El Ayuntamiento de Madrid ha implementado una innovadora estrategia para la conservación de la Puerta de Alcalá, que en este caso llega desde el cielo.
Esta iniciativa, pionera en la gestión de patrimonio del ayuntamiento, implica el uso de aves rapaces, específicamente un halcón y dos águilas, para disuadir a las palomas, identificadas como las principales responsables de la degradación biológica del monumento. Este método se evaluará a lo largo de 2024 y, según Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura, Turismo y Deporte, podría representar un gran éxito si resulta efectivo.
La restauración de la Puerta de Alcalá se ha caracterizado por su enfoque único, dada la importancia histórica y simbólica del monumento, y el empleo de técnicas y criterios avanzados en su mantenimiento. Durante la restauración, se identificó que la principal amenaza biológica para el monumento provenía de las palomas. Estas aves causan daños a través de sus deyecciones, plumas y nidos, que no solo alteran la estética del monumento, sino que también provocan daños químicos y físicos, como la acidificación, la formación de fosfatos y la corrosión del soporte pétreo.
Águilas y halcones al rescate
Para abordar esta problemática, la Dirección General de Patrimonio Cultural consideró varias opciones de disuasión y eligió utilizar vuelos de halcones adiestrados. La presencia de estas aves rapaces intimida a las palomas y reduce su permanencia en el monumento. Este plan se desarrolló en consulta con varios departamentos y entidades, incluyendo el Departamento de Control de Vectores, Flora y Fauna de la Comunidad de Madrid y el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) del Ministerio de Cultura.
Con la autorización de la Dirección General de Biodiversidad y Gestión Forestal, se estableció un plan que incluye una fase inicial de choque de seis meses, durante la cual se realizarán vuelos en diferentes horarios para evitar que las palomas se acostumbren a una rutina específica. Posteriormente, se evaluará la eficacia de la medida para determinar si se procederá a un tratamiento de mantenimiento a largo plazo. Las aves empleadas en este proyecto incluyen dos águilas Harris y un halcón híbrido Gerifalte sacre.
Este enfoque representa un paso significativo en la conservación del patrimonio cultural, al combinar la protección del monumento con métodos naturales y sostenibles, y podría sentar un precedente para futuras iniciativas de conservación en otros monumentos y ciudades.