Este lunes 23 de septiembre de 2024, el histórico Ateneo de Madrid acogió una jornada excepcional que abordó desde diferentes perspectivas un tema crucial para nuestra sociedad: los cuidados paliativos. El evento reunió a expertos de los mundos literario, médico y cinematográfico para debatir sobre los desafíos y las oportunidades en el cuidado de personas con enfermedades avanzadas.
La jornada comenzó a las 19:30 horas en la Cátedra Mayor del Ateneo, un espacio que no podría haber sido más apropiado para la profundidad de los temas tratados. El evento fue moderado por Manuel Rodríguez, uno de los autores de la novela ‘Paliativo’, escrita a cuatro manos junto a Borja Quiroga bajo el pseudónimo de Samuel Dacanda.
En la mesa redonda también participaron Nach Solís, guionista del corto *París 70* y oncólogo radioterapeuta, y las especialistas Elia Martínez y Helena García, miembros de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. A lo largo del coloquio, se abordaron temas clave como el papel del viaje en las historias de los protagonistas, la importancia del apoyo a los cuidadores, y la urgente necesidad de más recursos para las unidades de cuidados paliativos en España.
El viaje como vía de escape y búsqueda de paz
Uno de los puntos más fascinantes del coloquio fue el análisis del simbolismo del viaje en ambas obras: tanto en la novela *Paliativo* como en el corto *París 70*, el viaje juega un papel central. Samuel Dacanda y Nach Solís coincidieron en que los viajes representan una forma de evasión para los protagonistas, un medio para escapar, aunque temporalmente, de la enfermedad que los consume. Para muchos pacientes, el viaje se convierte en un intento de recuperar el control de sus vidas y alcanzar una sensación de paz interior.
El cuidador, el gran olvidado
Otro tema crucial fue la atención a los cuidadores, esas personas que, en silencio, sostienen la vida de los enfermos en su etapa más vulnerable. Elia Martínez y Helena García señalaron que, aunque los pacientes son el foco de los cuidados paliativos, no se debe olvidar que los cuidadores también necesitan apoyo, tanto físico como emocional. «Cuidar a quien cuida» fue una de las frases más repetidas de la jornada. Se destacó la importancia de que las instituciones desarrollen programas de apoyo psicológico y formación para los cuidadores, quienes muchas veces experimentan un gran desgaste emocional y físico debido a la constante presión de estar al lado de sus seres queridos en situaciones de alta carga emocional.
La necesidad de más recursos para los cuidados paliativos
Uno de los temas más urgentes que se discutió fue la falta de recursos suficientes en las unidades de cuidados paliativos en España. Aunque los profesionales del sector están altamente capacitados, el número de personal y recursos disponibles no es suficiente para cubrir la demanda creciente.
Helena García enfatizó que, a pesar del compromiso de los trabajadores sanitarios, la escasez de medios impide ofrecer un acompañamiento adecuado a todas las personas que lo necesitan. Se hizo un llamamiento a las instituciones para que incrementen la inversión en estos servicios, asegurando que tanto pacientes como cuidadores reciban la atención que merecen.
Conclusiones del evento
El debate dejó claro que, aunque la situación actual de los cuidados paliativos en España cuenta con profesionales excelentemente formados, queda mucho por hacer en cuanto a la dotación de recursos y el apoyo a los cuidadores. Asimismo, la unión de literatura, cine y medicina fue clave para reflexionar sobre cómo la narrativa artística puede ayudar a sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de estos cuidados. El evento concluyó con una reflexión sobre la necesidad de crear un sistema de salud más humano, donde no solo el paciente, sino también quienes lo rodean, reciban el acompañamiento adecuado.
La jornada fue, sin duda, un encuentro multidisciplinar que dejó una profunda huella en todos los asistentes, mostrando cómo el arte y la ciencia pueden trabajar juntos para mejorar la vida de las personas en sus momentos más vulnerables.