David Otero (Madrid, 1980) ha presentado su nuevo disco, ‘Inteligencia Natural’, un proyecto compuesto por un total de nueve canciones en el que se incluyen cinco temas inéditos y cuatro de los adelantos que ha ido desvelando durante los últimos meses. Fue guitarrista y también compositor en El Canto del Loco, uno de los grupos de pop-rock más populares de los primeros años del siglo XXI, con quien superó el millón de discos vendidos, antes de la época del streaming.
El artista regresa con un nuevo álbum tras el éxito de Otero y yo (2020), un recopilatorio de sus canciones más emblemáticas que incluye temas desde su etapa con El Canto del Loco hasta sus composiciones más recientes. Con más de 140 millones de reproducciones en plataformas digitales, este trabajo consolidó su carrera en solitario.
Para presentar su nuevo álbum, ha programado dos conciertos únicos en España: el 15 de noviembre en la Sala Apolo 2 de Barcelona y el 16 de noviembre en La Sala del WiZink Center en Madrid. Estas fechas prometen ser una oportunidad especial para disfrutar en directo de sus nuevas canciones junto a sus grandes éxitos.
Este álbum explora la conexión entre lo humano y lo digital. ¿Cómo ha influido esto en tu proceso creativo y qué mensaje buscas transmitir con esta temática?
Para este álbum habría que remontarse a lo primero que hice yo con tecnología que fue un videojuego que se llamaba Mario Paint, allá por 1994. Tenía una especie de compositor, que luego me llevó a descubrir lo que era un ProTools o un multipistas, en el que ibas dibujando. Los champiñones eran la batería, Mario era la melodía y así… Tú le dabas al play y hacías un scroll hacia la derecha e iba sonando lo que habías dibujado en una especie de pentagrama, con diferentes motivos musicales.
Eso me voló el coco. A nivel musical fue una pasada. Fue mi primera experiencia después de haber tocado algún teclado de algún amigo, como el niño curioso. Algún Casio con música preprogramada que te enseñaba a tocar las notas. A partir de ahí vi la música de una manera completamente distinta. Luego aprendí a tocar la guitarra y estuve girando con varios grupos, pero lo que realmente cambió mi vida a nivel musical fue descubrir ProTools y los multipistas. Mi manera de hacer música tiene mucho que ver con la tecnología, los ordenadores, los home studio, que es lo que he tenido durante toda mi vida. A partir de esas herramientas ha nacido todo lo que he creado a nivel musical. Sin ellas no habría llegado donde estoy, seguro.
«Me mola mucho hacer un concierto de dos horas sin trampa ni cartón, sin autotune y en el que sólo suena lo que tocamos»
Has mencionado que “Inteligencia Natural” refleja una vuelta a lo esencial. ¿Hay algún tema en particular dentro del disco que represente mejor esta idea?
En general, el disco entero está pensado desde una estética diferente. Me junté con mi banda en el estudio como hemos hecho toda la vida y buscamos desde ahí la forma de reflejarlo en estudio de la manera más natural posible. Tocando prácticamente en directo y cantando muy natural. Esta estética refleja la forma de trabajar de siempre, sin tanta programación, sin tanta música electrónica, aunque también he hecho discos que tenían esas influencias. Pero en este disco queríamos dejar eso de lado. Tanto, Tato Latorre, que es el productor, como yo, queríamos enfocarnos más en lo que nos estaba llegando en ese momento. Intentar darle ese sonido de banda, de grupo, que tanto me ha gustado siempre. Hemos buscando en todo momento la naturalidad.
Vas a presentar el álbum en dos fechas únicas. ¿Qué pueden esperar los fans de estos conciertos? ¿Cómo planeas trasladar ese equilibrio entre tecnología y naturaleza al escenario?
Va a ser 100% natural porque no llevamos ni pistas grabadas, ni autotune, ni nada por el estilo. Somos cuatro músicos con nuestras cuatro cabezas, ocho manos y ocho pies. Los pies, para el batería que tiene que pisar el bombo y el charles y yo que voy cambiando muchos pedales de guitarra, de distorsión, delays… Y luego mi teclista, Maite, que va apretando el pedal de sustain. Los pies también juegan.
Con eso hacemos todo. Tocamos todo en directo y todo es real. Eso es lo que más mola, poder hacer un concierto de dos horas donde no hay trampa ni cartón, no hay absolutamente nada disparando desde aquí o allí y nada que nos corrija. Es todo tal cual, crudo.
Este viernes 4 de octubre actúas también en Las Rozas, por las Fiestas de San Miguel. ¿Será muy diferente a los shows de Madrid y Barcelona?
Va a ser muy parecido. La verdad es que vamos a hacer casi una presentación del disco. Sí que es verdad que en Madrid y Barcelona tocaremos muchas más canciones del disco álbum y habrá canciones más especiales. En Las Rozas será un concierto como los que suelo hacer durante el verano, en ayuntamientos, en pueblos, en festivales… La suerte que tengo es que puedo hacer conciertos súper diferentes entre sí. Pero no va a ser una locura de distinto, este concierto de Las Rozas.
Comentas que el proceso de creación de este álbum fue muy introspectivo. ¿Qué descubriste de ti mismo durante la creación de “Inteligencia Natural”?
Que se puede hacer una labor de introspección, así como de investigación, para hacer un disco. Siempre había hecho álbumes como un collage de canciones, que me habían ido surgiendo durante el último año o año y medio. Cogía las canciones, las empaquetaba, les daba una estética… No había hecho un trabajo de investigación sobre lo que quería contar y cómo lo quería contar, buscar una estética que fuera acorde con este disco… Que todo tuviera un por qué, un para qué y un argumento.
Es verdad que con El Canto tal vez hicimos alguna grabación que tenía un aire parecido a lo que he hecho ahora, pero en mi carrera en solitario he sido mucho más de collages, que también me encanta. Para otros momentos ha sido perfecto.
En este nuevo trabajo, colaboras con artistas como Diego Cantero, Bely Basarte y Leroy Sánchez. ¿Cómo fue trabajar con ellos y qué aportaron a las canciones en las que participaron?
Sobre todo con Bely y con Diego, ellos son mis confidentes autorales, por así decirlo. Aparte de nuestros proyectos, componemos para otros autores y me encanta tener una especie de ping-pong con ellos, sobre lo que estoy escribiendo. Cuando tengo un tema casi terminado o enfocado, me suelo juntar con ellos para darle los últimos retoques, para valorar opciones o criticar lo que hay escrito. Así surgen nuevas ideas y así ha sido su trabajo en este disco.
Con Leroy hice una canción que se llama Capó, la compusimos para otro artista, pero no la cogieron; se quedó ahí y me encantaba, así que cuando llegó el momento, me pareció súper chula para el disco y entró en este álbum.
Tu carrera ha sido una evolución constante, desde El Canto del Loco hasta tus trabajos en solitario. ¿Cómo has vivido este cambio y qué has aprendido de cada etapa?
He aprendido un montón. Sobre todo he aprendido cuando he pasado de un estado a otro. Cuando haces un cambio desde una banda de éxito en la que trabajas con varias personas y todo son decisiones compartidas y responsabilidades compartidas, estar solo y en una dirección completamente distinta a la que tenías en aquella época, te cambia el panorama de una manera brutal. No puedes dejar de aprender, si lo haces, tu cabeza se nubla, te quedas con lo que fuiste y ya no eres, y se nubla todo. Es un cambio muy difícil y para mal, si no lo saber llevar.
«Este disco es un reflejo de la transición que estamos viviendo todos en el mundo de la música»
Has trabajado de nuevo con Tato Latorre en este álbum, alguien con quien ya tienes un historial de éxitos. ¿Cómo ha sido esta colaboración y qué crees que él aporta específicamente a tu música?
Tato es mi confidente y socio, no sólo en este proyecto, ya que tenemos una banda juntos, que se llama 30s40s50s, que es muy cachonda, muy divertida y mucho más loca que nuestros proyectos personales. Al final es la persona en la que me apoyo para tomar las decisiones, para producir el disco, para valorar si un tema merece la pena o no… para crear el argumentario del disco y las temáticas…Él se mete hasta la cocina en los temas y es algo que me parece muy bonito. Para mí es alguien, sobre todo, en quien confiar. Es la persona en la que confío para desarrollar los proyectos.
En «Inteligencia Natural» participan músicos como Carlos Gamón, Mayte González y Manolo Mejías. ¿Cómo ha sido la dinámica de trabajar con ellos y de qué manera contribuyeron a la creación del sonido del disco?
Son mi banda. Llevan tocando conmigo bastante tiempo, son unos músicos espectaculares y toda la estética del disco la hemos hecho juntos. Los teclados los ha grabado Mayte, las baterías las ha grabado Carlos, los bajos Manolo… Y les hemos dado mucha libertad a la hora de crear dentro de los discos. Tanto el productor del disco como yo, les hemos dejado aportar sus ideas y trabajar muchos detalles. “Esta nota más larga o más corta… este riff así o de la otra manera…”. Han trabajado con mucha libertad y creo que sienten el disco como algo suyo, también.
Este álbum presenta una reflexión sobre el presente. ¿Cómo ves tu música y tu carrera en los próximos años? ¿Te gustaría seguir explorando estos conceptos de humanidad y tecnología?
Buena pregunta, porque con la revolución que está habiendo ahora mismo, los músicos que estamos trabajando no tenemos ni idea, ni siquiera del formato en el que vamos a grabar. Las cosas están cambiando de una manera tan rápida que lo único que puedes hacer es aprender, formarte mucho, tener acceso a la tecnología y jugar con ella, que hay cosas increíbles también. Por supuesto este disco no es un alegato en contra de absolutamente nada, es simplemente el reflejo de una transición que estamos viviendo todos, en la que nos preguntamos hacia dónde vamos y qué acabaremos siendo.
«Ser músico es una locura de trabajo, hay que saber mantener los pies en el suelo»
«Otero y yo» fue un álbum que conectó profundamente con tu público, ¿crees que “Inteligencia Natural” creará una unión similar?
No tengo ni idea, eso es lo que nos preguntamos todos los que nos dedicamos a esto. Ojalá supiéramos la respuesta de antemano porque nos libraría de muchos quebraderos de cabeza y de muchas angustias. Normalmente esas angustias aparecen con la publicación de los discos, los lanzamientos y con la transición entre lo que has creado, que no ha escuchado nadie, y el hecho de publicarlo y que lo escuche quien quiera.
Ese quien quiera a veces es mucho, a veces es poco… A veces empiezas despacio y luego creces muchísimo, o al revés… Ser músico es una locura de trabajo y por eso es importante mantener los pies la tierra, porque si no, te atropella.
¿Qué música escucha David Otero a día de hoy? No sé si te interesa el Reguetón y la música urbana que se ha impuesto ahora.
La verdad es que personalmente no escucho Reguetón. Lo respeto porque hay cosas que están muy bien hechas también y que conectan y envían mensajes que la gente aprovecha en su día a día. No lo critico para nada, y dios me libre de criticar a cualquiera que haga música, con lo difícil que es y con lo que cuesta.
Ahora mismo estoy escuchando el último disco de una banda que se llama Bleachers, la banda de Jack Antonoff, que es entre comillas la mano derecha de Taylor Swift y que está siempre con ella. Me encanta lo que hace, han sacado un disco en acústico que me parece una maravilla. Me lo pongo en bucle durante tres días y me relaja. Escucho justo lo contrario a lo que se escucha hoy en día, lo contrario al urbano, a la música súper procesada y que me ofrece melodías que conectan conmigo.
Una pregunta que nadie te ha hecho nunca: ¿Regresará El Canto del Loco algún día?
(Risas) Si ves el último vídeo que hemos publicado en redes sociales, te vas a partir de risa. Está hecho en plan sátira y te va a gustar.