Madrid es una de las ciudades más verdes de Europa. No es sólo un relevante destino cultural, es también una de las ciudades europeas más verdes y con el mayor número de calles arboladas. La belleza de sus jardines y parques históricos es un reflejo de las diferentes épocas, estéticas, gustos y tendencias de los madrileños a través de la historia.

Entre los jardines históricos de la Comunidad de Madrid más visitados encontramos el Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad de Aranjuez, El Retiro, los jardines del Monasterio de El Escorial o El Pardo. Durante este verano, realizamos un emocionante y relajante paseo por estos enclaves históricos y naturales en nuestra región.

Aranjuez: Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad

Iniciamos esta ruta por el Real Sitio, cuyo paisaje, por su valor excepcional universal y singular fue declarado Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una perfecta y armoniosa combinación estética del enclave natural, los ríos Tajo y Jarama y los singulares sotos históricos y agradabilísimos paseos arbolados, con los trazados, obras arquitectónicas, artísticas y paisajísticas de sus jardines y bosques ajardinados. Por su admirable y asombrosa belleza se ha convertido en una visita imprescindible.

Una curiosidad interesante sobre los jardines del Real Sitio de Aranjuez es que su diseño se inspiró en el estilo de los jardines renacentistas italianos y en los franceses de Versalles, pero también incluyó elementos únicos que los hacen especiales. Uno de esos elementos es el «Estanque de los Chinescos», un pequeño lago artificial que tiene en su centro un conjunto de pagodas de estilo oriental. Este detalle exótico refleja el gusto por lo oriental que se extendió por Europa en el siglo XVIII.

Además, los jardines de Aranjuez, especialmente el Jardín del Príncipe, albergan una colección única de árboles centenarios, incluyendo el famoso «Plátano de la Trinidad,» uno de los árboles más antiguos y grandes de España. Este árbol fue plantado en el siglo XVIII y tiene una impresionante altura de más de 40 metros y un tronco de 9 metros de circunferencia.

Los jardines del Buen Retiro

Los jardines del Buen Retiro nacieron como una quinta de recreo en el siglo XVII y desde el XIX son un lugar de encuentro, ocio, esparcimiento y todo tipo de actividades al aire libre. Están llenos de bellos conjuntos escultóricos, arquitectónicos, paisajísticos y fuentes, y preciosos rincones como la Rosaleda de Cecilio Rodríguez, el estanque grande, el paseo de las estatuas, el real observatorio astronómico, el palacio de Velázquez o el palacio de cristal, ambos, sedes de exposiciones de arte contemporáneo del museo Reina Sofía.

Una de las curiosidades más raras y originales de los Jardines del Buen Retiro de Madrid es la existencia del «Estanque de los Bonsáis», que, a pesar de su nombre, no es realmente un estanque. Se trata de una pequeña área en el Real Jardín Botánico del Retiro dedicada a una colección de bonsáis donada por el expresidente español Felipe González. Lo curioso de este lugar es que, además de los bonsáis que pueden ser admirados, la ubicación y disposición del espacio crean la ilusión de un estanque seco, un juego visual que sorprende a los visitantes. Es un rincón muy peculiar y poco conocido del parque, que combina arte y naturaleza de manera única.

Otra curiosidad igualmente intrigante es la presencia de una estatua dedicada al «Ángel Caído», la cual se encuentra en una de las pocas plazas en el mundo situadas a exactamente 666 metros sobre el nivel del mar, lo que ha generado muchas historias y leyendas en torno a su simbología. Esta estatua, que representa la expulsión de Lucifer del cielo, ha sido un foco de mitos y misterio debido a su temática y la coincidencia numérica.

Jardines del Monasterio de El Escorial

Diferentes jardines exteriores rodean el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, los jardines declarados histórico-artísticos del Rey, jardín de los Frailes y de los Convalecientes. Trazados en el siglo XVI durante el reinado de Felipe II siguiendo las características renacentistas italianas, en ellos trabajaron los mejores jardineros y arquitectos del momento. De carácter íntimo, los hermosos jardines fueron utilizados para el paseo y el reposo por los monjes que habitaban el monasterio y la propia familia real.

Estos jardines esconden una serie de curiosidades dignas de mención:

·  Diseño geométrico y simbólico: Los jardines están diseñados con una simetría perfecta, lo que refleja la idea de orden y divinidad, en consonancia con la espiritualidad del monasterio. Se dice que la geometría de los jardines está inspirada en el concepto de «Hombre Universal», reflejando el ideal renacentista de armonía entre el hombre y el universo.

·  Las fuentes ocultas: Aunque no son muy conocidas, en los jardines existen pequeñas fuentes que están ocultas entre la vegetación. Estas fuentes eran utilizadas por los monjes para meditar y relajarse al escuchar el sonido del agua, lo que añadía un toque de serenidad al espacio.

·  Plantas medicinales: Los jardines no solo eran un espacio de belleza, sino también de utilidad. Los monjes cultivaban plantas medicinales que utilizaban para curar diversas enfermedades. Muchas de las especies plantadas en estos jardines tenían fines curativos, lo que reflejaba el conocimiento botánico de los monjes.

·  El árbol centenario: También hay un ciprés que se dice que tiene más de 400 años, y según la leyenda, fue plantado durante la construcción del monasterio. Este árbol ha sobrevivido a los siglos y es un testigo vivo de la historia que ha pasado por el lugar.

·  La conexión secreta con el bosque: Aunque los jardines están perfectamente cuidados, existe una conexión visual y espiritual con los bosques que rodean el monasterio. Los monjes consideraban que la naturaleza circundante era una extensión de sus jardines, y a menudo realizaban paseos y meditaciones en el bosque, conectando así su vida religiosa con el entorno natural.

Jardines de El Pardo

Los Jardines de El Pardo, ubicados en el entorno del Palacio Real de El Pardo en Madrid, son un espacio natural con una historia fascinante y detalles únicos. Estos jardines, junto con el palacio, fueron originalmente un coto de caza real en la época de los Austrias y Borbones, siendo un refugio natural para la realeza y lugar de recreo.

Uno de los aspectos más curiosos es que los jardines de El Pardo no siguen un estilo formal típico como otros jardines reales de Madrid, como los del Palacio Real. En cambio, están más integrados en el paisaje natural que rodea el palacio, reflejando el carácter rústico y campestre del lugar. Esto se debe en parte a su función histórica como coto de caza, donde la naturaleza tenía un papel primordial.

Un elemento peculiar de estos jardines es la abundancia de fauna, especialmente ciervos, que aún hoy en día se pueden ver en los alrededores, manteniendo la esencia de lo que fue un coto de caza real.

Además, el Palacio y sus jardines fueron utilizados como residencia por Francisco Franco durante su dictadura, lo que añade una capa más de historia al lugar. Esto ha generado que el área cuente con un aire de exclusividad y un cierto misterio para los visitantes. En definitiva, destacan no solo por su belleza natural, sino también por su historia vinculada a la realeza y a momentos clave de la historia de España.

Parque de El Capricho

El Parque de El Capricho, ubicado en el barrio de la Alameda de Osuna en Madrid, es uno de los jardines más bellos y menos conocidos de la ciudad. Creado en 1787 por orden de la Duquesa de Osuna, es un ejemplo magnífico del romanticismo y destaca por su combinación de estilos paisajísticos: francés, inglés e italiano. Este espacio es un refugio de calma y belleza, donde los visitantes pueden disfrutar de su diseño cuidado y su vegetación variada.

Entre sus características más destacadas se encuentra el laberinto de laureles, el salón de baile al aire libre, y el estanque con cisnes. Además, alberga numerosos elementos arquitectónicos, como la Casa de la Vieja, un bucólico edificio que evoca una casa rural, y el Templo de Baco, un pequeño templo neoclásico rodeado de vegetación.

Una curiosidad fascinante para los visitantes es el búnker de la Guerra Civil Española que se encuentra en el parque. Este refugio antiaéreo, conocido como «El Búnker de El Capricho», fue construido en 1937 y podía albergar a unas 200 personas. Sorprendentemente, se encuentra en perfecto estado de conservación y es uno de los pocos de su tipo que se pueden visitar en Madrid, lo que añade un interesante toque histórico a la visita.

El Capricho es un lugar ideal para quienes buscan un paseo tranquilo en un entorno histórico y natural, con el añadido de descubrir secretos que datan desde la aristocracia española hasta la historia bélica del siglo XX.