Madrid está de moda. En España, Europa y el mundo entero. Pero, ¿qué ofrece la
Comunidad de Madrid? Desde tomarse un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor, hasta degustar un buen asado en los pueblecitos de la Sierra Norte. Desde admirar “Las Meninas” en el Museo Nacional del Prado, hasta visitar el majestuoso Castillo de Puñonrostro, en Torrejón de Velasco.
El patrimonio cultural -mueble, inmueble, etnográfico y hasta las tradiciones de esta tierra- llama y engancha al visitante, y lo atrapa en su red mágica. Poco por descubrir y
mucho por conservar. Desde las actuaciones que comenzaron a desempeñar Viollet-le-
Duc, William Morris o John Ruskin, y las primeras teorías del deber de conservar y
restaurar, allá por el siglo XVIII, la Comunidad de Madrid es consciente de su patrimonio y de la labor, fundamental, de preservar y mostrar al mundo su historia: pasada, presente y futura.
Lugares emblemáticos, como la Catedral de la Almudena, el Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial o los Jardines del Príncipe en Aranjuez, son solo una gran ventana que da paso a descubrir aquellos pequeños tesoros que esconde esta Comunidad.
Un paseo por Chinchón nos muestra el arte de la conservación y restauración de las
Fuentes de Valdezarza, que nos hacen viajar hasta el 1830 e imaginarnos cómo debían lavar las mozas en sus aguas, o refrescarse los chiquillos, entre juego y juego, en una calurosa tarde de julio.
Viajando hasta Pelayos de la Presa, podemos admirar la brillante intervención realizada en la portada de su monasterio, de estilo herreriano, ante la cual, cuantísimos jóvenes del siglo XIX pudieron jurarse amor eterno.
Y si nos desplazamos hasta Talamanca del Jarama, podremos observar la mella del paso del tiempo y el trabajo de los preservadores del arte, en el lienzo “La Inmaculada Concepción de María”, ubicado en la capilla de La Cartuja. Con tratamientos como el estucado, la reintegración cromática o el fijado de la policromía, hoy podemos visualizar, casi exactamente, como lucía esta obra recién acabada allá por el siglo XVII.
Y con toques musicales, viajamos hasta la restauración del contrabajo de Antonio Casini, visitable en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Poco queda del sonido que debía producir en el siglo XVII, pero mucho del objeto que hoy tenemos el privilegio de admirar.
Intrigante, seductor y maravilloso patrimonio se puede encontrar en la Comunidad de Madrid. Huella de nuestro pasado y futuro de nuestro presente. La restauración: lo que para muchos es un mero trabajo, para unos pocos es la esencia del arte. La Comunidad de Madrid está comprometida con su patrimonio cultural y, sin duda alguna, seguirá velando por él para que, los de aquí y los de allí, lo puedan seguir admirando.