El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha un plan de movilidad ambicioso para mitigar los efectos que tendrán las obras de soterramiento de la A-5 y la creación del futuro Paseo Verde del Suroeste. Estas actuaciones, que comenzarán antes del 15 de octubre, afectarán al tramo comprendido entre la avenida de Portugal y el entorno de la avenida del Padre Piquer, una de las arterias principales de acceso y salida de la capital. Ante la complejidad del proyecto, el consistorio ha diseñado un detallado dispositivo de movilidad que se irá ajustando conforme avancen los trabajos, con el objetivo de minimizar los impactos sobre el tráfico y la vida cotidiana de los vecinos de las zonas afectadas.
Medidas de refuerzo en transporte público
Dado que la ocupación de carriles en la A-5 reducirá la capacidad de circulación, el plan contempla un importante refuerzo del transporte público. Las líneas de la EMT que atraviesan la zona de las obras verán incrementada su frecuencia en un 7,3 % para mantener la capacidad de transporte. Entre las rutas afectadas están las líneas 36, 39 y 65, que conectan con puntos clave de la ciudad como Atocha y Plaza de España. Además, se reforzarán las líneas alternativas al eje de la A-5, como las líneas 17, 34 y 138, lo que permitirá distribuir mejor a los usuarios del transporte público.
No sólo se refuerzan los autobuses, sino también el Metro de Madrid. Las líneas 5 y 10 incrementarán su capacidad en un 9 %, mientras que la línea ML3 de Metro Ligero, que conecta Boadilla del Monte con la capital, mejorará sus frecuencias. El Ayuntamiento ha solicitado además un refuerzo en la línea C5 de Cercanías.
Rutas alternativas y monitorización en tiempo real
Para evitar un colapso en el tráfico, el plan contempla varias rutas alternativas tanto para la entrada como para la salida de Madrid. Los vehículos que circulen por la A-5 podrán optar por la A-5R y la M-40, o bien utilizar vías como la A-42 o la Vía Lusitana, que conectan con el sur de la ciudad. Para quienes provienen del norte, el desvío por la A-6 será una opción prioritaria para evitar la congestión en la A-5.
Dentro de los barrios afectados por las obras, las vías alternativas principales serán la calle Sepúlveda y Francisco José Jiménez Martín, con ajustes en la regulación semafórica para optimizar el flujo de tráfico en las intersecciones clave. Para guiar a los conductores, se reforzará la señalización en puntos estratégicos, como la M-40 antes de las conexiones con la A-42 o la avenida de la Peseta, así como en los túneles de la M-30.
Una característica clave del plan es la monitorización en tiempo real del tráfico mediante un sistema de microsimulación y el uso de datos de fuentes como TomTom y GPS de dispositivos móviles. Esto permitirá realizar ajustes dinámicos y optimizar los desvíos planteados, de acuerdo con las condiciones del tráfico en cada momento.
Plan de contingencia para emergencias
Además de las medidas de movilidad, el Ayuntamiento ha elaborado un plan de contingencia para hacer frente a emergencias, accidentes o cualquier incidente inesperado que pueda alterar la circulación. Este plan, que incluye la coordinación con los cuerpos de seguridad y operadores de transporte, tiene como objetivo garantizar una respuesta rápida y eficaz para minimizar el impacto en los trabajos y en el flujo del tráfico.
Un proyecto de regeneración urbana
La transformación de la A-5 no solo busca mejorar la movilidad, sino que también representa un proyecto de regeneración urbana de gran magnitud. El soterramiento de la autovía permitirá la creación del Paseo Verde del Suroeste, un corredor peatonal y ciclista que conectará los barrios de Lucero, Aluche, Las Águilas, Campamento y Casa de Campo, superando la barrera que la autovía ha representado durante años. Se espera que las obras reduzcan en un 90 % el tráfico en superficie y las emisiones contaminantes.
En el subsuelo, el nuevo túnel tendrá tres carriles por sentido, de los cuales los interiores estarán reservados para el transporte público y vehículos con alta ocupación (bus-VAO), regulados mediante señalización variable que permitirá adaptar el uso de los carriles según la demanda del tráfico en cada momento.
Las obras, divididas en dos lotes, abarcarán desde la avenida del Padre Piquer hasta Batán, con la construcción de una nueva glorieta en la avenida de los Poblados, y desde Batán hasta la avenida de Portugal, donde se conectará con el túnel existente en dicha avenida. El Paseo Verde se extenderá en superficie, integrando bulevares peatonales y zonas verdes que darán un nuevo aire a la zona suroeste de Madrid, devolviendo a los vecinos un espacio hasta ahora dominado por el tráfico.
Fotografía de portada / Europa Press