca no solo preservar los oficios tradicionales, sino también adaptarlos a las nuevas demandas de los vecinos.
El mercado también se integra en el contexto del proyecto Madrid Nuevo Norte, el ambicioso plan de desarrollo urbano que comenzará en 2025. La apertura del mercado escuela contribuirá a dotar de servicios, formación y ocio a esta área, que se perfila como uno de los grandes ejes de transformación de la capital española.
La realización de este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre entidades públicas, asociaciones, empresas y comerciantes, generando una alianza que ha permitido que un concepto innovador como el mercado escuela se convierta en una realidad.