Cada 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, un trastorno de salud mental que incide significativamente en las tasas de mortalidad a nivel mundial y que impacta a personas de todas las edades, especialmente a los adolescentes y a las personas adultas mayores. Tal y como señalan los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Esta razón es el objetivo de una conmemoración que trata de sensibilizar, orientar y prevenir a la población sobre esta enfermedad, a la que Madrid es Noticia se ha querido unir.
Los datos que maneja Proyecto Hombre Madrid indican, por su parte, que el porcentaje de jóvenes que acuden a tratamiento para combatir la depresión se ha incrementado en un 15% durante los últimos 3 años. Para tratar de dar visibilidad a un problema que se incrementa entre los jóvenes en la sociedad actual, desde este periódico hemos querido hablar con Pablo Llama, psicólogo en Proyecto Hombre Madrid.
Llama nos ha explicado que este crecimiento de los casos se produce “tanto a nivel estatal como regional” en la propia Comunidad de Madrid, y que no se ha incrementado sólo este “trastorno específico, sino también otros como la ansiedad, algo que se ha acelerado tras la pandemia, aunque se venía viendo ya también antes”.
Las causas que conllevan el incremento de casos de depresión en adolescentes, ya sea leve o grave, según nos ha explicado el psicólogo, son la propia pandemia, “que ha coartado la libertad especialmente de los jóvenes”; el período evolutivo en el que se encuentran, que los hace más vulnerables para generar síntomas que se pueden convertir en trastornos de salud mental”; y, por último, “el mundo actual”, que igual que facilita gran cantidad de cosas, “genera unas demandas mucho mayores, tanto a nivel personal como a nivel de gestión emocional”.
Trastornos de salud mental, ¿por qué siguen siendo un tabú?
El psicólogo de Proyecto Hombre Madrid sostiene que “en los últimos años hemos avanzado” a la hora de romper con el tabú de los trastornos de salud mental. Tanto “los medios de comunicación como los profesionales”, han puesto encima de la mesa el problema y “empezar a hablar es el primer paso”. Pero aún así, “todavía vemos cómo caemos en la estigmatización cuando hablamos de estos trastornos. No tenemos problema en decir que hemos sufrido una gripe, pero sí cuesta hablar de ansiedad, depresión o enfermedades más graves”.
El entorno es, en este aspecto, una cuestión de gran relevancia, para normalizar y naturalizar estos problemas. Aproximadamente el 50% de los jóvenes que pasan por estas situaciones, no reciben ningún tipo de ayuda. En muchos casos porque no la piden y en otros, según afirma Llama, porque “hay déficit sanitario, en cuanto a los recursos que las administraciones públicas ofrecen. Los psicólogos que trabajan para la administración pública están completamente desbordados y no llegan a cumplir la demanda”. Según datos de UNICEF, cerca del 15% de los adolescentes presenta síntomas depresivos graves o moderadamente graves. La ideación suicida ronda el 10,8%, según las mismas fuentes.
Los síntomas de la depresión
Las características de los síntomas de la depresión en adolescentes y niños con respecto a las de los adultos, tienen características comunes, pero también diferenciadoras. En ambos casos tienen que ver con el bajo estado de ánimo, la tristeza, la sensación de culpa y la sensación de que el estado de ánimo nos paraliza, para intervenir de forma muy negativa en nuestra vida cotidiana. Esto se reafirma en el miedo, la preocupación excesiva y la desesperanza hacia el futuro, además de lo que los psicólogos denominan anhedonia, relacionado con el hecho de perder la capacidad de sentir placer por cosas que antes nos gustaban.
Lo que distingue de manera fehaciente la depresión adolescente o infantil, y que a veces cuesta detectar, es la expresión de la irritabilidad y el enfado. Cuando un adolescente expresa este tipo de comportamientos, “una de las hipótesis que hay que manejar es que pueda sufrir una depresión”, señala Llama. También hay que considerar si un adolescente habla de sí mismo en tono despectivo, si siente una responsabilidad excesiva por las cosas o si sufre problemas físicos como el dolor de cabeza, náuseas o mareos, que no tengan una causa fisiológica. Las bajadas en el rendimiento escolar o problemas en los hábitos alimenticios y de sueño, son otras cuestiones a valorar.
Proceso para enfrentarnos a un posible caso de depresión
Cuando se produce un caso de trastorno depresivo, los profesionales consideran que la primera cuestión a abordar es la de que el entorno anime al paciente a acudir a un psicólogo o profesional, para recibir tratamiento. Desde Proyecto Hombre Madrid plantean realizar en primer lugar una valoración profesional. En este punto hay que aclarar que estar triste no significa estar deprimido. La depresión no es una tristeza sin más, sino “una sensación mucho más intensa y continua, que se centra en la incapacidad de sentir placer”.
Así, la atención temprana es de gran importancia porque va a suponer el ahorro de mucho sufrimiento. A partir de ahí, con la participación del psicólogo o psicóloga, se irán logrando los primeros cambios y evitaremos que el trastorno vaya a más. El simple hecho de acudir a terapia, muestra por lo general un efecto bastante positivo, nos aclara Llama. A partir de ahí, las decisiones médicas nos podrán llevar por un camino u otro, en función de la situación personal de cada paciente.
Comorbilidad con otros trastornos
La comorbilidad, o ‘morbilidad asociada’ es un término que describe dos o más trastornos o enfermedades que ocurren en una misma persona. En este sentido, la depresión tiene mucha comorbilidad con otros tipos de trastornos, es decir, convive, en muchas ocasiones con otros. Según nos ha explicado Llama, “esto tiene toda la lógica del mundo, ya que si me siento deprimido, una sustancia, ya sea alcohol o de otro tipo, que me hará sentir un poco mejor, provocará un riesgo mayor de crear, por ejemplo, un trastorno adictivo.
En el ámbito del análisis de la depresión, encontramos también una relación muy peligrosa. Uno de los síntomas sería la denominada ideación suicida, que lleva al paciente a pensar en la idea de desaparecer, como única vía de escape. Es, al mismo tiempo, uno de los síntomas más comunes junto a las adicciones, la ansiedad o la comorbilidad con otros trastornos.
El suicidio, otro de los grande tabúes
Una vez introducido el concepto de la ideación suicida, no hemos podido dejar de preguntar al psicólogo sobre esta incómoda realidad, el tabú del suicidio y la conveniencia o no de hablar sobre ello en los medios de comunicación. Pablo Llama nos confiesa que “no lo fomenta y, además, es muy importante hablar de ello. En el momento en el que alguien expresa una situación así, se produce un catarsis, una especie de liberación”. “Otra cosa sería estar constantemente hablando de ello, que podría provocar un efecto llamada, pero es muy importante que lo vayamos sacando a la luz”. “El porcentaje de gente, que en un momento dado tiene una ideación suicida es bastante alto”.
Cómo tratar la depresión
Los trastornos depresivos tienen lugar en un rango que va desde los más leves a los más graves. En estos últimos, el tratamiento se puede complicar bastante ya que requieren muchas clases de intervenciones. El paciente debe ser atendido por diferentes profesionales, tanto psicólogos como psiquiátras.
Pero, según nos ha explicado, “lo que está más demostrado a día de hoy es que los tratamientos combinados de psicoterapia con algún fármaco, están teniendo bastante éxito. Tendemos mucho a medicalizar, damos una pastilla y pensamos que con eso ya se va a solucionar. Pero la depresión hay que tratarla, trabajarla mediante un proceso psicoterapéutico para poder llegar a buen término”. Por lo tanto, la medicación es una ayuda, un empujón que nos levanta de la cama, pero sobre todo hay que trabajarla.
Por un lado hay que trabajar el sistema afectivo, el emocional, mejorar el estado de ánimo, ya que afecta a la parte cognitiva del cerebro. Por otro, también es muy importante, nos explica Llama, “atender todo lo que tiene que ver con el aspecto conductual, es decir, empezar a tener más actividad para comenzar a coger más fuerza”. Para concluir, ha señalado que “cuanto menos hagamos, cuanto más nos aislemos, más difícil va a resultar salir de esta falsa ilusión”.
Las inversiones llevadas a cabo por las administraciones durante los últimos años, así como la creación de números de ayuda como el 024, que atiende emergencias, son fundamentales. La concienciación social ante este tipo de trastornos está aumentando, pero debemos continuar trabajando para reducir las cifras actuales. Desde Proyecto Hombre Madrid, ofrecen también un servicio de asesoramiento a padres y un servicio específico para jóvenes. Las vías de contacto son el 915420271 o [email protected].