Me alegro, mucho, de que Rodri haya ganado el Balón de Oro. Este trofeo, puramente subjetivo y traicionero, porque se basa en las decisiones y caprichos de personas con sus gustos (y odios), ha sido, históricamente, muy injusto con el fútbol español, ya que es incomprensible que jugadores como Raúl, Xavi o Iniesta no tengan uno en sus vitrinas.
Unos futbolistas a los que les negaron el máximo reconocimiento mundial de este deporte a título individual con «excusas» como que otros habían marcado más goles en partidos decisivos cuando a nivel de títulos no había comparación (el año que España ganó el Mundial de Sudáfrica el Balón de Oro fue para Messi).
Así que este año Rodri, que se ha hartado a ganar competiciones con su club y con la Selección, jugando un papel clave en ambos casos, parece ser, y es posible que así sea, el justo ganador. Sin embargo, y aquí soy yo el subjetivo, quien tendría que haber estado en ese escenario de París es Vini Jr.
Lo digo desde mi madridismo, pero, también, con la mente analítica y periodística que me lleva a reconocer, por ejemplo, que el mejor equipo que he visto en mi vida ha sido el FC Barcelona de Guardiola o que probablemente Leo Messi sea el mejor jugador de la historia.
Las razones son por todos conocidas, ya que fue el futbolista más importante y decisivo de un conjunto que se llevó la Liga y la Champions. Es cierto que su Copa América no fue la mejor, pero tampoco Messi ganó absolutamente nada con Argentina en 2010 ni Michael Owen cuando quedó por encima de un Raúl González que venía de levantar una Champions y estaba en el mejor momento de su carrera.
De modo que, igual que entiendo sospecha el Real Madrid, la no concesión del Balón de Oro al punta brasileño va más allá de lo futbolístico. Me cuesta mucho creer que la decisión de la entidad de Concha Espina, absolutamente ejemplar siempre tanto en las victorias como en las derrotas, de anular toda su expedición,es una simple pataleta de mal perdedor. Quiero pensar que, con datos y pruebas, han detectado que la gala de este pasado lunes iba a ser una suerte de humillación tanto para el club como para Vinicius.
Falta, eso sí, un comunicado oficial que explique los motivos de esta ausencia y que no quede espacio para las conjeturas. Porque nos imaginamos que todo tiene mucho que ver con la «guerra» del Madrid con la UEFA y el siempre presente fantasma de la Superliga. Aunque son, de momento, suposiciones.
Y, de nuevo, enhorabuena Rodrigo Hernández. Un orgullo que el mejor futbolista del mundo se vecino de Madrid.
Imagen portada: Ballon d’Or