El número de embargos sobre viviendas en la Comunidad de Madrid ascendió a 257 en el segundo trimestre de este año, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En total, en la región se registraron 881 embargos sobre diversos tipos de fincas, lo que incluye tanto propiedades rústicas como urbanas.
Estos datos forman parte de un informe más amplio que analiza las ejecuciones hipotecarias en todo el país, donde se observó una tendencia a la baja en embargos de viviendas habituales, pero un ligero aumento en las inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias en general.
Dentro de los mencionados 881 embargos en la Comunidad de Madrid, la inmensa mayoría fueron sobre propiedades urbanas, con solo dos embargos sobre fincas rústicas. De las fincas urbanas embargadas, como se decía, 257 correspondieron a viviendas, mientras que cinco fueron solares y 617 correspondieron a otros tipos de fincas urbanas. Este dato refleja que el embargo sobre viviendas representa una parte importante, pero no mayoritaria, del total de embargos en la región.
A nivel nacional, los embargos de viviendas habituales cayeron un 17,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior, sumando así nueve trimestres consecutivos de disminución en esta categoría. Según el INE, este descenso se traduce en un total de 2.247 embargos de viviendas habituales, lo que marca la cifra más baja desde el segundo trimestre del año pasado. Este descenso en embargos de viviendas habituales ha sido una tendencia constante en los últimos trimestres, lo que puede deberse a diferentes factores, como una mayor estabilización económica y una disminución en las tasas de impagos hipotecarios.
A pesar de esta disminución en las ejecuciones sobre viviendas habituales, el número total de inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias iniciadas en los registros de la propiedad subió un 3,3% en tasa anual, alcanzando las 5.534. Este aumento en el total general de ejecuciones hipotecarias sugiere que, aunque los embargos de viviendas habituales disminuyen, otros tipos de fincas, tanto urbanas como rurales, están siendo objeto de más ejecuciones.
¿Qué embargos son los más habituales?
En cuanto al desglose por tipos de vivienda, las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas habituales de personas físicas representaron el 40,6% del total de embargos. Por su parte, las viviendas embargadas pertenecientes a personas jurídicas (empresas) supusieron el 9% del total, mientras que el 8,7% correspondió a otras viviendas de personas físicas que no eran su residencia principal. Esto muestra que, aunque el porcentaje de viviendas habituales sigue siendo significativo, las empresas y otros tipos de propietarios también enfrentan dificultades para cumplir con sus obligaciones hipotecarias.
Además, las ejecuciones hipotecarias sobre otras fincas urbanas (no residenciales) representaron un 33,4% del total de embargos en el país. Estas fincas incluyen desde locales comerciales hasta terrenos y otras propiedades urbanas no destinadas a vivienda, lo que indica una tendencia hacia embargos más diversificados.
Respecto al estado de las viviendas embargadas, el 92,4% correspondió a viviendas usadas, mientras que solo el 7,6% fueron viviendas nuevas. Esto refleja que la mayor parte de los embargos afecta a viviendas que ya llevan tiempo en el mercado, lo que podría estar relacionado con la antigüedad de las hipotecas y las dificultades económicas que enfrentan los propietarios a largo plazo. Además, las ejecuciones sobre viviendas nuevas disminuyeron un 14,1%, mientras que las de viviendas usadas se redujeron en un 13,1%.
Por último, al analizar la antigüedad de las hipotecas afectadas por embargos, el INE revela que el 15,3% de las ejecuciones hipotecarias iniciadas sobre viviendas en el segundo trimestre correspondieron a hipotecas constituidas en 2007. El 13,9% de los embargos estaban vinculados a hipotecas firmadas en 2006, y el 10,1% a las de 2005. En conjunto, las hipotecas firmadas entre 2004 y 2008 concentran el 55,6 % de las ejecuciones hipotecarias iniciadas durante el segundo trimestre de este año. Este periodo coincide con los años previos a la crisis financiera de 2008, cuando se produjo una expansión significativa en la concesión de hipotecas, muchas de las cuales presentaron problemas de impago en los años posteriores.